PML Prosodia y Métrica Latinas. Prof. José Solís de los Santos.

Diccionarios de latín de acceso UVUS: http://clt.brepolis.net.us.debiblio.com/dld/pages/QuickSearch.aspx

Archivo de gramática latina: http://personal.us.es/jsolis/gram.htm

Archivo de nociones de métrica: http://personal.us.es/jsolis/metr.htm

Archivo de Morfología y Prosodia del Latín Arcaico: http://personal.us.es/jsolis/arcaico.htm

Cecc. : L.  Ceccarelli, Prosodia y métrica del latín clásico. Con una introducción a la métrica griega, trad. R. Carande, Sevilla: Servicio de Publicaciones, 1999.

Herr. Llor. : V. J. Herrero Llorente, La lengua latina en su aspecto prosódico. Con un vocabulario de términos métricos, Madrid: Gredos, 1971.

Questa : C. Questa, Introduzione alla metrica di Plauto, Bolonia: Patrone, 1967

Ripoll : J. L. Moralejo, Cancionero de Ripoll. Carmina Riuipullensia, Barcelona: Bosch, 1986.

No es la métrica, a pesar del desdén con que suele mirársela desde la época romántica, como parte de la destronada Retórica, asunto baladí o estudio vacío, propio tan sólo de la erudición indigesta: es porción esencial y efectiva de la técnica literaria a la cual consagraron sabio esmero los griegos y los latinos, y conocimiento necesario para integrar la filosofía de la composición

(Pedro Henríquez Ureña, «El verso endecasílabo», Obra crítica, ed. E. S. Speratti Piñero; prólogo de Jorge Luis Borges, México: Fondo de Cultura Económica, 1981, pp. 106-121).

La primordial expresión del arte literaria es la composición en verso. La palabra verso viene del verbo vertor, versum ‘volver’, de donde también procede el concepto opuesto, prosa, pro(uor)sa, aunque los eruditos latinos la denominaron más técnicamente con el término de oratio soluta, discurso o frase suelta, no amarrada, como el verso, que, para que ‘vuelva’, debe ir vinculado en su discurrir a determinados factores de retorno. Es decir, en las composiciones en verso existe un sistema interno de recurrencias formales. En la versificación de las lenguas actuales, el más llamativo de estos procedimientos es la rima, pero no menos significativo y mucho más importante es el ritmo producido por el acento.

El factor básico del sistema rítmico del latín clásico es el juego de alternancia y contraste de sílabas largas y breves en la cadena discursiva. Pero como este principio no existe en la lengua española, es prácticamente imposible que podamos reflejar esta diferencia en nuestra pronunciación del latín, y, por ende, esta carencia podría crear en el principiante la impresión de que todo ello no es sino un cúmulo de licencias poéticas o de elucubraciones de gramáticos. Nada más lejos de esto. Ha de quedar claro, en primer lugar, que toda licencia métrica de cualquier lengua debe tener una base prosódica, es decir, lingüística; y segundo, en lo que respecta a la comprensión de la literatura romana, está fuera de toda discusión que esta diferencia de cantidad era un hecho vigente en la comunicación hablada. “Ley de pertinencia de los elementos ritmógenos: el factor básico de un sistema de versificación debe ser lingüísticamente significativo en la lengua en cuestión”, que dijo José Luis Moralejo (Ripoll, 101).

               Como ejemplo que ilustra esta última afirmación, se puede mencionar una anécdota de la biografía de Nerón, quien, según cuenta Suetonio (Nerón 33.1), hacía las delicias de los aduladores escarneciendo la memoria de Claudio, su padre adoptivo y anterior emperador: Nam morari eum (sc. Claudium) inter homines producta prima syllaba iocabatur ("Pues, alargando la primera sílaba, bromeaba diciendo que éste había dejado de morar entre los hombres"). El juego de palabras, intraducible, consistía en que, al alargar la o de morari, convertía este verbo latino, que significa 'habitar', 'morar', en otro híbrido del griego a partir de μωρός [mōrós] ‘obtuso’, ‘lerdo’, con lo que el ingrato hijo de Agripina insinuaba en realidad que “dejó de hacer el tonto entre los hombres”. Tuvo que añadir Nerón a sus incontables infamias el que, encima, contaba chistes malos, pero desde luego éste no habría podido hacerlo si no se percibiera claramente en aquella comunidad lingüística la distinción entre vocales largas y breves.

Conceptos básicos y definiciones

Definición de prosodia. Estudio de los rasgos lingüísticos que no coinciden con la segmentación en fonemas y que afectan a una parte mayor de la cadena hablada, en concreto a la sílaba. Estos rasgos reciben el nombre de suprasegmentales o prosodemas.

Los tres tipos fundamentales de rasgos prosódicos. Rasgos prosódicos, tono, acento y cantidad, se corresponden a los tres atributos de la sensación auditiva, esto es, registro musical, fuerza acústica y duración subjetiva.

Definición de métrica. El estudio del ritmo en el lenguaje en virtud de dichos rasgos suprasegmentales o prosodemas.

Factores rítmicos de la poesía latina en todas sus etapas. Aliteración, rima, número de sílabas, cantidad y acento.

El factor básico del sistema rítmico del latín clásico consiste en el juego de alternancia y contraste de sílabas largas y breves en la cadena discursiva.

En qué consiste la función culminativa del acento. En que las sílabas no acentuadas se agrupan en torno a la marcada por el acento.

Ley de la penúltima del acento latino. Si la vocal de la penúltima sílaba es larga, por naturaleza o posición, se acentúa grave o paroxítona; si breve, proparoxítona o esdrújula.

Semiconsonante u. La u de la cu no tiene ningún valor prosódico, ni hace posición, aunque en latín se pronuncia sin llevar nunca el acento. Precedida de g, tampoco lo tiene en los nombres cuyo nominativo tiene una vocal distinta de ­u­ siguiendo al grupo gu­ (anguis, lingua, sanguis, unguentum); pero sí tiene valor prosódico en el adj. exiguus, exiguo, en el verbo arguo y compuestos, y en los perfectos terminados en ­gui, con cantidad breve. Es consonántica en posición inicial antevocálica y en interior de palabra cuando se encuentra entre vocales. La u precedida de s en palabras como suadere, suauis, suetus, puede no tener valor prosódico ni hacer posición, y quedarían: svadere, svavis, svetus; pero en el posesivo suus ­a ­um, la u siempre cuenta como vocal breve. También puede ser consonántica cuando se encuentra entre consonante y vocal, posición en la que presenta vacilaciones como larua/larva, miluus/milvus, tenvis/tenuis. Debe escribirse siempre u minúscula y V mayúscula independientemente de su valor, como llevan a la práctica las modernas ediciones críticas, por más que en otras publicaciones académicas se guarde dicha diferencia.

Definición de ictus. Ictus es el golpe que marca el tiempo fuerte de una secuencia de cantidades silábicas. Este tiempo fuerte o elemento marcado del ritmo va sobre sílaba larga en la mayoría de los versos; estaba representado en la terminología antigua por la tesis, con el pie o la mano y la entonación, y el elemento no marcado o débil de dicha cadena discursiva estaba representado por el arsis.

Definición del concepto de mora. La unidad de medida de la cantidad silábica con duración de una breve en la proporción adoptada de una larga igual a dos breves.

Definición de elementum. Se denominan elementa las unidades mínimas abstractas en la secuencia rítmica del verso, compuestas por sílabas solas o en grupo de dos.

Definición de pie métrico. El pie es la mínima unidad de retorno en la cadena rítmica, y por ende, la mínima unidad métrica significativa; el pie tiene necesariamente un mínimo de dos sílabas y constituye una unidad rítmica formada por un tiempo fuerte y otro débil que le precede o le sigue, una secuencia de cantidades en torno a un tiempo rítmicamente marcado.

Los 4 pies métricos fundamentales. Según la posición del tiempo marcado y el débil, en descendentes, si precede el primero (troqueo, dáctilo) y ascendentes, si precede el último (yambo, anapesto).

Los pies métricos sucedáneos. Son espondeo y pirriquio, que sustituyen a los fundamentales sin constituir ritmos por ellos mismos.

Definición de metro. El metro es la segunda unidad en la cadena rítmica, formada por uno o dos pies de la misma clase. En el ritmo dactílico coinciden pie y metro; en cambio en la yambo‑trocaica el metro lo constituyen dos pies, de los cuales uno de ellos y en sucesión alterna es un pie puro, y el otro contiene una larga donde tendría que corresponder por el esquema del pie una breve. Esta tendencia a la agrupación por parejas es propia sobre todo del ritmo de pies de una sola sílaba de intervalo, pero tampoco es extraño al ritmo de dos sílabas de intervalo, especialmente al de ritmo ascendente, hasta el punto de que el anapesto sometido en cada pareja puede aparecer con el ritmo cambiado aparentemente, es decir, con el tiempo débil representado por una larga y el tiempo fuerte resuelto en dos breves.

Definición de verso. Es la unidad rítmica fundamental que tiene varias marcas formales: a) coincidencia de final de verso con final de palabra; b) sílaba final es indiferente a la cantidad, esto es, puede ser larga o breve; c) especial posibilidad de hiato, encuentro vocálico, entre el final de un verso y el comienzo del siguiente.

Definición y símbolos de los cortes en el verso. La mayoría de los versos lleva en su interior uno o más cortes, que no necesariamente pausas en la recitación, entre palabras, que se denominan cesuras cuando el final de la palabra está dentro de un pie métrico o diéresis cuando va entre dichas unidades métricas. La terminología tradicional distingue entre cesura masculina, cuando va tras elementum longum, o femenina, cuando el final de palabra cae entre las dos breves de un elemento bisilábico.

Fenómeno denominado brevis brevians o correptio iambica. En palabras o secuencias bisilábicas con estructura yámbica (breve, larga) se puede presentar la segunda sílaba medida también como breve (pirriquio).

Rasgos característicos de la versificación dactílica. Ritmo descendente; ictus sobre sílaba larga; nunca se da la secuencia de una sola breve entre dos largas, ni de tres breves seguidas.

Características formales de la versificación yambotrocaica. Posibilidad de secuencias de 3 o 4 sílabas breves. En la mayoría de los versos largos, la sílaba penúltima ante el final del verso o diéresis es breve.

Características formales de los versos líricos. Igual número de sílabas según el verso. La secuencia de dos breves entre dos largas (secuencia coriámbica) precedida la mayoría de las veces de dos o más sílabas. La composición en estrofas. La isosilabia, igual número de sílabas según el verso.

Los tres tipos de versificación citados, la dactílica, la yambotrocaica y la eólica o lírica, son combinables en determinados versos y estrofas porque todos se basan en el mismo rasgo pertinente del sistema, que es la cantidad silábica.

Así pues, el principal procedimiento de versificación en la literatura clásica es el que se basa en la diferencia de cantidad de las sílabas. Sílabas largas por naturaleza (syllabae natura longae) son aquellas cuyo centro silábico está ocupado por una de las cinco vocales largas o un diptongo. Sólo hay tres diptongos en latín: ae, oe, au; también se consideran diptongos ei, eu, ui; fuera de estos, cualquier encuentro de vocales constituye en latín sílabas distintas: familia = fa / mi / li / a.

Sílabas largas por posición, o convención, (syllabae positione longae) son aquellas cuya vocal va seguida de dos o más consonantes, bien estén en la misma palabra, cōndĕre gēntem, bien en la palabra que le sigue, quem mala. Esta norma general se extiende también a las vocales seguidas de consonantes dobles, x, z, e i entre vocales. La i en principio de palabra seguida de vocal tiene valor consonántico pero no alarga la vocal que inmediatamente le preceda: ét premer(e) ét laxás scirét dărĕ iússus habénas (Verg. Aen. 1.63).

Las vocales breves en sílabas finales abiertas delante los grupos de consonantes sc, sp, sq, st, y las griegas ps, x, z, permanecen breves.

Vocal breve seguida de oclusiva (c, ch, g, p, ph, f, b, th, d) más líquida (l, r), puede medirse como larga o breve, a elección del autor, pero es necesario que la oclusiva más la líquida, (muta cum liquida), estén en la misma palabra, e incluso pertezcan a la propia raíz: pătrem, ăgri. Si la vocal es larga por naturaleza, o la oclusiva está en distinto componente que la líquida será larga: es larga por naturaleza en mātrem; son largas por posición en restituīt rem, sūbrigo (< sŭb + rego).

Son breves por naturaleza las sílabas cuya vocal es breve sin que concurra ninguna de las circunstancias anteriores. Son sílabas breves por posición las que terminando en vocal van seguidas de otra sílaba que comience por vocal o por h (filius, veho). Esta regla general, vocalis ante vocalem corripitur (una vocal se abrevia delante de vocal), tiene algunas excepciones:

 La i del verbo fio en aquellos tiempos en los que no hay r, fīunt, pero fĭĕri, fĭĕrem.

 La e de gen. dat. sg. de la quinta declinación cuando preceda una ­i­: diēi, speciēī, perniciēī. Los gen. y voc. de los nombres en ­aius y ­eius: Pompēī, Gāī.

 Fluctúa la ­i­ de los gen. pronominales en ­ius: istius, illius, ipsius; siempre largo en alīus (nom. alĭus); siempre breve en utrĭus, solĭus, alterĭus.

 Las palabras griegas (āër, Aenēas, Talīa) no se sujetan a la prosodia latina.

 Son breves todas las sílabas finales cerradas por consonante que no sea ­s; (monēs, de monēre, pero monĕt); esto no quiere decir que toda sílaba cerrada por ­s vaya a ser larga: sólo lo será si lo es por naturaleza, según se muestra en las cantidades de los morfemas.

 Se exceptúa la mayoría de los monosílabos, que suelen ser largos, ya sean sílabas cerradas o abiertas; dic, sic, lar, par, me, se, te, de, pro, e, a, ius, mus, etcétera; pero también hay breves: et, per, cor, fel, mel, os, ut.

 La u precedida de q no tiene ningún valor prosódico, ni hace posición. Precedida de g, tampoco lo tiene en los nombres cuyo nominativo tiene una vocal distinta de ­u­ siguiendo al grupo gu­ (lingua, sanguis, anguis, pero exiguus, exiguo); en el verbo arguo y compuestos, y en los perfectos en terminados en ­gui, sí tiene valor prosódico, por supuesto breve.

 La u precedida de s en palabras como suadere, suauis, suetus, puede no tener valor prosódico ni hacer posición, y quedarían: [svadere, svavis, svetus]; pero en el posesivo suus ­a ­um, la u siempre cuenta como vocal breve.

 Fenómeno prosódico importante concerniente a la conversión de largas en breves es el conocido por correptio iambica (abreviación de los yambos), que puede ser enunciado así: en palabras bisilábicas con estructura yámbica (u ─ breve, larga) se puede presentar la segunda sílaba medida como breve. En el hexámetro clásico esta regla se produce en pronombres personales: ego, sibi, mihi, tibi; adverbios: modo, cito, bene, male; presentes de indicativo bisilábicos con la primera breve: amo, veto, scio, etcétera.

 La regla prosódica que más se cumple es la elisión o sinalefa, consistente en la pérdida del valor prosódico de una sílaba final terminada bien en cualquier vocal o bien en vocal más ­m, siempre y cuando la siguiente palabra comience por vocal o h; la cantidad que cuenta es la de la siguiente, pero en la versificación dactílica clásica es raro que una sílaba final larga sea elidida delante de una breve.

 La elisión se convierte en aféresis o prodelisión, caída de la vocal inicial cuando a una palabra terminada en vocal, ­m, o en nom. sg. ­us, y en latín arcaico también ­is e ­i, le siguen las formas verbales es o est.

 El fenómeno contrario a la sinalefa es el hiato, encuentro de dos vocales en el que conservan ambas su cantidad propia; suele darse detrás de alguna pausa o cesura en interior de verso: Múnera súnt laurí | et suáve rubéns hyacínthus (Verg. Buc. 3.63).

 Sinicesis es la contracción de dos vocales contiguas de la misma palabra en una sola sílaba larga, proinde, eundem, etc. Algunas de estas palabras pueden ser: adjetivos o sustantivos terminados en ­eus, ­ea, ­eum; los casos de idem en que la segunda sílaba sea larga: eundem / eundem; y otras como deorsum, prout, quoad, deinde, etc.

 Consonantización: consiste en tomar como consonante la i o la u vocálicas. Su efecto métrico es como la sinicesis, hacer de dos sílabas una, y además, alarga la sílaba precedente: abiete, pariete > ab / je / te / , par / je / te.

 Cantidades vocálicas de los morfemas gramaticales: Toda sílaba cuya vocal vaya seguida de dos o más consonantes se considera larga; asimismo, en interior de palabra las consonantes dobles i, x, z alargan la vocal que preceda; que es breve la vocal seguida de otra vocal; y que las sílabas finales cerradas por consonante distinta de ­s resultan breves en latín clásico. La i final en sílaba abierta es larga, salvo que se produzca la correptio iambica.

La acentuación es otro dato que se debe tener en cuenta en la cantidad vocálica. Exceptuando algunas palabras que por apócope se deberían pronunciar como agudas, p.ej., illic(e), istinc(e), la gran mayoría de las palabras latinas son o graves o esdrújulas, pues el campo acentual no pasa de las tres últimas sílabas. El acento latino está condicionado por la cantidad de la penúltima sílaba: si esta es larga por naturaleza o por posición, el acento de intensidad cae sobre ella; si breve, en la que le precede: fecerāmus, pronunciación grave o llana [fekerámus], fecĕrat, esdrújula [fékerat].

Versificación dactílica: hexámetro

La versificación cuantitativa se basa —ya se ha dicho— en una sucesión rítmica de sílabas largas y breves. Esta sucesión se estructura en una serie de unidades métricas, a saber, pie, metro, verso y estrofa, que definen y marcan la versificación.

La marca que da significado a la cadena rítmica se denomina ictus, que en la mayoría de los tipos de versos cae en sílaba larga. La alternancia de partes marcadas e intervalos entre ellas es lo que produce el ritmo.

En el hexámetro concretamente, esas unidades van representadas por el dáctilo, pie métrico constituido por una sílaba larga seguida de dos breves. La sílaba larga que inicia esta unidad métrica es el elemento marcado del ritmo (elementum longum), o tiempo fuerte, donde va el ictus o golpe que lo marca. El grupo de dos breves que siguen a este elemento es el no marcado. En la versificación dactílica nunca habrá una sola sílaba breve entre dos largas.

Las dos breves que constituyen el elemento no marcado del dáctilo ( /  u u) pueden estar sustituidas por una sílaba larga; dicho pie se denomina espondeo ( /     ). Por tanto el hexámetro es un verso de seis unidades métricas, dáctilos o espondeos, excepto el quinto pie, que casi siempre es dáctilo, y el sexto, que siempre es espondeo: la última sílaba de verso es indiferente a la cantidad y se señala con x , o por u, . Este elemento indifferens es el que ocupa el elemento no marcado del espondeo final. El esquema del hexámetro es como sigue:

1º  /  u u , 2º  /  u u , 3º  /  u u , 4º  /  u u , 5º  /  u u , 6º  /  u 

El final de un quinto pie espondeo no puede nunca coincidir con final de palabra: por esta norma, la remota posibilidad de encontrar un hexámetro espondaico está aún más restringida: márgine térrarúm porréxerat Ámphitríte (Ov. met. 1.14).

Resulta muy raro en los hexámetros espondaicos que su 4º pie sea también espondeo:

     xa per /  ét scopu/ lós et / prēs / sás con / vállis (Verg. georg. 3.271).

Es único en la poesía clásica conservada este hexámetro formado solamente por espondeos (holoespondaico):

    qui te lenirem nobis, neu conarere (Catul. 116.3).

Véase otro hexámetro holoespondaico en: <http://classicahispalensia.es/estudios/103-la-poesia-latina-de-fernando-de-herrera-j-solis-2021 >

El ictus, que representamos con tilde, va en sílaba larga; entre estas, si hay una sola sílaba, será larga; si hay dos, serán breves. Llevarán ictus la primera sílaba del verso y la penúltima.

Definición y símbolos de los cortes en el verso. La mayoría de los versos lleva en su interior uno o más cortes, que no necesariamente pausas en la recitación, entre palabras, que se denominan cesuras cuando el final de la palabra está dentro de un pie métrico o diéresis cuando va entre dichas unidades métricas. La terminología tradicional distingue entre cesura masculina, cuando va tras elementum longum, o femenina, cuando el final de palabra cae entre las dos breves de un elemento bisilábico.

VERSOS DACTÍLICOS: dáctilo dactylus [— u u] (4 moras).

            El hexámetro dactílico es el verso más utilizado no sólo de este tipo de versificación sino de toda la poesía latina en general desde su adaptación por el poeta Quinto Ennio (239-169 a. C.). Se compone de seis pies cuyos primeros elementos constituyen los longa que portan el ictus rítmico. Los elementos pares pueden estar constituidos por dos breves, dáctilo ( /  u u), o una larga, espondeo ( /     ), salvo el último que estará compuesto por una sola sílaba larga o breve, constituyendo el elemento indifferens de final de verso. Por tanto el hexámetro es un verso de seis unidades métricas, dáctilos o espondeos, excepto el quinto pie, que casi siempre es dáctilo, y el sexto, que siempre es espondeo, siendo la última sílaba indiferente a la cantidad. Este elemento indifferens es el que ocupa el elemento no marcado del espondeo final. El esquema del hexámetro es como sigue:

 /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,   /   

            Los esquemas que resultan de las combinaciones posibles de los cinco primeros metros son 32, lo que convierte al hexámetro en un verso de gran flexibilidad.

El final de un quinto pie espondeo no puede nunca coincidir con final de palabra: por esta norma, la remota posibilidad de encontrar un hexámetro espondaico está aún más restringida: márgine térrarúm porréxerat Ámphitríte (Ov. met. 1.14). En los dáctilos líricos de Horacio este espondeo en quinto pie en Hor. carm. 1.28.21: Orionis; ep. 13.9: Cyllenea; ep. 16.29: Appenninus; ep. 16.17: Phocaeorum. El pie precedente ha de ser dáctilo. El tipo preferido para estos hexámetros espondaicos es un verso cerrado por una palabra tetrasilábica precedida en cuarta sede por un dáctilo:

            ipsius ante pedes fluctus sălĭs adludebant (Catul. 64.67).

            Muy rara es la palabra trísilábica en final de hexámetro espondaico:

            quae quond(am) in bustis aut culminibus desertis (Verg. Aen. 12.863)

Léase un caso de hexámetro holoespondaico en «La poesía latina de Fernando de Herrera en su proyecto literario», en De Herrera. Estudios reunidos en el IV centenario de Versos (1619), Juan Montero, Pedro Ruiz Pérez (coords.), Sevilla: EUS. Editorial Universidad de Sevilla, 2021, pp. 53-105, y 366-367 (pp. 58-59). http://classicahispalensia.es/estudios/103-la-poesia-latina-de-fernando-de-herrera-j-solis-2021

El ictus, que se representan con tilde en estos apuntes, va siempre en sílaba larga; entre estas dos sílabas con ictus, si hay una sola sílaba, será larga; si hay dos, serán breves. Llevarán ictus y serán largas la primera sílaba del hexámetro y la penúltima, excluyéndose en todo el verso la secuencia de una sola breve entre dos largas.

            La recitación de un verso tan largo, entre trece y diecisiete sílabas, exige alguna pausa en su interior: es lo que se denomina cesura. Este corte nunca rompe una palabra y casi siempre va en medio de un pie; de lo cual se deduce que es rara la coincidencia de pie métrico y palabra, sobre todo en segundo, tercero y cuarto pie. Las cesuras se denominan según el lugar del verso en que se sitúen:

  1. a) Pentemímera, después del quinto medio pie, es la más corriente, y, a veces, puede ser la única pausa en el verso:

            Cónticuér(e) omnés | inténtiqu(e) óra tebant

  1. b) Trocaica, también llamada femenina, detrás de la primera breve del tercer dáctilo:

            Spárgensmida mélla | soriferúmque paver

  1. c) Heptemímera, después del séptimo medio pie:

            Áccipiúnt inic(um) imbrém | rimísque fatíscunt

  1. d) Triemímera, tras el tercer medio pie:

            Quídve doléns | regína deúm tot vólvere cásus

  1. e) Diéresis bucólica; cuando la pausa no va en mitad de un pie sino entre dos de ellos, se denomina diéresis, que en el hexámetro clásico sólo se da tras el cuarto pie:

            Pólli(o) et ípse facít nova cármina: ǁ páscite táurum

            Todas las cesuras, excepto la pentemímera, suelen aparecer combinadas en el mismo hexámetro, como en: Infandum | regina | iubes | renovare dolorem, donde se dan respectivamente la triemímera, trocaica y heptemímera. Es muy raro el verso con una sola cesura trocaica (Verg. buc. 9.60):

            incipit apparere |Bianoris hic ŭbĭ densas

            Se evita pausa tras el tercer pie, lo que partiría el verso en dos mitades. También se prohíbe final de palabra tras el quinto pie espondaico.

            La cláusula o parte final del hexámetro se regula con progresivo rigor. En general, los hexámetros terminados con palabras de más de tres sílabas van disminuyendo después de Lucrecio. Tampoco suelen aparecer monosílabos al final de verso; los pocos ejemplos de Virgilio elaboran versos de Ennio o imitan un modelo homérico. Sin embargo, en la sátira son numerosos los hexámetros cerrados por monosílabos a los que preceden a su vez otro monosílabo; igualmente, en la cláusula final puede haber palabras de 4 o 5 sílabas, y monosílabos que conectan sintácticamente con el verso que sigue.

‘si me amas,’ inquit ‘paulum hic ades.’ ‘inteream, si

aut valeo stare aut novi civilia iura; (Hor. serm. 1.9.38-39)

hoc iter ignavi divisimus, altius ac nos (Hor. serm. 1.5.5)

ad pugnam venere. prior Sarmentus ‘equi te  (Hor. serm. 1.5.35)

certe nescio quid secreto velle loqui te (Hor. serm. 1.9.67)

nec, siquid miri faciat natura, deos id (Hor. serm. 1.5.102)

            Se llaman versos hipérmetros los que tienen una sílaba de más sobre su esquema determinado, pero esta sílaba ha de terminar en vocal o m para elidirse en el comienzo vocálico o con h, del verso siguiente. Hay en la obra de Virgilio veinte de estos hexámetros hipérmetros, en dieciséis de los cuales la sílaba hipérmetra del final es la enclítica -que.

Versificación dactílica: pentámetro

            En combinación alterna con el hexámetro tenemos el otro verso dactílico, el pentámetro. Consiste éste en la repetición del primer hemistiquio del hexámetro antes de la cesura pentemímera. Es un verso dividido por una diéresis central, y, en consecuencia, siempre habrá final de palabra, por más que en contadas ocasiones este corte esté oscurecido por la sinalefa o elisión, bastante rara, por lo demás, en el pentámetro. El juego de sustituciones por dos breves de las sílabas largas no marcadas (elementum biceps) está rigurosamente reducido al primer hemistiquio: el segundo hemistiquio del pentámetro debe constar de dos dáctilos puros más la sílaba final.

            Su esquema es:  /  u u ,  /  u u ,  /   ǁ   /  u u ,  /  u u , W´

Ov. Am. 1.1

            Arma graui numero uiolentaque bella parabam

                edere, materia conueniente modis.

            Par erat inferior uersus —risisse Cupido

                dicitur atque unum ǁ surripuisse pedem.

5          ‘Quis tibi, saeue puer, dedit hoc in carmina iuris?

                Pieridum uates, non tua turba sumus.

            Quid, si praeripiat flauae Venus arma Mineruae,

                uentilet accensas flaua Minerua faces?

            Quis probet in siluis Cererem regnare iugosis,

10            lege pharetratae Virginis arua coli?

            Crinibus insignem quis acuta cuspide Phoebum

                instruat, Aoniam Marte mouente lyram?

            Sunt tibi magna, puer, nimiumque potentia regna;

                cur opus adfectas, ambitiose, nouum?

15        An, quod ubique, tuum est? tua sunt Heliconia tempe?

                uix etiam Phoebo iam lyra tuta sua est?

            Cum bene surrexit uersu noua pagina primo,

                attenuat neruos proximus ille meos;

            nec mihi materia est numeris leuioribus apta,

20           aut puer aut longas compta puella comas’.

            Questus eram, pharetra cum protinus ille soluta

                legit in exitium spicula facta meum,

            lunauitque genu sinuosum fortiter arcum,

                ‘quod’ que ‘canas, uates, accipe’ dixit ‘opus!’

25        Me miserum! certas habuit puer ille sagittas:

                uror, et in uacuo pectore regnat Amor.

            Sex mihi surgat opus numeris, in quinque residat:

                ferrea cum uestris bella ualete modis!

            Cingere litorea flauentia tempora myrto,

30            Musa, per undenos emodulanda pedes!

Por causa de la obligatoriedad de dáctilos puros en el segundo hemistiquio, los esquemas posibles del pentámetro se reducen a cuatro, frente a los dieciséis del hexámetro sin contar con los espondaicos. Ambos versos dactílicos son del tipo cataléctico o catalecto, en los que su último pie está incompleto; si queda con una sola sílaba se denomina catalecto in syllabam, como el pentámetro; si con dos, como el hexámetro, catalecto in disyllabum.

En el primer hemistiquio la combinación más usual es dáctilo y espondeo, seguida de la los dos dáctilos, y en menor medida espondeo y dáctilo, o la de dos espondeos.

            La sinalefa es rara en el pentámetro, y mucho más aún se produce en las breves del segundo elemento no marcado del segundo hemistiquio.

quám modo quí m(e) un(um) átqu(e) ǁ  únic(um) amíc(um) habuít (Catul. 73.6)

ei misero eripuist(i) ǁ  omnia nostra bona (Catul. 77.4)

            La diéresis central excepcionalmente está precedida por un monosílabo, y en tal caso habrá otro monosílabo largo o un bisílabo pirriquio (breve, breve) después de la triemímera:

infelix quod non  ǁ  alter et alter erras (Ov. Fast. 5.226).

quare cur te iam   ǁ  amplius excrucier (Catul. 76.10)

Este verso de cinco pies dactílicos no se da en la literatura clásica si no es como segundo componente del llamado dístico elegíaco, que es la composición métrica más utilizada después del hexámetro, y se compone, como decimos, de éste, seguido del dicho pentámetro.

            En esta especie de estrofa, que puede contener una idea completa, con frecuencia encerrada en una frase independiente, en la que el hexámetro plantea y el pentámetro responde, están escritos los epigramas, las elegías, tanto las eróticas como las dolientes, y también una buena parte de la poesía didáctica.

Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris.
               Nescio, sed fieri sentio et excrucior.

            Mentula conatur Pipleium scandere montem:
               Musae furcillis praecipitem eiciunt.

            Huc est mens deducta tua mea, Lesbia, culpa
               atque ita se officio perdidit ipsa suo,
            ut iam nec bene uelle queat tibi, si optima fias,
               nec desistere amare, omnia si facias.

Nulla potest mulier tantum se dicere amatam
               uere, quantum a me Lesbia amata mea est.
            Nulla fides ullo fuit umquam foedere tanta,
               quanta in amore tuo ex parte reperta mea est.

            Dicebas quondam solum te nosse Catullum,
               Lesbia, nec prae me uelle tenere Iouem.
            Dilexi tum te non tantum ut uulgus amicam,
               sed pater ut gnatos diligit et generos.
5          Nunc te cognoui: quare etsi impensius uror,
               multo mi tamen es uilior et leuior.
            Qui potis est, inquis? quod amantem iniuria talis
               cogit amare magis, sed bene uelle minus.

            Non, ita me di ament, quicquam referre putaui,
               utrumne os an culum olfacerem Aemilio.
            Nilo mundius hoc, nihiloque immundius illud,
               uerum etiam culus mundior et melior:
5          nam sine dentibus est. Os dentis sesquipedalis,
               gingiuas uero ploxeni habet ueteris,
            praeterea rictum qualem diffissus in aestu
               meientis mulae cunnus habere solet.
            Hic futuit multas et se facit esse uenustum,
10           et non pistrino traditur atque asino?
            quem siqua attingit, non illam posse putemus
               aegroti culum lingere carnificis?

Otros versos dactílicos

Tetrámetro dactílico acatalecto, denominado también alcmanio, con dáctilo en la IV sede y, en consecuencia, con la última breve. Cesura pentemímera. Constituye la primera parte del verso asinarteto arquiloqueo:  /  u u ,  /  u u,  /  5| u u ,  /  u u (Cecc. 105-6, p. 60).

Tetrámetro dactílico cataléctico: en la III sede un dáctilo, concide con los últimos cuatro pies del hexámetro. Constituye el segundo verso de la estrofa denominada alcmania.

Hemiepes o dímetro dactílico hipercataléctico o trímetro dactílico cateléctico in syllabam (Cecc. 108, p. 60), consiste en un hexámetro hasta la cesura pentemímera, aunque por la rareza de la realización espondaica en cualquiera de las dos sedes, más bien equivaldría al segundo hemistiquio del pentámetro:  /  u u ,  /  u u , ´, como señala Herrero Llorente denominándolo arquiloquio menor (Herr. p. 238). Horacio lo utiliza como verso alterno en el dístico denominado estrofa arquiloquea menor (carm. 4.7) y en los versos asinartetos elegiambo y yambélego.

El adonio,  /  u u ,  /  ´, es una estructura dactílica, dímetro dactílico cataléctico, que se corresponde con la cláusula final del hexámetro. No se admite ni el espondeo en el segundo elemento ni la sinalefa; aparece como cierre de la estrofa sáfica en Catulo y Horacio, aunque en autores tardíos como Boecio y Marciano Capela se dan series seguidas, estíquicas, de verso adonio.

Los elementa de la métrica latina

En virtud de la secuencia rítmica del verso, las sílabas solas o en grupo de dos se pueden clasificar en unidades mínimas abstractas denominadas elementa, que son los siguientes (Cecc. 57, p. 44):

elementum longum [­­­—]: realizado en una sílaba larga. Y como tal larga es el portador del ictus o marca rítmica. Algunos tipos de verso admiten en este elemento longum dos breves, portando el ictus la primera de ellas (Ceccarelli 65, p. 48); y en la versificación yambotrocaica del teatro arcaico aparece representado por una sola sílaba breve en ciertos lugares susceptibles de licencia métrica (syllaba breuis in elemento longo).

elementum breve [u]: realizado en una sola sílaba breve.

elementum anceps [x]: realizado en una sílaba larga o breve, o dos breves.

elementum biceps [u u]: realizado por una sílaba larga o dos breves.

elementum indifferens [Ω]: realizado por una sílaba larga o breve, nunca para dos breves. Se reserva esta denominación para el elemento final de verso, en que es indiferente que dicha sílaba sea larga o breve.

Entre el verso y sus unidades básicas denominadas elementa estan las unidades tradicionales de la métrica clásica, el pie y el metro.

Los versos éolicos: introducción

Características formales de los versos líricos o eólicos: igual número de sílabas según el verso (isosilabia); la secuencia de dos breves entre dos largas (coriambo: /  u u  /  ) precedida la mayoría de los versos de dos o más sílabas; la composición en estrofas.

La métrica de los 116 poemas (carmina) del Liber Catulli Veronensis

Hexámetro dactílico: carmina 62 y 64.

Dístico elegíaco (hexámetro + pentámetro dactílicos): 65 a 116.

Endecasílabo falecio [Cecc. 172-4, p. 77]: 1 a 3, 5 a 7, 9, 10, 12 a 16, 21, 23, 24, 26 a 28, 32, 33, 35, 36, 38, 40 a 43, 45 a 50 y 53 a 58.

Trímetro yámbico puro [Cecc. 112-7, p. 61)]: 4 y 29.

Trímetro yámbico escazonte o coliambo [Cecc. 120-3, p. 63]: 8, 22, 31, 37, 39, 44, 59 y 60.

Estrofa sáfica (3 endecasílabos sáficos [Cecc. 190-1, p. 82] + 1 adonio [Cecc. 110-11, p. 61]): 11 y 51.

Priapeo (gliconio + ferecracio [Cecc. 175-8, pp. 78-79]): 17.

Asclepiadeo mayor [Cecc. 183-4, p. 80): 30.

Galiambo o tetrámetro jónico cataléctico [Cecc. 160, p. 74]: 63.

Las estrofas (συστήματα) de Horacio

Asclepiadea I (estíquico): asclepiadeo menor (12 sílabas) Hor. carm. 1.1; 3.30; 4.8:

  /  u   /  u u  /  6|  /  u u  /   u W´

Asclepiadea II (4 versos): 3 asclepiadeos menores (12 sílabas), y 1 gliconio (8 sílabas) Hor. carm.1.6; 1.15; 1.24; 1.33; 2.12; 3.10; 3.16; 4.5; 4.12:
                         /  u   /  u u  /  6|  /  u u  /   u W´
                         /  u
  /  u u  /  6|  /  u u  /   u
                         /  u
  /  u u  /  6|  /  u u  /   u
                         /  u
  /  u u  /   u W´

Asclepiadea III (4 versos): 2 asclepiadeos menores (12 sílabas), 1 ferecracio (7 sílabas), y 1 gliconio (8 sílabas) Hor. carm.1.5; 1.14; 1.21; 1.23; 3.7; 3.13; 4;13:
                         /  u   /  u u  /  6|  /  u u  /   u
                         /  u
  /  u u  /  6|  /  u u  /   u
                       
           /  u   /  u u  /  W
                       
      /  u   /  u u  /   u W´

Asclepiadea IV (2 versos): 1 gliconio (8), y 1 asclepiadeo menor (12) Hor. carm.1.3; 1.13; 1.19; 1.36; 3.9; 3.15; 3.19; 3.24; 3.25; 3.28; 4.1; 4.3:
                                   /  u   /  u u  /   u W´
                               /  u
  /  u u  /  6|  /  u u  /   u W´

Asclepiadea V (estíquico): asclepiadeo mayor (16 sílabas) Hor. carm.1.11; 1.18; 4.10:
                         /  u  /  u u  /  6|  /  u u  / 10|   /  u u  /   u W´

Sáfica (4 versos): 3 endecasílabos sáficos (11 sílabas), y 1 adonio (5 sílabas) Hor. carm.1.2; 1.10; 1.12; 1.20; 1.22; 1.25; 1.30; 1.32; 1.38; 2.2; 2.4; 2.6; 2.8; 2.10; 2.16; 3.8; 3.11; 3.14; 3.18; 3.20; 3.22; 3.27; 4.2; 4.6; 4.11; carm. saec.:
                         /  u  /  u  /  5| u 6|  u  /  u  /  W
                               /  u  /  u  / 
5| u 6|  u  /  u  /  W
                               /  u  /  u  / 
5| u 6|  u  /  u  /  W
                               /  u u  / 
W

Sáfica mayor (2 versos): 1 aristofanio (7 sílabas), y 1 sáfico mayor (15 sílabas) Hor. carm.1.8:
                                             /  u u  /  u  /  W
                               /  u  /  u  /  u u  / 
8|  /  u u  /  u  /  W

Alcaica (4 versos): 2 endecasílabos alcaicos (11 sílabas), 1 eneasílabo (9 sílabas), y 1 decasílabo (10 sílabas) Hor. carm.1.9; 1.16; 1.17; 1.26; 1.27; 1.29; 1.31; 1.34; 1.35; 1.37; 2.1; 2.3; 2.5; 2.7; 2.9; 2.11; 2.13; 2.14; 2.15; 2.17; 2.19; 2.20; 3.1-6; 3.21; 3.23; 3.26; 3.29; 4.4; 4.9; 4.14; 4.15:
                        _  /  u  /  _ 5|  /  u u  /  u W´
                              _  /  u  /  _
5|  /  u u  /  u W´
                             
   _  /  u  /  _  /  u  /  W
                             
       /  u u  /  u u  /  u  /  W


Arquiloquea I (arquilocheum alterum o arquiloquea menor, 2 versos): 1 hexámetro dactílico seguido de 1 dímetro dactílico hipercataléctico o hemiepes; Hor. carm. 4.7:
                         /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,   /  W
                         /  u u ,  /  u u , W´

Alcmania (arquilocheum primum, epodo dactílico, 2 versos): 1 hexámetro dactílico seguido de 1 tetrámetro dactílico cataléctico; Hor. carm.1.7; 1.28; ep. 12:
                         /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,   /  W
                             
 /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  W

Arquiloquea II (arquilocheum tertium o arquiloquea mayor, 2 versos): 1 arquiloqueo, compuesto de un alcmanio, tetrámetro dactílico acatalecto, con el último dáctilo puro, y una tripodia trocaica o itifálico, y 1 trímetro yámbico cataléctico; Hor. carm. 1.4:
                         /  u u ,  /  u u,  /  u u ,  /  u u ||  /  u  /  u  /  W
                             
x  /   u  /  , x 5|  /   u  /  , x  /  W

Hiponactea (2 versos): 1 dímetro trocaico cataléctico o euripideo, y 1 trímetro yámbico cataléctico; Hor. carm. 2.18:
                                  /  u  /  u ,  /  u W
                        x  /   u  /  , x 5|  /   u  /  , x  /  W

Epodo yámbico (2 versos): 1 trímetro yámbico, y 1 dímetro yámbico; Hor. ep. 1-10:
                        x  /  u  /  , x  /  u  /  , x  /  u W
                           x  /   u  /  , x  /  u W´

Epodo elegiámbico (2 versos): 1 trímetro yámbico, y 1 elegiambo, trímetro dactílico cataléctico o hemiepes, más dímetro yámbico acatalecto; Hor. ep. 11:
                        x  /  u  /  , x  /  u  /  , x  /  u W
                            /  u u ,  /  u u , W´ || x  /   u  /  , x  /  u W´  

Epodo yambelégico (estrofa arquiloquea V; 2 versos): 1 hexámetro dactílico, y 1 yambélego, dímetro yámbico acatalecto más trímetro dactílico cataléctico; Hor. ep. 13:
                         /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,   /  W
                           x  /   u  /  , x  /  u W´ ||  /  u u ,  /  u u , W´

Pitiámbica I (2 versos): 1 hexámetro dactílico, y 1 dímetro yámbico; Hor. ep. 14-15:
                         /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,   /  W
                           x  /   u  /  , x  /  u W´

Pitiámbica II (2 versos): 1 hexámetro dactílico, y 1 trímetro yámbico; Hor. ep. 16:
                         /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,  /  u u ,   /  W
                                 
x  /  u  /  , x  /  u  /  , x  /  u W´

Trímetro yámbico (estíquicos) Hor. ep. 17:

x  /  u  /  , x  /  u  /  , x  /  u W´

Decámetro jónico a minore: (4 estrofas de diez metros jónicos) Hor. carm. 3.12.

u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / ,

u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / ,

u u  /   / , u u  /   / , u u  /  W´.

Ortotipografía del verso latino: En la edición de versos latinos se debe guardar la disposición lineal de las series de un mismo tipo de verso (estíquicos), así como también los sangrados de varios espacios que distinguen los diferentes versos que constituyen cualquier tipo de estrofa y el dístico elegíaco.

Características formales de los versos líricos o eólicos: igual número de sílabas según el verso (isosilabia); la secuencia de dos breves entre dos largas (coriambo: /  u u  /  ) precedida la mayoría de los versos de dos o más sílabas; la composición en estrofas. Frente al ritmo de pies con isocronía, o igual numeros de moras, como los versos dactílicos, los versos eolios o líricos presentan un ritmo anisocrónico. En la isocronía de pies, el número de sílabas es irrelevante y puede variar. Ahora en compensación por la falta de un ritmo isocrónico, el número de sílabas es fijo y rítmicamente relevante. Así pues, no puede hablarse de pies ni de metros en los versos eolios.

Hor. carm. 2.10. Estrofa sáfica: 3 endecasílabos sáficos y 1 adonio.

            Rectius uiues, Licini, neque altum

            semper urgendo neque, dum procellas

            cautus horrescis, nimium premendo

              litus iniquum.

            Auream quisquis mediocritatem

            diligit, tutus caret obsoleti

            sordibus tecti, caret inuidenda

              sobrius aula.

            Oda al Céfiro. Esteban Manuel de Villegas (1589-1669). Endecasílabos sáficos con acento en 4ª y 8ª.

            Dulce vecino de la verde selva,

            huésped eterno del abril florido,

            vital aliento de la madre Venus,

                firo blando;

            si de mis ansias el amor supiste,

            tú, que las quejas de mi voz llevaste,

            oye, no temas, y a mi ninfa dile,

                dile que muero.

Endecasílabo falecio (11 sílabas): ú u  /  u u  /  u  /  u  /   . (Ceccarelli 172-4, p. 77).

                                                      Iám ver égelidós refért tepóres (Catul. 46.1) [estíquicos].

            Viuamus, mea Lesbia, atque amemus
            rumoresque senum seueriorum
            omnes unius aestimemus assis!
            Soles occidere et redire possunt;
5          nobis cum semel occidit breuis lux,
            nox est perpetua una dormienda.
            Da mi basia mille, deinde centum,
            dein mille altera, dein secunda centum,
            deinde usque altera mille, deinde centum;
10        dein, cum milia multa fecerimus,
            conturbabimus illa, ne sciamus,
            aut ne quis malus inuidere possit,
            cum tantum sciet esse basiorum.

Según la secuencia rítmica del verso, las sílabas solas o en grupo de dos se pueden clasificar en unidades mínimas abstractas denominadas elementa, que son los siguientes (Cecc. 57, p. 44):

elementum longum  [­­­—]: realizado en una sílaba larga. Y como tal larga es el portador del ictus o marca rítmica. Algunos tipos de verso admiten en este elemento longum dos breves, portando el ictus la primera de ellas (Ceccarelli 65, p. 48); y en la versificación yambotrocaica del teatro arcaico aparece representado por una sola sílaba breve en ciertos lugares susceptibles de licencia métrica (syllaba breuis in elemento longo).

elementum breve  [u]: realizado en una sola sílaba breve.

elementum anceps  [x]: realizado en una sílaba larga o breve, o dos breves.

elementum biceps  [u u]: realizado por una sílaba larga o dos breves.

elementum indifferens  [ Ω ]: realizado por una sílaba larga o breve, nunca para dos breves. Se reserva esta denominación para el elemento final de verso, en que es indiferente que dicha sílaba sea larga o breve.

Entre el verso y sus unidades básicas denominadas elementa estan las unidades tradicionales de la métrica clásica, el pie y el metro.

VERSOS YÁMBICOS: yambo [u —] (3 moras); la dipodia [x  /   u  /  ] forma el metro yámbico.

Senario yámbico: x  /   /  5|  /  7|  /   /  u Ω´ (Cecc. 133, p. 66).

Trímetro yámbico: x  /  u  /  ,  /  u  /  ,  /  u Ω´ (Cecc. 112-7, p. 61).

El trímetro yámbico se compone de tres dipodias yámbicas en cuyo análisis se debe señalar:

3 elementa ancipitia [x], en I, V y IX, susceptibles de realizarse como 1 sílaba larga, 1 breve o 2 breves.

6 elementa longa, [­­­  /  ], que ocupan los lugares pares del verso, realizado en 1 sílaba larga o 2 breves, en la primera de las cuales llevaría el ictus, salvo el XII y último, que es indifferens.

3 elementa brevia [u], en III, VII y XI, que sólo puede realizarse en 1 breve.

1 elementum indifferens [Ω´], en XII, última sílaba del verso larga o breve, que puede conservar el hiato con la palabra del verso siguiente que comience por vocal.

            Vistas estas posibilidades de realización, en los pies impares del trímetro yámbico se pueden encontrar yambos [u —], espondeos [— —], anapestos [uu —], dáctilos [— u u], e incluso proceleusmáticos [u u u u], en cambio en los pares sólo yambos y tríbracos [u uu], y en el último, pirriquio [u u].

            Por lo demás, todos los elementos bisilábicos de la versificación yambotrocaica, comparten las siguientes restricciones: deben estar en la misma palabra, salvo que la primera breve sea un monosílabo (norma de Ritschl). Tampoco estas dos breves pueden ocupar el final de una palabra de más de dos sílabas salvo que se encuentre en la I sede (norma de Hermann-Lachmann). En la dipodia final del trímetro yámbico, se evita la secuencia de dos palabras yámbicas (norma de Bentley-Luchs); en los versos yambotrocaicos del teatro arcaico esta norma se aplica a las cláusulas de todos los versos yámbicos y trocaicos catalécticos y al primer hemistiquio de los yámbicos con diéresis; en general a todos los versos y hemistiquios que terminen con la secuencia de elemento breve más indifferens.

Norma de Meyer, respetada en los senarios de Fedro más que en Pl. y Ter. Si una palabra polisilábica termina en el 4º u 8º elemento, el elemento libre precedente ha de ser breve; es decir, en 4 y 8 elemento sólo se admite un final de palabra yámbico, no espondaico ni anapéstico. En los tr7 y tr8 esta norma afecta a los elementos 6º y 10º.

Cecc. 148, pp. 70-71: las dos breves que forman un elemento no pueden estar entre dos palabras distintas o cerrar una palabra de más de dos sílabas.

 aut ămĭui ratendit tia (Hor. ep. 2.33)
(Sen. Ag. 35) avo parentem, pro nefas, pātri virum (pātri : Bentley-Luchs)

(Sen. Ag. 50) quid dextra dubiō trepidă consilio labat

Ejercicios de evaluación continua:

Escansión de trímetro yámbico (Catull. 4). Trímetro yámbico: x  /  u  /  ,  /  u  /  ,  /  u Ω´ (Cecc. 112-7, p. 61).

            Phaselus ille quem uidetis, hospites,

            ait fuisse nauium celerrimus,

            neque ullius natantis impetum trabis

            nequisse praeterire, siue palmulis

5          opus foret uolare siue linteo.

            Et hoc negat minacis Hadriatici

            negare litus insulasue Cycladas

            Rhodumque nobilem horridamque Thraciam

            Propontida trucemue Ponticum sinum,

10        ubi iste post phaselus antea fuit

            comata silua; nam Cytorio in iugo

            loquente saepe sibilum edidit coma.

            Amastri Pontica et Cytore buxifer,

            tibi haec fuisse et esse cognotissima

15        ait phaselus: ultima ex origine

            tuo stetisse dicit in cacumine,

            tuo imbuisse palmulas in aequore,

            et inde tot per impotentia freta

            erum tulisse, laeua siue dextera

20        uocaret aura, siue utrumque Iuppiter

            simul secundus incidisset in pedem,

            neque ulla uota litoralibus deis

            sibi esse facta, cum ueniret a mari

            nouissime hunc ad usque limpidum lacum.

25        Sed haec prius fuere, nunc recondita

            senet quiete seque dedicat tibi,

            gemelle Castor et gemelle Castoris.

Escansión de senario yámbico, ia6 (Publ. Syr.): Aurora López Azcona, Andrés Pociña Pérez, Comedia romana, Madrid: Akal, 2007, Publilius Syrus (senarios yámbicos), pp. 328-334. Senario yámbico: x  /   /  5|  /  7|  /   /  u Ω´ (Cecc. 133, p. 66).

Discipulus est prioris posterior dies.  Discípu | lus ést | prió | ris pós | teriór | diés.

Discipulus est prioris posterior dies.

Avarus ipse miseriae causa est suae.

Brevis ipsa vita est sed malis fit longior.

In venere semper dulcis est dementia.

Nec vita nec fortuna propria est hominibus.

Lucrum sine damno alterius fieri non potest.

Vitam regit fortuna, non sapientia.

Stulti timent fortunam sapientes ferunt.

Beneficium accipere libertatem est vendere.

Nocere posse et nolle laus amplissima est.

Hominem experiri multa paupertas iubet.

In venere semper certat dolor et gaudium.

Fortuna vitrea est: tum cum splendet frangitur.

Heredis fletus sub persona risus est.

Levis est fortuna: cito reposcit quod dedit.

Nihil agere semper infelici est optimum.

Amare et sapere vix deo conceditur.

Rapere est accipere quod non possis reddere.

Animo dolenti nihil oportet credere.

Monere non punire stultitiam decet.

Amicum an nomen habeas aperit calamitas.

Audendo virtus crescit tardando timor.

Citius venit periclum cum contemnitur.

Amico firmo nihil emi melius potest.

Roganti melius quam imperanti pareas.

Quod timeas citius quam quod speres evenit.

Bis vincit qui se vincit in victoria.

Multis minatur qui uni facit iniuriam.

Sua servat qui salva esse vult communia.

Cave quicquam incipias quod paeniteat postea.

Caret periclo qui etiam cum est tutus cavet.

Cunctis potest accidere quod cuivis potest.

De inimico non loquaris male sed cogites.

Ex hominum questu facta fortuna est dea.

Fortuna nimium quem fovet stultum facit.

Stultum facit fortuna quem vult perdere.

Homo totiens moritur quotiens amittit suos.

Inopi beneficium bis dat qui dat celeriter.

Iracundiam qui vincit hostem superat maximum.

In rebus dubiis plurimi est audacia.

Iter est quacumque dat prior vestigium.

Ibi pote valere populus ubi leges valent.

Mala causa est quae requirit misericordiam.

Male geritur quidquid geritur fortunae fide.

Male secum agit aeger medicum qui heredem facit.

Male imperando summum imperium amittitur.

Multa ignoscendo fit potens potentior.

Multorum calamitate vir moritur bonus.

Malum est consilium quod mutari non potest.

Mortem ubi contemnas viceris omnes metus.

Nulla tam bona est fortuna de qua nihil possis queri.

Non pote non sapere qui se stultum intellegit.

Nimium altercando veritas amittitur.

O dulce tormentum ubi reprimitur gaudium!

Qui se ipse laudat cito derisorem invenit.

Malum ne alienum feceris tuum gaudium.

Quam malus est culpam qui suam alterius facit.

Quam est felix vita quae sine odiis transiit.

Omnes aequo animo parent ubi digni imperant.

Male vivunt qui se semper victuros putant.

Ratione non vi vincenda adolescentia est.

Viri boni est nescire facere iniuriam.

Ames parentem si aequus est si aliter feras.

Amici vitia si feras facias tua.

Avarus nisi cum moritur nihil recte facit.

Regnat non regitur qui nihil nisi quod vult facit.

Correptio iambica en la prosodia arcaica La abreviación de los yambos, o brevis brevians, se da en palabras bisilábicas con estructura yámbica (u _) que pueden presentar la segunda sílaba medida como breve (u u, pirriquio); en el hexámetro clásico se produce en pronombres personales: ego, sibi, mihi, tibi; adverbios: modo, cito, bene, male; y presentes de indicativo bisilábicos con la primera breve: amo, veto, scio.

            En la prosodia arcaica, y más concretamente en la versificación yambotrocaica, este fenómeno de abreviación de yambos tiene un alcance mayor, pues no sólo se amplía a todo tipo de bisílabos yámbicos (suae, novae), sea la larga por naturaleza o posición, sino que se extiende también a otras secuencias de sílabas que presentan dicha estructura métrica (u  ) sin que tengan que estar en la misma palabra para poder operarse la abreviación (u  > u u). <https://personal.us.es/jsolis/arcaico.htm>

            Así, pues, un monosílabo breve puede abreviar la sílaba larga inicial de la palabra siguiente:

u u ´│  ú u│  ´│ u ´│   ´│ uú ia6

ĭn ŏcculto miseri, uictitant suco suo Cap.83

 u  ú  u │u u  ú u│   ´ │  ´│u ´ u ú  ia6

quis hic loquitur?::ego, qui tuo maerore maceror Cap.133.

 ú u u │ ´    u│´    ´ u │ ´    │  ´  │ ´  u│ú

Quid ipsus hic? quo honore est illic?::Summo, atque ab summis uiris       Cap.279. tr7.

 ú u u│´  u u│´   u│´    │ ´  │ú  u  │ ´ uú tr7

memoriter meminisse, inest spes nobis in hac astutia Cap.250

            Asimismo, un bisílabo con inicial breve cuya vocal final queda elidida puede abreviar a su vez la sílaba larga inicial de la palabra siguiente, pues a efectos métricos es como si fuera monosílabo:

 u u ´│  ´│     ´│ ´│  ´│u ú ia6

scio absurde dictum hoc derisores dicere Cap.71 (cf. Cap.124)

            En las palabras de cuatro o más sílabas, el yambo formado por las dos primeras sílabas puede abreviarse en un pirriquio siempre y cuando esa segunda sílaba no lleve el acento de la palabra, como ministerium, voluptatem, adoptatus; pero pueden abreviarse algunas sílabas que, aun llevando el acento, su fuerza tónica esté diluida en unidades de entonación más extensas: voluptas mea, molestae sunt (Mil.69).

            El pirriquio resultante de una abreviación yámbica debe formar parte del mismo elemento o semipié. La breve resultante a su vez no puede abreviar a otra larga que siguiera. En polisílabos con final u - no puede producirse abreviación salvo en los elementos segundo y décimo (cf. infra).

            Restricciones de los elementos bisilábicos:

  1. I) No han de estar dichas sílabas breves en palabras diferentes salvo cuando se trate de monosílabos, y en el caso de secuencias de preposición y régimen, como en el tercer pie de:

´    u u│´     │ ú  u│ú uu │´ uu │´    │´ u│ú tr7

Immo edepol propter avaritiam ipsius atque audaciam Cap.287

  1. PH. Immo edepol propter auaritiam ipsius atque audaciam. (Cap.287)
    imm(o) ěděpol proptěr ăvārĭti(am) ipsius atqu(e) audaciam

´  u u│´   │ ú u │ú uu │´ uu│´ │´ u│ú tr7

Immo edepol propter avaritiam ipsius atqu(e) audaciam Cap.287

  1. II) No han de estar al final de palabra salvo ocupando los elementos o semipiés segundo o décimo.

númquam erít t(am) auáru(s), quín te │ grátiis émittát manu Cap.408, tr7.

Pól maeróres m(i) ánteuórtunt │ gáudiis::nól(i) iráscier Cap.840, tr7.

Normas de los elementos bisilábicos:

  1. a) norma de Ritschl: Las dos breves de un elemento bisilábico no pueden estar en palabras distintas, salvo que el primero sea un monosílabo breve o bisílabo cuya segunda se haya resuelto en sinalefa con la siguiente; se exceptúan las secuencias de preposición bisilábica con su régimen:

alium álio pácto própter amórem ní sciám Mil. 1286, ia6.

Unidades tradicionales de la métrica clásica: pie, metro y verso

El pie es la mínima unidad de retorno en la cadena rítmica, y por ende, la mínima unidad métrica significativa; el pie tiene necesariamente un mínimo de dos sílabas y constituye una unidad rítmica formada por un tiempo fuerte y otro débil que le precede o le sigue, una secuencia de cantidades en torno a un tiempo rítmicamente marcado. Esta marca rítmica es lo que tradicionalmente se llama ictus, y cae normalmente en una sílaba larga, aunque existe la posibilidad de que se encuentre resuelto en dos breves; el ictus funciona respecto a la unidad pie de modo parecido a como el acento de la palabra: función culminativa, en que las sílabas no acentuadas se agrupan en torno a la marcada por el acento (Cecc. 3), y función delimitativa. Esta última se basa en la tendencia del lenguaje hablado de que el intervalo rítmico no pueda ser más que de una o dos sílabas, de modo que si entre dos tiempos marcados trata de producirse un intervalo de tres sílabas, automáticamente la sílaba del medio recibe una marca rítmica, resultando dos intervalos de una sílaba donde pretendía haber uno de tres sílabas. La alternancia de tiempos marcados e intervalos produce el ritmo de pies métricos. Y no importa que en los intervalos haya también sílabas largas, así en el hexámetro holospondaico se sigue percibiendo el ritmo marcado en las largas en los lugares convenidos, las otras largas son rítmicamente irrelevantes. En un ritmo de pies, el retorno de los tiempos fuertes y de los intervalos está sometido a una isocronía rigurosa (isocronía fonológica convencional de la ratio de 2 breves igual a 1 larga), de modo que si un intervalo tiene una sílaba y el siguiente dos, la una de aquél debe valer igual que las dos de éste.

            Pero además, dentro de la regla general de que los pies sucesivos midan el mismo tiempo, pueden adoptarse otros criterios de clasificación:

1) la parte marcada y la no marcada de cada pie miden a su vez el mismo tiempo (dáctilos, anapesto);

2) la parte marcada mide doble que la no marcada (troqueos, yambos).

            Así surgen los cuatro ritmos fundamentales y los cuatro tipos de pie más importantes, cuya clasificación puede hacerse desde distintos puntos de vista; según la posición del tiempo marcado y el débil, en descendentes, si precede el primero (troqueo, dáctilo) y ascendentes, si precede el último (yambo, anapesto).

Según su importancia para el ritmo, se pueden clasificar en fundamentales (yambo, anapesto, troqueo y dáctilo) o sucedáneos, espondeo y pirriquio, que sustituyen a los fundamentales sin constituir ritmos por ellos mismos; según la proporción de cantidad entre tiempo fuerte y débil; número igual de moras (dáctilo, anapesto); número doble de moras en el tiempo fuerte (troqueo, yambo); sesquiáltero (Cecc. 60, p. 46), tiempo fuerte y débil en la proporción dos a tres (crético).

En el tiempo fuerte o elemento marcado del ritmo es donde va el ictus o golpe que lo marca, y que estaba representado en la terminología antigua por la ‘tesis’; el elemento breve, no marcado o débil, estaba representado por el ‘arsis’. Posteriormente, ya en latín tardío cuando se fue perdiendo la noción de cantidad en favor de la acentuativa, se entendió el arsis como levantar la voz, y pasó a designar el elemento fuerte, y tesis, el débil, y así se extendió a la métrica de las lenguas modernas (Herrero Llorente 74).

            El tiempo total de cada pie es en principio fijo, como hemos dicho. El número de sílabas, en cambio, variable y, por tanto, irrelevante. El ritmo del verso basado en la sucesión de pies, exige, para evitar la monotonía que varíe la estructura cuantitativa y el número de sílabas de los pies. Basta con que se conserve el esquema rítmico básico consabido para el emisor y el receptor. Veamos una última clasificación de los pies métricos agrupándolos de acuerdo con el número de sílabas.

            De 2 sílabas:

pirriquio [u u] (2 moras).

troqueo o coreo [— u] (3 moras).

yambo [u —] (3 moras).

espondeo [— —] (4 moras).

            De 3 sílabas:

tríbraco [u u u] (3 moras).

dáctilo [— u u] (4 moras).

anapesto [u u —] (4 moras).

anfíbraco [u — u] (4 moras).

crético o anfímacro (5 moras) [— u —].

baquio (5 moras) [u — —].

antibaquio (5 moras) [— — u].

moloso [— — —] (6 moras). 

De 4 sílabas:

proceleusmático [u u u u] (4 moras).

coriambo [— u u —] (6 moras).

jónico a maiore [— — u u ] (6 moras).

jónico a minore [u u — —] (6 moras).

peón primero [— u u u] (5 moras).

peón segundo [u — u u] (5 moras).

peón tercero [u u — u] (5 moras).

peón cuarto [u u u — ] (5 moras).

antipasto [u — — u ] (5 moras).

epítrito primero [u — — — ] (7 moras).

epítrito segundo [— u — — ] (7 moras).

epítrito tercero [— — u — ] (7 moras).

epítrito cuarto [— — — u] (7 moras).

            De 5 sílabas:

dogmio [u — — u —] (8 moras).

Metro

            El metro es la segunda unidad en la cadena rítmica. En el ritmo dactílico pie y metro se identifican; en cambio en la yambo‑trocaica el metro lo constituyen dos pies, de los cuales uno de ellos y en sucesión alterna es un pie puro, y el otro contiene una larga donde tendría que corresponder por el esquema del pie una breve (longa irrationalis), lo cual no es relevante para el ritmo. “Los pies de una sola sílaba de intervalo (alternancia simple en compas ternario) tienden a su vez a agruparse por parejas, de tal manera que el segundo de los dos pies domine sobre el otro, produciendo así sobre la alternancia de sílabas marcadas y no marcadas, una segunda alternancia rítmica, de doble amplitud de onda, por la alternancia de pies sometidos y dominantes”. Esta tendencia a la agrupación por parejas es propia sobre todo del ritmo de pies de una sola sílaba de intervalo, pero tampoco es extraño al ritmo de dos sílabas de intervalo, especialmente al de ritmo ascendente, hasta el punto de que el anapesto sometido en cada pareja puede aparecer con el ritmo cambiado aparentemente, es decir, con el tiempo débil representado por una larga y el tiempo fuerte resuelto en dos breves. El ritmo del metro es ascendente o descendente según lo sea, como se ha dicho arriba, el de los pies que lo componen. (Cecc. 112, p. 61) Así, si los pies yámbicos se agrupan en metros, estos tienen ritmo ascendente, ya que el pie condensado es el primero, mientras que el segundo, que aparece como pie puro, queda rítmicamente caracterizado.

Verso

            La unidad fundamental del sistema latino es el verso. El concepto de verso está por encima de su segmentación en unidades inferiores y también de su agrupación en unidades superiores, estrofas o poemas. El verso como unidad rítmica tiene varias marcas formales fundamentales:

  1. a) coincidencia de final de verso con final de palabra;
  2. b) sílaba final es indiferente a la cantidad, esto es, puede ser larga o breve;
  3. c) especial posibilidad de hiato, encuentro vocálico, entre el final de un verso y el comienzo del siguiente.

Los versos pueden clasificarse según las características de cada una de sus partes:

Hipérmetros, si tiene una sílaba de más sobre su esquema determinado, pero está sílaba ha de terminar en vocal o m para elidirse en el comienzo vocálico o con h, del verso siguiente. Hay en la obra de Virgilio 20 de estos hexámetros hipérmetros, en 16 de los cuales la sílaba hipérmetra del final es la enclítica -que.

Catalécticos o catalectos, cuando su último pie está incompleto; si queda con una sola sílaba se denomina catalecto in syllabam, como el pentámetro; si con dos, como el hexámetro, catalecto in disyllabum.

Acatalecto, si el verso se corresponde con su esquema métrico completo.

Acéfalos, cuando les falta alguna sílaba al principio.

Procéfalos, si tienen en su comienzo una sílaba de más que se denomina anacrusis.

Asinartetos o desarticulados, cuando están compuestos de dos hemistiquios desiguales entre los que se admite el hiato en la sílaba final del primer miembro o colon, como el pentámetro, priapeo.

La mayoría de los versos lleva en su interior una o más pausas o cortes entre palabras, que se denominan cesuras cuando el final de la palabra está dentro de un pie métrico o diéresis cuando va entre dichas unidades métricas. La terminología tradicional distingue entre cesura masculina, cuando va tras elementum longum, o femenina, cuando el final de palabra cae entre las dos breves de un elemento bisilábico.

VERSOS DACTÍLICOS: Léase 22PML0930.

VERSOS YÁMBICOS: yambo [u —] (3 moras); la dipodia [x  /   u  /  ] forma el metro yámbico. La realización de los elementos anceps [x] y longum [ / ] en dos breves, [u u] y [ú u] respectivamente, debe estar en la misma palabra, salvo que la primera breve sea un monosílabo. Esta misma realización bisilábica no puede ser el final de una palabra de más de dos sílabas salvo que se encuentre en la I sede. En la parte final del verso se evita la secuencia de dos palabras yámbicas.

Senario yámbico: x  /  x  /  x 5|  /  x 7|  /  x  /  u W´ (Cecc. 133, p. 66).

Trímetro yámbico: x  /  u  /  , x  /  u  /  , x  /  u W´ (Cecc. 112-7, p. 61).
   Iam i(am) éfficáci dá manús sciéntiáe (Hor. ep. 17.1) [estíquicos].

Trímetro yámbico puro: u  /  u  /  u  /  u  /  u  /  u W´ (Cecc. 118-9, p. 63).
   Phasélus ílle, quém vidétis, hóspités (Catul. 4.1) [estíquicos].
   [Altera iam teritur bellis civilibus aetas]
      suís et ípsa Róma víribús ruít (Hor. ep. 16.2) [estrofa pitiámbica II, 2, precedido de hexámetro dactílico (Cecc. 229, p. 94)].

Trímetro yámbico escazonte: x  /   u  /  , x  /   u  /  , u  /   /  W (Cecc. 120-3, p. 63).
   Misér Catúlle désinás inéptíre (Catul. 8.1) [estíquicos]. La V sede es un yambo puro. Se evitan monosílabos al final de verso y ante cesura, 5| y más rara 7|; se denomina también yambo cojo o coliambo.

Trímetro yámbico cataléctico: x  /   u  /  , x 5|  /   u  /  , x  /  W (Cecc. 124-5, p. 64).
        [Non ebur neque aureum]
   meá renídet ín domó lacúnar (Hor. carm. 2.18.2) [estrofa hiponáctea, 2; precedido de dímetro trocaico cataléctico (Cecc. 219, p. 92)].
   trahúntque síccas máchináe carínas (Hor. carm. 1.4.2) [estrofa arquiloquea II, 2; precedido del asinarteto arquiloqueo].

Dímetro yámbico: x  /   u  /  , x  /  u W´ (Cecc. 126, p. 64).
   [Beatus ille qui procul negotiis]
      ut prísca géns mortáliúm (Hor. ep. 2.2) [epodo yámbico, 2; precedido de trímetro yámbico (Cecc. 220, p. 93)].
   [Nox erat et caelo fulgebat luna sereno]
      intér minóra síderá (Hor. ep. 15.2) [estrofa pitiámbica I, 2, precedido de hexámetro dactílico (Cecc. 227, p. 94)].

Dímetro yámbico cataléctico: x  /  u  /  , u  /  W (Cecc. 129, p. 65).
   Adés Patér supréme (Prud. Cathem. 6).

Tetrámetro yámbico cataléctico: x  /  u  /  , x  /  u  /   || x  /   u  /  , x  /  W (Cecc. 130-2, p. 65).
   Cináede Thálle, mólliór cunículí capíllo (Catul. 25.1).

VERSOS TROCAICOS: troqueo o coreo [— u] (3 moras); la dipodia [ /  u  /  W] forma un metro trocaico. Sigue las mismas restricciones que los yambos en los elementos bisilábicos, esto es, la realización de los elementos longum [ / ] y anceps [x] en dos breves, [ú u] y [u u] respectivamente, debe estar en la misma palabra, salvo que la primera breve sea un monosílabo o bisílabo con la final elidida.

Dímetro trocaico cataléctico (euripideo):  /  u  /  u ,  /  u W´ (Cecc. 138-40, p. 67).
   Nón ebúr nequ(e) áureúm (Hor. carm. 2.18.1) [estrofa hiponáctea, 1; seguido de trímetro yámbico cataléctico (Cecc. 219, p. 92)].

Tetrámetro trocaico cataléctico:  /  u  /  x ,  /  u  /   u ||  /  u  /  x ,  /  u W (Cecc. 141-2, p. 67).
   Crás amét qui númqu(am) amávit || quíqu(e) amávit crás amét (Perv. Ven. 1).

Tripodia trocaica o itifálico:  /  u  /  u  /  W (Cecc. 143, p. 68). En Horacio aparece como cláusula del denominado arquiloqueo (Cecc. 198-9, p. 84):
   Sólvitur ácris hiéms gratá vice || véris ét Favóni (Hor. carm. 1.4.1).

VERSOS ASINARTETOS: Están compuestos de dos hemistiquios desiguales entre los que se admite el hiato en la sílaba final del primer miembro o colon.

Priapeo (15): gliconio + ferecracio. Verso eólico.

Arquiloqueo:  /  u u ,  /  u u,  /  u u ,  /  u u ||  /  u  /  u  /  W (Cecc. 198-9, p. 84); compuesto de tetrámetro dactílico acatalecto, con el último dáctilo puro, denominado también alcmanio, y una tripodia trocaica o itifálico:

   Pállida mórs aequó pulsát pede || páuperúm tabérnas (Hor. carm. 1.4.13). [estrofa arquiloquea II, 1 (o arquiloquea III, arquiloquea mayor), seguida de un trímetro yámbico cataléctico (Cecc. 214-5, p. 91)].

Elegiambo:  /  u u ,  /  u u , W´ || x  /   u  /  , x  /  u W´ (Cecc. 200-1, p. 84); trímetro dactílico cateléctico, o hemiepes, más dímetro yámbico acatalecto.

   scríbere vérsiculós || amóre pércussúm graví (Hor. ep. 11.2) [estrofa arquiloquea IV (o epodo elegiambo), 2, precedido de trímetro yámbico (Cecc. 222-3, p. 94)].

Yambélego: x  /   u  /  , x  /  u W´ ||  /  u u ,  /  u u , W´ (Cecc. 202, p. 85); dímetro yámbico acatalecto más trímetro dactílico cateléctico.

   tu vína Tórquató mové || cónsule préssa meó (Hor. ep. 13.6) [estrofa arquiloquea V (o epodo yambelégico), 2, precedido de un hexámetro dactílico (Cecc. 225-6, p. 94)].

VERSOS JÓNICOS: el jónico a maiore [— — u u ] (6 moras), es raro en el verso latino; jónico a minore [u u — —].

Decámetro jónico a minore: (Cecc. 159, pp. 73-74).

u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /   / , u u  /  W´.

Miserárúm (e)st nequ(e) amórí dare lúdúm neque dúlcí | mala vínó laver(e) áut éxanimárí | metuéntís patruáe vérbera línguáe (Hor. carm. 3.12.1-3).

Tetrámetro jónico acatalecto: u u  /   / , u u  /   / , || u u  /   / , u u  /  W´. (Cecc. 160, p. 74).

Tetrámetro jónico cataléctico o galiambo: u u  /   / , u u  /   / , || u u  /   / , u u W´. (Cecc. 160, p. 74). (Catul. 63).

Anacreóntico: u u  /  u1b  / 4a u  /  W´. [< u u  /   / 4a, u1b u  /   / ] resulta del intercambio (anaclasis) de cantidades entre los dos pies de un dímetro jónico a minore; las dos breves de la primera sede pueden ser sustituidas por una larga (elementum biceps). Existe también un anacreóntico cataléctico: u u  /  u  /  u W´ (Cecc. 163-5, p. 75): culicés patí rutúndos (Hadr. carm. fr. 1.4).

Sotadeo o sotádico (del poeta alejandrino Sótades) está formado por dos jónicos a maiore seguidos de tres troqueos. has cum gemina compede dedicat catenas (Mart. 3.29).

VERSOS ANAPÉSTICOS: anapesto [u u —] (4 moras). Sólo en Séneca entre los autores del periodo clásico.

Dímetro anapéstico: u u  /  u u  /  || u u  /  u u W´ (Cecc. 150, p. 71).

Monómetro anapéstico: u u  /  u u W´ (Cecc. 154, p. 72).

VERSOS ANAPÉSTICOS: anapesto [u u —] (4 moras). Entre los autores del periodo clásico, sólo se hallan anapestos en los fragmentos de Varrón y el teatro de Séneca y la Apocolocyntosis. En Terencio tampoco hay, pero Plauto lo usa con gran amplitud en estructuras katà póda del periodo arcaico:

Dipodia anapéstica: u u  /  u u W´

Cuaternario anapéstico acatalecto: u u  /  u u  /  u u  /  u u W´

Cuaternario anapéstico cataléctico: u u  /  u u  /  u u  /  W´

Septenario anapéstico: u u  /  u u  /  u u  /  u u W´ || u u  /  u u  /  u u W´

Octonario anapéstico: u u  /  u u  /  u u  /  u u W´ || u u  /  u u  /  u u  /  u u W´

            Séneca lo usa en dos versos métricos:

Dímetro anapéstico: u u  /  u u  /  || u u  /  u u W´ (Cecc. 150, p. 71).

Monómetro anapéstico: u u  /  u u W´ (Cecc. 154, p. 72).

Los longa pares (sedes II y IV) están realizados en 1 sola sílaba larga, en cambio los impares (I y III) pueden estarlo en 2 breves, con tendencia a realización dactílica en la III sede. El dímetro presenta siempre final de palabra tras el IV elemento. No se admite un proceleusmático ascendente o la realización breve de una sede completa, y es muy rara esa misma realización bisilábica del longum seguido del elemento biceps, que sería descendente: u u  /   nunca = uuúu. u u  /   rara = úuuu.

Léase Cuestionario de Métrica Latina <http://classicahispalensia.es/docencia/104-cuestionario-de-prosodia-y-metrica-latinas-j-solis-2010>

Un episodio de la poesía arcaica latina:

Naeuius apud Ps. Ascon. Verr. I 28: Dictum facete et contumeliose in Metellos antiquum Naeui est: Fato Metelli Romae fiunt consules. Cui tunc Metellus consul iratus uersu responderat senario hypercatalecto, qui et Saturnius dicitur: Dabunt malum Metelli Naeuio poetae.

               Gneo Nevio en Pseudo-Asconio, Comentario a Verrinas I 28: Hay un antiguo verso de Nevio, que con gracia e inuriosamente dijo contra los Metelos: Por el destino en Roma los Metelos son hechos cónsules. Y enojado con el verso, le respondió entonces el cónsul Metelo con un senario hipercataléctico, que también se llama saturnio: Mal darán los Metelos al poeta Nevio.

El verso saturnio (Herr. Llor. 216. faunius). El nombre de saturnio:

Hor. epist. 2.1.157-160:

Graecia capta ferum uictorem cepit et artes
intulit agresti Latio; sic horridus ille
defluxit numerus Saturnius, et graue uirus
munditiae pepulere; sed in longum tamen aeuum

manserunt hodieque manent uestigia ruris.

(Grecia cautiva cautivó al fiero conquistador e introdujo las artes en el rústico Lacio; así decayó aquel híspido verso de Saturno y las exquisiteces expulsaron la densa pestilencia; pero, sin embargo, en largo tiempo (160) quedaron y aún hoy quedan vestigios de la dehesa).

Consta de dos miembros separados por una diéresis principal, en la cual puede concurrir hiato y sílaba anceps; dentro de cada colon, pueden darse elisiones o sinalefas.

Virum mihi, Camena, (H)|| insece versutum (Livio Andronico)

Malum dabunt Metelli (H)|| Naevio poetae

(Respuesta en verso saturnio al senario yámbico que Gneo Nevio escribió en una comedia contra los Cecilio Metelo: fato Metelli Romae fiunt consules (Por el destino [es decir, la suerte], los Metelo se hacen cónsules en Roma [no por su mérito]).

Con aliteración:

Immortales mortales || si foret fas flere

Magnae metus tumultus || pectora possedit

Teoría acentual: 5 acentos, 3 en el primer hemistiquio, el 1º sobre la 1 sílaba, el 3º sobre la penúltima), y 2 en el segundo hemistiquio. El 1º, 7 sílabas, el 2 seis.

Esta teoría obliga a establecer un acento secundario en el primer hemistiquio, o a considerar dos acentos fundamentales en cada uno de los hemistiquios.

Inerant signa expressa, quomodo Titani, Naev. frag. 7.
bicorpores Gigantes magnique Atlantes
Runcus ac Purpureus filii Terras

Teoría cuantitativa:

Malum dabunt Metelli (H)|| Naevio poetae (fato Metelli Romae fiunt consules : ia6)

Considera el verso de los Metelos contra Nevio una tetrapodia yámbica cataléctica, más una tripodia trocaica; pero también enteramente yámbico: un ia6 más una sílaba, o con anacrusis, u ­/ -- u, dos tripodias trocaicas.

Proceso de adaptación de una naturaleza acentual a estructuras cuantitativas.

Teoría silábico-verbal: número de palabras por término medio, 5. Monosílabos y tetrasílabos son raros.

            Versus quadratus (Herrero Llorente 220), o quadripartitus: verso dividido en dos miembros mayores que se subdividen en otros dos menores (Atilio Fortunato: quia quattuor metris constat). Aparece en la poesía dramática del siglo III a. C. y es identificado con el tetrámetro cataléctico griego o septenario trocaico latino. En los fragmentos conservados coincide el ictus del esquema cuantitativo con el acento tónico de la palabra.

Gallias Caesar subegit, Nicomedes Caesarem:

ecce Caesar nunc triumphat qui subegit Gallias,

Nicomedes non triumphat qui subegit Caesarem.

Herrero Llorente 1971: Víctor José Herrero Llorente, La lengua latina en su aspecto prosódico, Madrid: Gredos, 1971.

Hofmann 1958: Johann Baptist Hofmann, El latín familiar [Lateinische Umgangssprache. 1925], trad. J. Corominas, Madrid: CSIC, 1958.

Esquemas de versificación yambotrocaica: Questa (1967: 187): Cesare Questa, Introduzione alla metrica di Plauto, Bolonia: Patrone, 1967.

Palmer 1984: L. R. Palmer, Introducción al Latín [The Latin Language. 1954], trad Juan José Moralejo y José Luis Moralejo, Barcelona: Ariel, 1984.

El poema del Carpe diem Hor. carm.1.11:

Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Vt melius quicquid erit pati!
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare                   5
Tyrrhenum, sapias, uina liques et spatio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.

Asclepiadea V (estíquico): asclepiadeo mayor (16 sílabas) Hor. carm.1.11; 1.18; 4.10:
                         /  u  /  u u  /  6|  /  u u  / 10|   /  u u  /   u W´

http://www.thelatinlibrary.com/horace/ep.shtml

Epodo yámbico (2 versos; Cecc. 220-1, p. 93): 1 trímetro yámbico (Cecc. 112-7, p. 61), y 1 dímetro yámbico (Cecc. 126, p. 64) Hor. ep. 1-10:
                        x  /  u  /  , x  /  u  /  , x  /  u W
                           x  /   u  /  , x  /  u W´

Hor. ep. 2:

            'Beatus ille qui procul negotiis,

               ut prisca gens mortalium,

            paterna rura bubus exercet suis

               solutus omni faenore

5          neque excitatur classico miles truci

               neque horret iratum mare

            forumque uitat et superba ciuium

               potentiorum limina.

            ergo aut adulta uitium propagine

10           altas maritat populos

            aut in reducta ualle mugientium

               prospectat errantis greges

            inutilisque falce ramos amputans

               feliciores inserit

15        aut pressa puris mella condit amphoris

               aut tondet infirmas ouis.

            uel cum decorum mitibus pomis caput

               Autumnus agris extulit,

            ut gaudet insitiua decerpens pira

20           certantem et uuam purpurae,

            qua muneretur te, Priape, et te, pater

               Siluane, tutor finium.

            libet iacere modo sub antiqua ilice,

               modo in tenaci gramine:

25        labuntur altis interim riuis aquae,

               queruntur in Siluis aues

            fontesque lymphis obstrepunt manantibus,

               somnos quod inuitet leuis.

            at cum tonantis annus hibernus Iouis

30           imbris niuisque conparat,

            aut trudit acris hinc et hinc multa cane

               apros in obstantis plagas

            aut amite leui rara tendit retia

               turdis edacibus dolos

35        pauidumque leporem et aduenam laqueo gruem

               iucunda captat praemia.

            quis non malarum Roma quas curas habet

               haec inter obliuiscitur?

            quodsi pudica mulier in partem iuuet

40           domum atque dulcis liberos,

            Sabina qualis aut perusta solibus

               pernicis uxor Apuli,

            sacrum uetustis exstruat lignis focum

               lassi sub aduentum uiri

45        claudensque textis cratibus laetum pecus

               distenta siccet ubera

            et horna dulci uina promens dolio

               dapes inemptas adparet,

            non me Lucrina iuuerint conchylia

50           magisue rhombus aut scari,

            si quos Eois intonata fluctibus

               hiems ad hoc uertat mare,

            non Afra auis descendat in uentrem meum,

               non attagen Ionicus

55        iucundior quam lecta de pinguissimis

               oliua ramis arborum

            aut herba lapathi prata amantis et graui

               maluae salubres corpori

            uel agna festis caesa Terminalibus

60           uel haedus ereptus lupo.

            has inter epulas ut iuuat pastas ouis

               uidere properantis domum,

            uidere fessos uomerem inuersum boues

               collo trahentis languido

65        positosque uernas, ditis examen domus,

               circum renidentis Laris.'

            Haec ubi locutus faenerator Alfius,

               iam iam futurus rusticus,

            omnem redegit Idibus pecuniam,

70           quaerit Kalendis ponere.

 

Dudas de Hor. ep. 2:

Cecc. 148, pp. 70-71: las dos breves que forman un elemento no pueden estar entre dos palabras distintas o cerrar una palabra de más de dos sílabas.

qua muneretur/ te, Priape, et te, pater /     21    qua muneretur te, Priap(e), et te, pater ‘para ofrendártela a ti, Priapo, y a ti,

22 Siluane, tutor finium.  padre Silvano, protector de los lideros’.

23 libet iacemódŏ sub antiqu(a) ilice, mŏdō correptio iambica

aut amite le/vi rara ten/dit retia 33  aut ămĭui ratendit tia ‘o bien con la lisa pértiga tiende ralas mallas’| lēuis ‘liso’ ><  lĕuis ‘leve’.

pavidumque leporem et /advenam la/queo gruem

35 păuidumque lĕpŏr(em) ĕt aduenam lăqueo gruem ‘a la medrosa liebre y con el lazo a la grulla peregrina’ | lepos -ōris ‘atractivo’>< lepus -ŏris ‘liebre’.

quodsi pudica /mulier in /partem iuvet

39 quodsi pudica mŭlier in partemvet ‘pero si una mujer pudorosa, en su cometido, ayuda

non attagen Ionicus 54 non attagen Ionicus ‘ni la perdiz jonia’ : la ‘i’ de Ionicus es vocal por ser palabra griega.

aut herba lapathi /prata aman/tis et gravi

57 aut herba lăpăthi prāt(a) amantǐs et gravi

has inter epu/las ut iuvat / pastas ovis

61 has inter ĕpŭlas ut iuvat pastas ovis ‘Entre estos festines, cómo agrada <ver> las ovejas tras haber pastado

haec ubi locu/tus faenera/tor Alfius,

67 haec ŭbicutus faenerator Alfius ‘cuando hubo dicho esto el usurero Alfio’.

Esquemas de versificación yambotrocaica: Questa (1967: 187): Cesare Questa, Introduzione alla metrica di Plauto, Bolonia: Patrone, 1967.

Palmer 1984: L. R. Palmer, Introducción al Latín [The Latin Language. 1954], trad Juan José Moralejo y José Luis Moralejo, Barcelona: Ariel, 1984.

Archivo de Morfología y Prosodia del Latín Arcaicohttp://personal.us.es/jsolis/arcaico.htm

PML Prosodia y Métrica Latinas. Prof. José Solís de los Santos.

UNIVERSIDAD DE SEVILLA. FILOLOGIA GRIEGA Y LATINA. Prof. José Solís de los Santos. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El principal procedimiento de versificación en la literatura clásica es el que se basa en la diferencia de cantidad de las sílabas. Sílabas largas por naturaleza (syllabae natura longae) son aquellas cuyo centro silábico está ocupado por una de las cinco vocales largas o un diptongo. Sólo hay tres diptongos en latín: ae, oe, au; también se consideran diptongos ei, eu, ui; fuera de estos, cualquier encuentro de vocales constituye en latín sílabas distintas: familia = fa / mi / li / a.

Sílabas largas por posición, o convención, (syllabae positione longae) son aquellas cuya vocal va seguida de dos o más consonantes, bien estén en la misma palabra, cōndĕre gēntem, bien en la palabra que le sigue, quem mala. Esta norma general se extiende también a las vocales seguidas de consonantes dobles, x, z, e i entre vocales. La i en principio de palabra seguida de vocal tiene valor consonántico pero no alarga la vocal que inmediatamente le preceda: ét premer(e) ét laxás scirét dărĕ iússus habénas (Verg. Aen. 1.63).

Las vocales breves en sílabas finales abiertas delante los grupos de consonantes sc, sp, sq, st, y las griegas ps, x, z, permanecen breves.

Vocal breve seguida de oclusiva (c, ch, g, p, ph, f, b, th, d) más líquida (l, r), puede medirse como larga o breve, a elección del autor, pero es necesario que la oclusiva más la líquida, (muta cum liquida), estén en la misma palabra, e incluso pertezcan a la propia raíz: pătrem, ăgri. Si la vocal es larga por naturaleza, o la oclusiva está en distinto componente que la líquida será larga: es larga por naturaleza en mātrem; son largas por posición en restituīt rem, sūbrigo (< sŭb + rego).

Son breves por naturaleza las sílabas cuya vocal es breve sin que concurra ninguna de las circunstancias anteriores. Son sílabas breves por posición las que terminando en vocal van seguidas de otra sílaba que comience por vocal o por h (filius, veho). Esta regla general, vocalis ante vocalem corripitur (una vocal se abrevia delante de vocal), tiene algunas excepciones:

                  La i del verbo fio en aquellos tiempos en los que no hay r, fīunt, pero fĭĕri, fĭĕrem.

                  La ­e de gen. dat. sg. de la quinta declinación cuando preceda una ­i­: diēi, speciēī, perniciēī. Los gen. y voc. de los nombres en ­aius y ­eius: Pompēī, Gāī.

                  Fluctúa la ­i­ de los gen. pronominales en ­ius: istius, illius, ipsius; siempre largo en alīus (nom. alĭus); siempre breve en utrĭus, solĭus, alterĭus.

                  Las palabras griegas (āër, Aenēas, Talīa) no se sujetan a la prosodia latina.

                  Son breves todas las sílabas finales cerradas por consonante que no sea ­s; (monēs, de monēre, pero monĕt); esto no quiere decir que toda sílaba cerrada por ­s vaya a ser larga: sólo lo será si lo es por naturaleza.

                  Se exceptúa la mayoría de los monosílabos, que suelen ser largos, ya sean sílabas cerradas o abiertas; dic, sic, lar, par, me, se, te, de, pro, e, a, ius, mus, etcétera; pero también hay breves: et, per, cor, fel, mel, os, ut.

                  La u precedida de q no tiene ningún valor prosódico, ni hace posición. Precedida de g, tampoco lo tiene en los nombres cuyo nominativo tiene una vocal distinta de ­u­ siguiendo al grupo gu­ (lingua, sanguis, anguis, pero exiguus, exiguo); en el verbo arguo y compuestos, y en los perfectos en terminados en ­gui, sí tiene valor prosódico, por supuesto breve.

                  La u precedida de s en palabras como suadere, suauis, suetus, puede no tener valor prosódico ni hacer posición, y quedarían: [svadere, svavis, svetus]; pero en el posesivo suus ­a ­um, la u siempre cuenta como vocal breve.

                  Fenómeno prosódico importante concerniente a la conversión de largas en breves es el conocido por correptio iambica (abreviación de los yambos), que puede ser enunciado así: en palabras bisilábicas con estructura yámbica (u ─ breve, larga) se puede presentar la segunda sílaba medida como breve. En el hexámetro clásico esta regla se produce en pronombres personales: ego, sibi, mihi, tibi; adverbios: modo, cito, bene, male; presentes de indicativo bisilábicos con la primera breve: amo, veto, scio, etcétera.

                  La regla prosódica que más se cumple es la elisión o sinalefa, consistente en la pérdida del valor prosódico de una sílaba final terminada bien en cualquier vocal o bien en vocal más ­m, siempre y cuando la siguiente palabra comience por vocal o h; la cantidad que cuenta es la de la siguiente, pero en la versificación dactílica clásica es raro que una sílaba final larga sea elidida delante de una breve.

                  La elisión se convierte en aféresis o prodelisión, caída de la vocal inicial cuando a una palabra terminada en vocal, ­m, o en nom. sg. ­us, y en latín arcaico también ­is e ­i, le siguen las formas verbales es o est.

                  El fenómeno contrario a la sinalefa es el hiato, encuentro de dos vocales en el que conservan ambas su cantidad propia; suele darse detrás de alguna pausa o cesura en interior de verso: Múnera súnt laurí | et suáve rubéns hyacínthus (Verg. Buc. 3.63).

                  Sinicesis es la contracción de dos vocales contiguas de la misma palabra en una sola sílaba larga, proindeeundem, etc. Algunas de estas palabras pueden ser: adjetivos o sustantivos terminados en ­eus, ­ea, ­eum; los casos de idem en que la segunda sílaba sea larga: eundem / eundem; y otras como deorsum, prout, quoad, deinde, etc.

                  Consonantización: consiste en tomar como consonante la i o la u vocálicas. Su efecto métrico es como la sinicesis, hacer de dos sílabas una, y además, alarga la sílaba precedente: abiete, pariete > ab / je / te / , par / je / te.

                  Cantidades vocálicas de los morfemas gramaticales: Toda sílaba cuya vocal vaya seguida de dos o más consonantes se considera larga; asimismo, en interior de palabra las consonantes dobles i, x, z alargan la vocal que preceda; que es breve la vocal seguida de otra vocal; y que las sílabas finales cerradas por consonante distinta de ­s resultan breves en latín clásico. La i final en sílaba abierta es larga, salvo que se produzca la correptio iambica.

La acentuación es otro dato que se debe tener en cuenta en la cantidad vocálica. Exceptuando algunas palabras que por apócope se deberían pronunciar como agudas, p.ej., illic(e)istinc(e), la gran mayoría de las palabras latinas son o graves o esdrújulas, pues el campo acentual no pasa de las tres últimas sílabas. El acento latino está condicionado por la cantidad de la penúltima sílaba: si esta es larga por naturaleza o por posición, el acento de intensidad cae sobre ella; si breve, en la que le precede: fecerāmus, pronunciación grave o llana [fekerámus], fecĕratesdrújula [fékerat].

                  Las desinencias de los casos: Las abreviaturas gramaticales se explican en http://personal.us.es/jsolis/gram.htm Los textos latinos pueden buscarse en la base datos Brepolis uvus http://clt.brepolis.net.us.debiblio.com/cds/pages/Search.aspx

Nominativo: sg. 1 ­ă . 2 ­ŭs.

                        3 ­s: la ­a­ seguida de ­s es larga (cf. la pronunciación paroxítona o llana de los gen. ­ātis: civitatis); ­o: puede ser tanto larga como breve; la vocal seguida de ­s de los neutros siempre es breve.

                        4 ­ ŭs, ­ŭ.  5 ­ēs.

                  En pl. todos los nominativos son largos salvo la ­ă de los neutros.

Vocativo sg. 2 ­ĕ, ­ī.

Acusativo sg.: toda sílaba final cerrada por ­m es breve.

                  En pl. todos los acusativos son largos salvo los neutros.

Genitivo sg: 1 diptongo: pero el gen. arcaico ­āī 2 ­ī 3 ­ĭs 4 ­ūs 5 ­ēīpron. ­ūjŭs.

                  En pl. 1 ­ārum 2 ­ōrum 5 ­ērum. El pl. de la de los neutros en ­ŭs  es ­ŏrum; pero la o breve pertenece al tema de la palabra, no a la desinencia.

Dativo: sg. 2 ­ō.  3 ­ī.  4 ­ (­ū).  5 ­ēī . pron. ­ī

                  En pl. 1 ­īs (­ābus2 ­īs 3 ­ĭbus 4 ­ĭbus (­ŭb­) 5 ­ēbus.

Ablativo: sg. 1 ­ā.  2 ­ō.  3 ­ĕ / ­ī. 4 ­ū.  5 ­ē.

                  Los pronombres tendrán la misma cantidad que los nombres cuando sus desinencias coincidan con las de estos.

Personales: Las formas monosilábicas son largas (tu te me se nos vos); dat. y abl. pl.: nōbīs vōbīs; dat.: mihī > mī, tibī, sibī (también breves por correptio iambica).

Demostrativos: gen. sg. ­ius; dat. sg. ­i.

Relativo­interrogativo: gen. sg. cūiŭs [cūjus]. Dat.sg. cui escandido en el héxametro clásico como sinicesis; nom. sg. del interrogativo, quĭs; pero dat. abl. pl. quīs, equivalente a la forma usual quĭbŭs.

                  Otros formantes gramaticales.

Comparativo: ­ior, ej.: altiōra maiōra, pero en nom.sg. altiŏr altiŭs.

Superlativo: ­issĭmus.

Adverbios: ­ē, latē verecundē, pero los bisilábicos, como bene male, pueden abreviarse por correptio iambica+.

Enclíticas: ­quĕ, ­vĕ, ­nĕ, ­psĕ, ­ptĕ, son breves.

Formas verbales. Para simplificar también estos listados se van a seguir suprimiendo todas las desinencias cuyas cantidades quedan despejadas gracias a los puntos precedentes, a saber, las largas por posición y las breves finales por ir cerradas por consonante distinta de ­s.

                  Desinencias personales activas: ­mŭs, tĭs; pasivas: ­rĭs / ­rĕ, ­mĭnī.

                  Desinencias del perfecto indicativo: ­ī, ­istī ­ĭmŭs, ­istĭs, ­ērunt (ěrunt) / ­ērĕ.

                  Los presentes indic. están relacionados con la vocal temática de las conjugaciones:

I conjugación: tema en ­ā, inf. pres. act. amāre, y por tanto: amo amās amāmus amātis. Excepción es el verbo dăre que presenta la a siempre breve, dăbant dăbit dătum dărem, menos en los monosílabos dās dā.

II conjugación: tema en ­ē, inf. pres. act. monēremoneo monēs monēmus, etc.

III conjugación: temática ĕ > e/i, inf. pres. act. legĕre; pres. ind. act.: legis legimus legitis; pres. ind. pas.: legĕris/legĕre legĭtur legĭmĭnī.

III conjugación mixta: tema ­i > i/e, inf. pres. act. capĕre; pres. ind. act.: capio capis capimus; pres. ind. pas.: capĕris/capĕre capĭtur capĭminī.

IV conjugación: tema en ­ī, inf. pres. act. audīre; pres. ind. act.: audio audīs audit audīmus audītis; pres. ind. pas.: audior audīris/audīre audītur audīminī.

Imperfecto de indicativo: amā­, monē­, legē­, capiē­, audiē­;

                  ­bam, ­bās, ­bat, ­bāmus, ­bātis, ­bānt; pasiva: ­bar, ­bāris /­bāre, ­bātur, ­bāmur, ­bāminī, ­bāntur.

Futuro imperf. act. y pas. de los vbs. con infinitivo en ­āre, ­ēre:

                  ­bo, ­bor, ­bis, ­bĕrĭs ­bĕrĕ, ­bĭtur, ­bĭmŭs, ­bimur, ­bitis, ­biminī.

Futuros y presentes de subjuntivo:

                  Es larga la ­ē­, característica temporal del fut. imperf. act. y pas. de los vbs. con inf. en ­ĕre, ­īre; y también la del presente subjuntivo de los vbs. con inf. en ­āre.

                  Es larga la ­ā­, característica temporal del pres. subjuntivo de los verbos con infinitivo en ­ēre, ­ĕre, ­īre.

Imperfecto de subjuntivo: característica temporal: ­­ que se abreviará cuando corresponda, esto es, la 1ª pers. del sg. act. y pas. y la 3ª del sg. act. La sílaba que precede a esta característica temporal no está sujeta a ningún cambio: amārem monērem legĕrem capĕrem audīrem.

Imperativo presente: el sg. no tiene desinencias: ămā y mŏnē pueden pasar a breves (ăma mŏne) por la *correptio iambica+; en cambio, lĕgĕ căpĕ audī; pl.: ­teamāte monēte legĭte capĭte audīte.

Imperativo futuro: ­ (puede ser también  breve) ­tōte ­ntō.

Infinitivo pres. pasivo: ­īamārī monērī legī capī audīrī.

                  Tiempos del perfectum: Los perfectos en ­ui tienen larga la vocal que precede; esta vocal pertenece al lexema del verbo en su tema de perfecto.

Infinitivo de pasado o de perf. act.: ­isse.

Pluscuamperfecto de indicativo: ­erā­: ­eram ­erās ­erat ­erāmus.

                  ­erātis. De subj. ­īssē­: ­issem ­issēs ­isset ­issēmus ­issētis.

Futuro perf.: ­ĕro ­ĕrĭs ­ĕrit ­ĕrĭtĭs.

Perfecto de subj.: ĕrim, y desde la época clásica igual al fut.perf.

                  Los participios, gerundio y gerundivo se acogen a la declinación nominal a la que pertenezcan. Participio de Futuro act.: ­ūrum.

El llamado supino pas.: ­ū. Respecto a los supinos, las vocales A E O U que preceden al morfema ­tum, ­sum, suelen ser largas. La i es larga si corresponde a un perfecto en ­īvi: como audītum petītum, pero es breve si el perfecto es en -­ui no precedido de vocal: habĭtum (habui), monĭtum (monui), tacĭtum (tacui).

© José Solís de los Santos