Nicolás Antonio y la bibliografía española. Estudios y conferenciasJosé Solís de los Santos. Universidad de Sevilla

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José Solís de los Santos, «Antonio, Nicolás (1617-1684)», en Diccionario biográfico y bibliográfico del Humanismo español (siglos XV-XVII) (ed. J. F. Domínguez Domínguez), Madrid: Ediciones Clásicas, 2013, pp. 78-81. ISBN: 978-84-7882-760-9.

NICOLÁS ANTONIO (1617-1684) https://investigacion.us.es/noticias/673

Lat. Nicolaus Antonius

La vida y la obra de don Nicolás Antonio y Nicolás personifican el más acendrado estadio del humanista, el que se consagra al estudio riguroso de su instrumento fundamental, el texto, alentado a su vez por el amor a la verdad y a la cultura patria. Su Bibliotheca Hispana Nova, la bibliografía prosopográfica que redactó en latín de la producción completa de los autores hispanos de los siglos XVI y XVII constituye el broche tan monumental como indispensable para el conocimiento de la edad dorada del humanismo español. Nicolás Antonio nació en el seno de una familia de comerciantes originarios de Amberes que se afincaron en Sevilla desde los disturbios religiosos de mediados del XVI. Su carrera académica no se diferenció de la que habituaban sus paisanos acomodados: gramática, artes liberales y teología en el colegio de Santo Tomás, y cánones en el de Santa María de Jesús, para pasar a la universidad de Salamanca en 1636. Después de graduarse en 1639 en teología y derecho civil y canónico, comenzó la elaboración del «Onomasticon» de los 50 libros del Digesto, que tuvo que abandonar cuando ya llevaba un tercio del trabajo, al percatarse de que ya había sido realizado por Antonio Agustín (De propriis nominibus Pandectarum, Tarragona: Felipe Mey, 1579). Fue entonces cuando concibió la idea de «formar un índice universal y crítico de todos quantos españoles avían escrito hasta su tiempo desde el imperio de Augusto», en expresión de Gregorio Mayans i Siscar (1699-1781), su primer biógrafo, y según declarará en el mismo prólogo de la Bibliotheca Hispana, con posterioridad llamada Nova. A esta tarea de recopilación bibliográfica, de lectura, examen e investigación, y también adquisiciones, se dedicó en su ciudad natal, principalmente en la biblioteca de fray Benito de la Serna en el desaparecido convento de San Benito, donde, al socaire de la letal epidemia de 1649, pudo poner el «suelo y los cimientos» de esta su construcción bibliográfica hispánica. Su primera obra, publicada en 1659, De exilio libri III, un estudio de «la pena de destierro antigua y moderna, traído de los libros de historia romana y griega y de derecho común y del reino», se remontaría a esa primera etapa de estudios, en aprovechamiento de más 16 años de trabajo, entre los que se encuentra su frustrado proyecto sobre las Pandectas. Dedicó esta obra al inquisidor general Diego de Arce y Reinoso, poseedor de una copiosa biblioteca (1666), con quien, además, mantuvo correspondencia y a quien debería su nombramiento de familiar del Santo Oficio. De aquellos años datan también dos vertientes de su actividad intelectual que no daría a la luz pública: su crítica histórica de los falsos cronicones y su participación en la polémica gongorina. Que esta lúcida censura quedara inédita por casi una centuria, es un indicio de los espurios intereses del poder en mantener falaces interpretaciones del periodo histórico que constituyó el paradigma del movimiento humanista. Con su decidida defensa del gran poeta cordobés (“cualquier reprehensión a don Luis me escueçe mucho”), nuestro primer bibliógrafo se adscribe e involucra de lleno en la crítica literaria del Siglo de Oro. En esta perdurable y erudita labor exegética sobre autores hispanos vigentes y consagrados, a saber, Juan de Mena, Garcilaso, Góngora y, en diferente aspecto, Lope y el teatro, veo una especie de compen- /p. 79/ sación intelectual del humanismo español por su magra producción en ediciones filológicas y comentarios de autores de la antigüedad clásica, por más que exista vinculación entre tal indiferencia por la verdad que ostentaban los poderes públicos y la persistente carencia de una crítica filológica impresa. Dicho sea esto al margen de la revolución en el pensamiento literario que significó la obra de Cervantes. En 1645 Nicolás Antonio, cuyo estatus social se había elevado por cargos de la administración comercial desempeñados por su padre, alcanzó el hábito de la orden de Santiago, y en 1659 marchó a Roma con el nombramiento de agente general del católico monarca, cargo diplomático que ejerció también en las posesiones de Sicilia, Nápoles y Milán. En los itinerarios itálicos repletos de impresos y manuscritos acerca de España, pudo manejar y cotejar datos también con otros repertorios vetados por la Inquisición española y confeccionar un fichero bibliográfico que en buena medida se reflejaba en su propia librería de más de 30.000 volúmenes, la más copiosa entonces después de la Vaticana. También en Roma en 1664 obtendría la canonjía hispalense, con dispensa de residencia, de que se enorgulleció en sus escritos y epitafio. A su regreso de la alta representación diplomática en Italia (1678), la administración de Carlos II lo recompensó con una plaza de fiscal del Consejo de Cruzada. En esta última época de su vida en la villa y corte en que se adscribió a la congregación religiosa «Escuela de Cristo”, no dejó de mantener estrecho contacto con el entorno cultural sevillano, el bibliófilo Juan Lucas Cortés (1624-1701), sus concanónigos bibliotecarios, Juan de Loaysa y Tejada (1633-1708) y su continuador Ambrosio de la Cuesta y Saavedra (1653-1707). Falleció en Madrid (1684), víctima de un derrame cerebral, sin ver impresa la parte antigua de su bibliografía, la más ardua por la escasez de datos del amplio periodo cronológico y por la investigación sobre las dos lenguas semíticas expeditivamente eliminadas de la tradición y práctica cultural española. Fue asimismo en Roma, bajo los auspicios del cardenal José Sáenz de Aguirre (1630-1699), prior de las ermitas hispalenses, y con la acribía del gran filólogo valenciano Manuel Martí y Zaragoza (1663-1737), donde se publicó la Bibliotheca Hispana Vetus, inaugurándose una labor de ampliaciones, reediciones y estudios que demuestran todavía la vigencia y provecho de aquellas pesquisas que, como todas, deben ser contrastadas cuidadosamente. La traducción completa de ambas bibliografías que, junto con su copia informática, se ha publicado en los umbrales del presente siglo facilita la búsqueda y cotejo con un original latino algo ajeno a la claridad de los grandes prosistas clásicos.

OBRAS

1. De Exilio sive de exilii poena antiqua et nova, exulumque conditione et iuribus libri III,Antuerpiae, apud Iacobum Meursium, 1659.

2. Bibliotheca Hispana sive Hispanorum qui usquam unquamve sive Latina sive populari sive alia quavis lingua scripto aliquid consignaverunt notitia, his quae praecesserunt locupletior et certior brevia elogia, editorumque atque ineditorum operum catalogum duabus partibus continens, quarum haec ordine quidem rei posterior, conceptu vero prior duobus tomis de his agit, qui post annum saecularem MD. usque ad praesentem diem floruere,I-II. Romae, ex officina Nicolai Angeli Tinassii, 1672.

Bibliotheca Hispana Nova sive Hispanorum scriptorum qui ab anno MD ad MDCLXXXIV floruere notitia… Nunc primum prodit recognita emendata, aucta ap ipso auctore [ed. Francisco Pérez Bayer], t. I, Matriti, apud Joachimum de Ibarra, 1783; t. II, Matriti, apud viduam et heredes Joachimi de Ibarra, 1788.

Trad.: Biblioteca Hispana Nueva o de los escritores españoles que brillaron desde el año MD hasta el de MDCLXXXIV, trad. dir. M. Matilla Martínez. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999. 2 vols. /p. 80/

3. Bibliotheca Hispana Vetus sive Hispanorum qui usquam unquamve scripto aliquid consignaverunt notitia. Completens scriptores omnes qui ab Octaviani Augusti imperio usque ad annum M. floruerunt, Tomus primus. Roma: Antonio de Rubeis, 1696.Completens scriptores omnes qui ab anno M usque ad MD floruerunt, Tomus secundus. Romae, ex ty-pographiae Antonii de Rubeis, 1696.

Bibliotheca Hispana Vetus sive Hispani scriptores qui ab Octaviani Augusti aevo ad annum Christi MD. floruerunt, auctore D. Nicolao Antonio Hispalensi I. C. Ordinis S. Iacobi equite, patriae Ecclesiae canonico, Regiorum negotiorum in Vrbe et Romana curia Procuratore generali, Consiliario regio. Curante Francisco Perezio Bayerio. I-II. Matriti, apud viduam et heredes Joachimi de Ibarra, 1788.

Biblioteca Hispana Antigua o de los escritores españoles que brillaron desde Augusto hasta el año de Cristo de MD, trad. dir. G. de Andrés Martínez, M. Matilla Martínez. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1998. 2 vols.

4.Censura de historias fabulosas obra posthuma de don Nicolas Antonio; van añadidas algunas cartas del mismo autor, y de otros eruditos; publica estas obras don Gregorio Mayans i Siscar, autor de la vida de don Nicolas Antonio. Valencia, por Antonio Bordazar de Artazu, 1742.

5.Cartas de Don Nicolas Antonio i de Don Antonio de Solis…Las publica Don Greg. Mayans i Siscar. En Leon de Francia, a costa de Deville hermanos i L. Chalmette, 1733; Ibid., a costa de Tournes Hermanos, 1755.

ESTUDIOS

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La conferencia “Los libros de Nicolás Antonio” con la que participa José Solís de los Santos en los actos de celebración del IV Centenario del nacimiento del insigne bibliógrafo, fue impartida el miércoles 24 de mayo de 2017, en la Feria del Libro de Sevilla, a las 8 de la tarde en la Sala Apeadero del Ayuntamiento. Texto e imágenes de esta conferencia están en el portal en la Red Classica Hispalensia (Humanidades Clásicas en Sevilla)http://www.classicahispalensia.es/bibliographica/32-los-libros-de-nicolas-antonio-j-solis

Las jornadas en homenaje por el IV Centenario del nacimiento de Nicolás Antonio fueron clausuradas por la Biblioteca Pública Provincial de Sevilla el día 21 de junio, en la Casa de la Provincia, Pl. del Triunfo s/n., con una Mesa Redonda sobre Sevilla en el siglo XVII, la obra de Nicolás Antonio y su repercusión en las bibliotecas hoy día. Estuvo moderada por la escritora Eva Díaz Pérez e intervinieron los conferenciantes del ciclo «La Sevilla barroca y Nicolás Antonio». El acto se cerró con un concierto de música barroca, Gaspar Sanz (1640-1710), José Marín (1619-1699), Juan del Vado (1625-1691), Juan Hidalgo (1614-1685), interpretado por Rocío de Frutos, soprano, y Aníbal Soriano, cuerda pulsada: lo mejor del día.

http://investigacion.us.es/noticias/673 06/02/2013 Una obra recoge por primera vez de forma exhaustiva la vida y obra de los humanistas hispanos de los siglos XV a XVII

La vida y la obra de don Nicolás Antonio y Nicolás personifican el más acendrado estadio del humanista, el que se consagra al estudio riguroso de su instrumento fundamental, el texto, alentado a su vez por el amor a la verdad y a la cultura patria. Su Bibliotheca Hispana Nova (Roma, 1672), la bibliografía prosopográfica que redactó en latín de la producción completa de los autores hispanos de los siglos XVI y XVII constituye el broche tan monumental como indispensable para el conocimiento de la edad dorada del humanismo español.”

De este modo comienza la entrada dedicada al humanista sevillano Nicolás Antonio (1617-1684) que José Solís de los Santos, profesor de Filología Latina de la US, ha elaborado para el flamante Diccionario Biográfico y Bibliográfico del Humanismo Español (Siglo XV-XVII) (Madrid: Ediciones Clásicas, 2012). Se trata de la primera entrega de la iniciativa editorial de Juan Francisco Domínguez Domínguez, profesor de la misma área de conocimiento de la Universidad de León, en la que han participado investigadores de universidades de todas las Comunidades Autónomas, así como también algunos hispanistas extranjeros. Cada artículo se compone de una semblanza biográfica del humanista, a la que sigue el elenco de todas sus obras conocidas, tanto las publicadas como inéditas, con indicación, si su rareza lo requiere, de las bibliotecas donde actualmente se encuentran, concluyéndose con una completa relación de la bibliografía crítica. Un cuadro cronológico y un exhaustivo índice onomástico cierran el imponente nomenclátor.

Constituye, pues, “un instrumento fundamental para conocer quiénes fueron nuestros humanistas, qué escribieron y qué se ha escrito sobre ellos. La edición filológica de textos griegos y latinos que llevaron a cabo los humanistas del Renacimiento fue el primer método científico de la Edad Moderna, y las trabas, censuras y persecuciones que sufrieron destacados humanistas españoles por parte de la Inquisición lastraron el desarrollo de la ciencia española en los años cruciales de la revolución industrial. Para eso, servían, y sirven, las humanidades”, añade el profesor Solís de los Santos.

En esta primera entrega de 184 bio-bibliografías no faltan nombres tan destacados como Antonio de Nebrija, Rodrigo de Santaella, fundador de nuestra universidad, Juan Luis Vives, Andrés Laguna, Benito Arias Montano, Francisco Sánchez de las Brozas, o Pedro de Valencia. Sin embargo, es de esperar que a partir de esta publicación pueda abarcarse la extensa nómina del Humanismo hispano hasta la Ilustración.

https://investigacion.us.es/noticias/2614

Profesores de la Universidad de Sevilla colaboran en los actos de celebración del IV Centenario del nacimiento de Nicolás Antonio que promueve la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a iniciativa de la sección de Fondo Local ‘Patrimonio Bibliográfico Sevillano Nicolás Antonio’, de la Biblioteca Pública Provincial de Sevilla Infanta Elena.

Los actos en que intervendrán los profesores de la Facultad de Filología serán el ciclo de conferencias sobre la Sevilla barroca, “La época de Nicolás Antonio”, junto con una exposición de los libros más relevantes que se publicaron en aquellas últimas décadas del Siglo de Oro. Las conferencias tendrán lugar en el salón de actos de la Biblioteca Pública Provincial de Sevilla “Infanta Elena”, todos los miércoles a las 19:30 desde el 19 de abril hasta el 7 de junio.

Programa del ciclo de conferencias sobre la Sevilla Barroca

19 abril “Introduccion al ciclo de conferencias sobre Nicolás Antonio”. Juana Muñoz Choclán, ex-Directora de la BPP de Sevilla.

26 abril “La Mentalidad Barroca”. Manuel Masegoza Palma, Médico Psiquiatra.

10 mayo  “Guadalquivir siglo XVII: comienzo del ciclo de grandes riadas históricas en Sevilla”. Fernando Díaz del Olmo, Catedrático de Geografía Física de la Universidad de Sevilla.

17 mayo “La Economía y el puerto de Sevilla en el Barroco”. Francisco Pérez Aguilar, Jefe de Máquinas de la Marina Mercante e Investigador

24 mayo “Los libros de Nicolás Antonio”. José Solís de los Santos, Profesor Titular Filología Latina, Universidad de Sevilla.

31 mayo “La sociedad y el arte sevillano a comienzos del XVII”, Manuel Jesús Roldán, Historiador del Arte y escritor.

7 junio “La literatura en Sevilla a comienzos del XVII”. Rafael Valencia, Director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

Semblanza de Nicolás Antonio

Sevilla tiene en la figura y obra de Nicolás Antonio a uno de sus más ilustres hijos. Fue autor de la primera bibliografía orgánica del mundo hispano que ha servido de base para el conocimiento y la investigación de la cultura española.

Nicolás Antonio y Nicolás nació el 31 de julio de 1617 en el seno de una familia de comerciantes originarios de Amberes que se afincaron en Sevilla a partir de los disturbios religiosos en los Países Bajos a mediados del XVI. Cursó estudios de gramática, artes liberales y teología en el colegio de Santo Tomás, y cánones en el de Santa María de Jesús y Universidad de Sevilla, para pasar a la de Salamanca en 1636. Después de graduarse en 1639 en teología y derecho civil y canónico, comenzó la elaboración del repertorio onomástico  de los 50 libros del Digesto, fuente del Derecho romano, que tuvo que abandonar cuando ya llevaba un tercio del trabajo, al percatarse de que ya había sido realizado y publicado en el siglo anterior por el jurista zaragozano Antonio Agustín Albanell. Fue entonces cuando concibió la idea de “formar un índice universal y crítico de todos quantos españoles avían escrito hasta su tiempo desde el imperio de Augusto”, en expresión de Gregorio Mayans, su primer biógrafo, y según declarará en el mismo prólogo de la Bibliotheca Hispana, con posterioridad llamada Nova. A esta tarea de recopilación bibliográfica, de lectura, examen e investigación, y también adquisiciones, se dedicó en nuestra ciudad, principalmente en la biblioteca del desaparecido convento de San Benito, donde, al socaire de la letal epidemia de 1649, pudo poner el “suelo y los cimientos” de esta su construcción bibliográfica hispánica.

En 1645 Nicolás Antonio, cuyo estatus social se había elevado por cargos de la administración mercantil desempeñados por su padre, había obtenido el hábito de la Orden de Santiago, y en 1659 marchó a Roma con el nombramiento de agente general del católico monarca, cargo diplomático que ejerció también en las posesiones de Sicilia, Nápoles y Milán. En los itinerarios itálicos repletos de impresos y manuscritos de España, pudo manejar y cotejar datos también con otros repertorios vetados por la Inquisición española y confeccionar un fichero bibliográfico que en buena medida se reflejaba en su propia librería de más de 30.000 volúmenes, la más copiosa entonces después de la Vaticana. También en Roma en 1664 obtendría su canonjía en la catedral de Sevilla, con dispensa de residencia, de la que se enorgulleció en sus escritos y epitafio. Fue en la Ciudad Eterna en 1672 donde publicó su obra más conocida, Bibliotheca Hispana sive Hispanorum qui usquam unquamve sive Latina sive populari sive alia quavis lingua scripto aliquid consignaverunt Notitia, en cuyo título no exhibe el calificativo de Nova, con el que empezó a ser conocida desde la primera edición de la parte antigua de la bibliografía hispana (Bibliotheca Hispana Vetus), aparecida póstumamente también en Roma en 1696. Ambas distinciones, que se diferencian tambien en su estructura, se verán plasmadas en la reedición de las dos series a cargo de Francisco Pérez Bayer, en Madrid por los herederos del impresor Joaquín Ibarra entre 1783 y 1788, hitos de la publicación ilustrada que sirven de referencia académica para el magno repertorio prosopográfico y bibliográfico: Bibliotheca Hispana Nova sive Hispanorum scriptorum qui ab anno MD ad MDCLXXXIV floruere notitia, y Bibliotheca Hispana Vetus sive Hispani scriptores qui ab Octaviani Augusti aevo ad annum Christi MD. floruerunt, auctore D. Nicolao Antonio Hispalensi I. C. Ordinis S. Iacobi equite, patriae Ecclesiae canonico, Regiorum negotiorum in Vrbe et Romana curia Procuratore generali, Consiliario regio.

La mera traducción de los títulos dan idea de la envergadura de su labor: Bibliografía española (moderna): catálogo razonado de los españoles que en cualquier tiempo y lugar escribieron alguna obra tanto en lengua latina, como vernácula o cualquier otra; de los españoles que vivieron desde el año 1500 hasta 1684; bibliografía española antigua: relación de los escritores hispanos que vivieron desde la época de Octaviano Augusto hasta el año 1500, por Nicolás Antonio, sevillano, jurista, caballero de la Orden de Santiago, canónigo de la Iglesia de Sevilla, procurador general del rey de España en Roma y en la curia pontificia, y consejero real. El repertorio de la Bibliotheca Hispana Nova no se limita al registro alfabético por nombre de pila de autores junto con sus obras impresas y manuscritas, incluye desde la primera edición una serie de apéndices temáticos y de autores según lugares de nacimiento, apellidos, cargos, órdenes religiosas, y, en relevancia, el primer registro de mujeres escritoras. De aquellos años anteriores a su estancia italiana datan también dos vertientes de su actividad intelectual que no daría a la luz pública: su participación en la polémica gongorina y su crítica histórica y censura de los Falsos Cronicones, que editará Mayans, menos conflictivamente, en el siglo de la Ilustración (Valencia, 1742).

A su regreso de la alta representación diplomática en Italia (1678), la administración de Carlos II lo recompensó con una plaza de fiscal del Consejo de Cruzada, con deber de residencia. En esta última época de su vida en la villa y corte en que se adscribió a la congregación religiosa “Escuela de Cristo”, no dejó de mantener estrecho contacto con el entorno cultural sevillano, el bibliófilo Juan Lucas Cortés, sus concanónigos bibliotecarios, Juan de Loaysa y Tejada y su continuador Ambrosio de la Cuesta y Saavedra. Falleció en Madrid, a 13 de abril de 1684, víctima de un derrame cerebral, sin ver impresa la parte antigua de su bibliografía, la más ardua por la escasez de datos del amplio periodo cronológico y por la investigación sobre las dos lenguas semíticas expeditivamente eliminadas de la tradición y práctica cultural española.

La labor y alcance de ampliaciones, reediciones y los estudios sobre Nicolás Antonio demuestran todavía la vigencia y provecho de aquellas pesquisas que, como todas, deben ser contrastadas cuidadosamente. La traducción completa de ambas bibliografías que, junto con su copia informática, se ha publicado en los umbrales del presente siglo (Madrid, F.U.E., 1998-1999) facilita la búsqueda y cotejo con un original latino algo ajeno a la claridad de los grandes prosistas clásicos. José Solís de los Santos.

«Antonio, Nicolás (1617-1684)», en Universidad de Sevilla. Personalidades (coord. R. M. Serrera Contreras), Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2015, pp. 42-44. ISBN: 978-84-472-1762-5.

Ilustración (p. 43): Retrato de N. Antonio en la Sala de Investigadores de la BUS, firmado: “Chaves copió 1876”, registrado en T. Falcón y otr., Patrimonio monumental y artístico de la Universidad de Sevilla, Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1999, p. 134.

Bibliografía: J. Solís de los Santos, «Nicolás Antonio (1617-1684)», en J. F. Domínguez Domínguez (ed.), Diccionario biográfico y bibliográfico del Humanismo español (siglos XV-XVII) (Madrid: Ediciones Clásicas, 2012), pp. 78-81.

José Solís de los Santos, «Nicolás Antonio (1617-1684)», en J. F. Domínguez Domínguez (ed.),Diccionario biográfico y bibliográfico del Humanismo español (siglos XV-XVII)(Madrid: Ediciones Clásicas, 2012), pp. 78-81.

http://investigacion.us.es/noticias/1424

José Solís de los Santos, «El Siglo de Oro en la librería del canónigo sevillanoAmbrosio José de la Cuesta y Saavedra (1653-1707), continuador inédito de laBibliotheca Hispana de Nicolás Antonio (Roma: N. A. Tinassius, 1672)»: J. Galbarro García, C. López Lorenzo (coords.), De oro y luces: la poesía áurea en las bibliotecas del siglo ilustrado, J. Montero (dir.), Seminario Grupo PASO, Facultad de Filología. Universidad de Sevilla, 23 octubre 2014.

José Solís de los Santos  Universidad de Sevilla