En R. Carande, D. López-Cañete (eds.), Pro tantis redditur. Homenaje a Juan Gil en Sevilla (Zaragoza: Pórtico,  2011) 393-399. 

Se publica y comenta la partida de bautismo del canónigo hispalense Francisco Pacheco (1535-1599), hallada en el Archivo Diocesano de Jerez de la Frontera, la cual revela algunos aspectos del ambiente familiar y la carrera del mejor poeta latino de la Sevilla del siglo XVI.

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Partida de bautismo del licenciado Francisco Pacheco (22-XI-1535)

José Solís de los Santos

Universidad de Sevilla

https://www.academia.edu/9189425/Partida_de_bautismo_del_licenciado_Francisco_Pacheco_22-XI-1535_

Resumen: Se publica y comenta la partida de bautismo del canónigo hispalense Francisco Pacheco (1535-1599), hallada en el Archivo Diocesano de Jerez de la Frontera, la cual revela algunos aspectos del ambiente familiar y la carrera del mejor poeta latino de la Sevilla del siglo XVI.

Palabras Clave: Canónigo Francisco Pacheco; Humanismo sevillano; nuevos datos biográficos.

Abstract: In this article the Baptismal Lines of the Sevillian canon Francisco Pacheco (1535-1599) is first published and commented upon; this document, which has been found in the Diocesan Archive of Jerez de la Frontera, sheds some light on the background and career of the best Latin poet in sixteenth-century Seville.

Key Words: Canon Francisco Pacheco. Sevillian Humanism; new documental sources and biographical data.

La fecha de nacimiento del canónigo Pacheco, “el mejor humanista y poeta latino de la Escuela Sevillana”, como afirmó el profesor Juan Gil en el prólogo a la primera edición crítica y traducción de sus poemas más importantes (Pozuelo Calero 1993, p. 11), ha estado oscilando entre diversos testimonios documentados en sus datos biográficos. El eximio cervantista Francisco Rodríguez Marín exhumó, en dos documentos oficiales separados por un espacio de 6 años, sendas declaraciones del propio Pacheco en las que se daba la coincidencia para calcular su nacimiento entre agosto de 1539 y febrero de 1540 (Rodríguez Marín 1923, pp. 395-398). En cambio, el epígrafe que ostentaba la lápida de su tumba[1] arrojaba el año 1535, dado que falleció el /p. 394/ “domingo 10 de octubre de 1599, a las 4 de la tarde”[2], aetatis suae LXIV. Por último, parece que se puede descartar el dato de una nota marginal en la probanza de una orden de caballeros por la que se anticiparía a 1531[3], pues, en efecto, todos los estudiosos se han decantado por señalar o bien el año que se infiere de su perdida inscripción sepulcral o el de su siempre aproximada declaración propia[4].

            Por el “Elogio del Licenciado Francisco Pacheco”, de su concanónigo y amigo el racionero Francisco Porras de la Cámara (c. 1560-1616), se sabía que nació en “Jerez de la Frontera, de padres humildes, Cristianos viejos a prueba de munchas informaciones y excrutinios, que se hicieron en diversos tiempos y ocasiones para las dignidades y honrosos oficios que obtuvo”, y que llegó a Sevilla a sus 24 años “bien instruido en Letras Humanas, y en las demás Artes y Facultades”[5]. Y por las informaciones mencionadas en esa semblanza, es decir, la “Información de limpieza de sangre”[6] llevada a cabo para su nombramiento como canónigo en 1592, conocíamos los nombres de sus padres, Hernando de Aguilar Pacheco y Elvira López de Miranda[7], oriundos de Cantabria, del valle de Toranzo y de Miranda del Ebro, respectivamente. Quedaba por indagar en cuál de las ocho parroquias jerezanas de la época se avecindaba esta familia de montañeses, pues acerca de similares pesquisas contábamos con el hallazgo[8] de la partida de bautismo del vate paisano a cuya defensa dedicó su poema en castellano más conocido: “La Sátira apologética en defensa del divino Dueñas del Canónigo Pacheco”[9], que había dado a conocer también Rodríguez Marín. Pero una pista más segura que ésta de la posible vecindad entre paisanos proporciona un viejo artículo de prensa que aporta la mayor cantidad de nuevos datos sobre el licenciado Pacheco desde los estudios del erudito ursaonense. Fue firmado por un eminente investigador del arte sevillano, Celestino López Martínez (1886-1962)[10], y citado mucho más tarde, y al parecer por única vez, en el acreditado ensayo del hispanista Jonathan Brown donde reunió toda la información disponible /p. 395/ entonces sobre aquella “congregación de estudiosos” de la que fue miembro destacado nuestro licenciado Pacheco[11].

            Entre una serie de datos sobre la desconocida intervención de nuestro humanista en el programa epigráfico de la Alameda de Hércules (1574)[12], habla de su testamento y de los “codicilos que otorgó en los días 7, 9 y 10 de dicho mes y año” (octubre 1599), donde nombró “albacea a su amigo el doctor Luciano de Negrón”, y al señalar algunos de los herederos y bienes, cita “a su sobrino el insigne maestro pintor del mismo nombre y apellido que el otorgante, a quien adjudica parte de una casa cercana a la iglesia de San Dionisio en Jerez de la Frontera”[13]. Es evidente que esa casa fue la de sus padres, situada en dicha parroquia de su ciudad natal.

            En efecto, consta en el primer libro de Bautismos de la parroquia de San Dionisio, conservado en el Archivo Histórico-Diocesano del obispado Asidonia-Jerez[14], varios registros entre algunos años en torno a la década de 1530 que pueden referirse a la familia de nuestro humanista. En 1527 es bautizada una niña llamada Francisca, hija de Hernando de Aguilar y Elvira López (f. 105v); en 1528, María, de los mismos padres (f. 113v); en 1531, Agustín, hijo de Hernando de Aguilar y Elvira Hernández, junto con los esclavos Francisco, Juan y María (f. 129v); en 1532, Isabel, hija de Juan de Aguilar y Elvira López (139v); en 1535, Francisco, hijo de Hernando de Aguilar y Ana de Aguilar (f. 159v); en 1538, Inés, de Hernando de Aguilar y Elvira López (f. 192v); por último, en 1541, Diego, de estos mismos padres (f. 238v).

            Si en los asientos de los años 1531 y 1532 no hay error u homonimia, Hernández por López, Juan por Hernando, parece vislumbrase entre 1531 y 1537 una fuerte crisis en el matrimonio formado por la pareja que consta como padres legítimos del humanista, pues tenemos que el niño Francisco, nacido en el año acorde con el epígrafe de la lápida sepulcral del canónigo Pacheco, consta claramente como hijo extramatrimonial. La trascripción[15] completa de este asiento reza como sigue:

En lunes a xxij dias del mes de nobienbre de M. D. xxx v años / babtizo yo pº dias clerigo Cura de la ygla. del señor san dionjsio a fran.co / hijo de agilar tendero y de ana de agilar fueron padrinos el jura / do tocino el Viejo y Luys deça y su muger y catina nuñez la beata. (Fig. 1) /p. 396/

            Que el padre del futuro humanista era tendero aparece desde la primera partida en la que también se declara como legítima a Elvira López:

En sabado xix de otubre de M.D.XXVII años baptize yo diº bernal / cura en Sant Dionjsio a Fran.ca fija de Hernando de Aguilar / tendero y de su muger Elvira Lopez fueron padrinos / Fran.co Roman escrivano del Cabildo e anton gil escrivano  / e las madrinas Ysabel Ruyz maldonado e ysabel Rodriguez / S. D. bernal (Fig. 2).

            Si bien la semblanza de Porras había destacado su origen humilde, no se tenían noticias del concreto menester de su progenitor. Los padrinos también revelan la modestia del entorno familiar, escribanos del contiguo ayuntamiento[16], un concejal de las collaciones, una beata, vecinos. El niño Francisco, tal vez nacido el 4 de octubre anterior al bautismo, que se habría demorado por su ilegitimidad, debió criarse como hijo de doña Elvira López, toda una señora, que supo acoger después de la reconciliación a ese retoño ajeno, ya fuera su verdadera madre una esclava de la casa o una pariente muy allegada de su marido, a la que éste, con su paternidad, habría querido amparar de alguna deshonra. No nos explicaríamos, en caso contrario, la buena crianza y el aplicado desarrollo de sus excelentes dotes intelectuales[17], cuyas muestras y aprovechamiento empezó a dar tan pronto llegó a la metrópoli para alcanzar el grado académico con que se firmó toda su vida.

En marzo de 1570 comparecía el licenciado Francisco Pacheco en la “Cámara rectoral del insigne Colegio de Santa María de Jesús e Universidad de Sevilla” para probar los cursos de teología escolástica. En ese acto “juró en forma de derecho in verbo sacerdotis que es graduado de bachiller en Artes i Philosophia en esta Universidad puede aver quinze años poco más o menos, y firmólo de su nombre, i que es de hedad de treinta años poco más o menos”[18]. Pese a estas imprecisiones, nuestro licenciado habría terminado esos grados harto precozmente alrededor de sus 15 años[19]. Ahora, la antelación en 5 de la fecha de nacimiento que propone la partida de bautismo resuelve esta dificultad, y sus circunstancias explicarían, de alguna manera, la persistente imprecisión que se observa a este respecto, por más que en materia de informaciones y probanzas de linaje las pesquisas eran más testimoniales que documentales.

Estas circunstancias de su origen, ya fueran olvidadas o acalladas, lo asemejan a quien sería su valedor en su carrera eclesiástica, el secretario de estado Mateo Vázquez (c. 1542-1591), quien muy probablemente fue hijo natural del canónigo hispalense Diego Vázquez de Alderete[20]. Francisco Pacheco llegó a Sevilla a mediados de la década de los cincuenta, incorporándose prontamente, ya como brillante humanista[21], al círculo del canónigo y vicario general de la archidiócesis, Juan de Ovando y Godoy (1515-1575). /p. 397/ Con este nuevo ajuste de las fechas de su llegada a Sevilla según aportaba el “Elogio” de Porras (Gallardo 1835, p. 19), adquiere credibilidad la nota marginal de Juan de Torres Alarcón (fl. 1617) en la obra manuscrita Catálogo de los arzobispos de Sevilla y primado de las Españas Por el licenciado Francisco Pacheco canónigo en la mesma yglesia, que asevera junto al epígrafe del inquisidor Valdés que el “gouernador y prouisor Juan de Ovando [...] tuuo por page entre otros a Mateo Vázquez de Leca, y fueron maestros de sus pages frco. Pacheco y Benito arias montano”[22]. Sin duda Torres, en general mal informado, interpretó como tal ministerio el amparo que el provisor ofreció al ahijado de su concanónigo Vázquez, fallecido en 1556, y como magisterio el trato asiduo con estos varones de los que no se podía aprender sino ejemplos de virtud y sabias enseñanzas. Mejor se comprende así el permanente apoyo del secretario de Felipe II en su prebenda de capellán real en la catedral[23], que dependía de la Corona, y no del Cabildo, institución con la que mantuvo a veces tensas relaciones[24], y donde no habría de ingresar sino casi al final de su vida por decisión personal del arzobispo Rodrigo de Castro[25].

Figura 1: AHDJ, Bautismos. San Dionisio, lib. 1, f. 159v.

Bibliografía:

ACS : Archivo de la Catedral de Sevilla.

AHN : Archivo Histórico Nacional (Madrid).

AHDJ : Archivo Histórico-Diocesano de Asidonia-Jerez (Jerez de la Frontera).

BCS : Biblioteca Capitular y Colombina de la Catedral de Sevilla.

BNE : Biblioteca Nacional (Madrid).

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Gallardo 1866: B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos II (Madrid 1866) 4 vols.

Gonzalo Sánchez-Molero 2010: J. L. Gonzalo Sánchez-Molero, La Epístola a Mateo Vázquez: historia de una polémica literaria en torno a Cervantes (Alcalá de Henares 2010) 188-189, nn. 291 y 293.

Lazure 2003: G. Lazure, To Dare Fame: Constructing a Cultural Elite in Sixteenth Century Seville (Tesis doctoral inédita, dir. R. Kagan) John Hopkins University (Baltimore 2003). /p. 399/

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Macías Rosendo 2008: B. Macías Rosendo, La correspondencia de Benito Arias Montano con el Presidente de Indias Juan de Ovando (Huelva 2008).

Montero, Solís 2005: J. Montero, J. Solís de los Santos, “La macarronea sevillana del licenciado Francisco Pacheco”, en P. M. Piñero Ramírez (ed.), Dejar hablar a los textos. Homenaje al profesor Francisco Márquez Villanueva, I (Sevilla 2005) 637-666.

Pozuelo Calero 1993: B. Pozuelo Calero, El licenciado Francisco Pacheco. Sermones sobre la instauración de la libertad de espíritu y lírica amorosa (Sevilla 1993).

Pozuelo Calero 2004: B. Pozuelo Calero, El licenciado Francisco Pacheco. El túmulo de la reina doña Ana de Austria, Alcañiz‑Madrid 2004.

Recio Mir 1999: Á. Recio Mir, «Sacrum Senatum». Las Estancias Capitulares de la Catedral de Sevilla (Sevilla 1999).

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Rodríguez Marín 1923: F. Rodríguez Marín, Nuevos datos para las biografías de cien escritores de los siglos XVI y XVII (Madrid 1923).

Salazar Mir 1995: A. de Salazar Mir, Los expedientes de limpieza de la Catedral de Sevilla (Genealogías) I (Madrid 1995) 3 vols.

Solís 1998: J. Solís de los Santos, “La inscripción conmemorativa de la Giralda”, Archivo Hispalense 246 (1998) 141-169.

Figura 2: AHDJ, Bautismos. San Dionisio, lib. 1, f. 105v.

José Solís de los Santos

Universidad de Sevilla

 

[1] Se perdió en unas obras durante el arzobispado de Luis de Salcedo (1722-1741), según deploraba Espinosa y Cárcel 1796, III, p. 197, n. 1. En un misceláneo de la Biblioteca Colombina, Papeles varios de Sevilla, se ha conservado un borrador del epitafio en que consta claramente la cifra de la edad en su fallecimiento: “X. die octobris anno a partu virginis 1599 aetatis suae 64”; BCS, Arzob. ms. 33-200, f. 269. El interés de este ms. se dio a conocer en la prensa diaria: “Descubierto en la Colombina un poema de Diego Girón en honor de Fernando III”, ABC, Sevilla, 6 enero 2009, p. 68.

[2] Según consta en ACS, Autos Capitulares, 1599-1602 (42), f. 31v (Recio Mir 1999, p. 326, n. 79).

[3] Dada a conocer del AHN, Pruebas de Calatrava 2381, por Rodríguez Marín 1923, p. 398, cit. por Pozuelo Calero 2004, p. XXVI, n. 7.

[4] Por la que razonadamente opta Pozuelo Calero 1991, p. 23.

[5] Tales son, en rigor, los únicos datos biográficos que proporciona el fragmento del “Elogio” de Porras publicado por Gallardo 1835, p. 19, y no recoge con la misma literalidad Rodríguez Marín 1907, p. 1, atento a ilustrar el mundillo literario de la Sevilla de mediados del XVI.

[6] Dio la referencia, ACS, Pruebas de sangre, Leg. F nº 7, J. Hazañas y la Rúa, Vázquez de Leca (1573-1649) (Sevilla 1918) p. 430, y ha transcrito completo el expediente Pozuelo Calero 2004, pp. 128-145.

[7] Sin embargo, el repertorio de estos expedientes de la catedral señala como padres los nombres “Juan Vallejo Pacheco” y “Mencía de Villegas Castañeda”, con idéntica referencia, “Exp. F-7, Leg. 15, 1592” (Salazar Mir 1995, I, p. 47, núm. 65), cuando en realidad éstos son los abuelos paternos a la luz de la trascripción y árbol genealógico que elabora Pozuelo Calero 2004, p. xxv.

[8] Publicada por J. López Romero, El poeta jerezano Diego de Dueñas (s. XVI). Sus poesías (Jerez de la Frontera 1991) 37, n. 3.

[9] Así consta el título en la copia de la British Library, Add. 20792, núms. 12-16, f. 70v-85v, registrado por P. de Gayangos, Catalogue of the manuscripts in the Spanish languague in the British Museum, I (London 1875) pp. 134-135. Esta composición del licenciado Pacheco que inaugura la poética de invectiva literaria fue dada a conocer y editada por Rodríguez Marín 1907; vid. J. Montero, “Problemas textuales de la Sátira del licenciado Pacheco (primera entrega)”, en R. Reyes Cano, M. R. Peña, K. Wagner (eds.), Sevilla y la literatura. Homenaje al Profesor Francisco López Estrada (Sevilla 2001) 303-314

[10] Vid. F. Collantes de Terán, “Memoria necrológica del Excmo. Sr. Don Celestino López Martínez”, Archivo Hispalense, 38-39 (1963) 254-255. Firmaba sus pesquisas con el acrónimo CeLoMar; ofrece un vívido panorama de esta faceta de la historia intelectual de nuestra ciudad, J. M. Palomero Páramo, “El Archivo de Protocolos Notariales y la historia del arte en Sevilla”, en Id., y F. Quiles García, Noticias de Pintura (1700-1720). Fuentes para la Historia del Arte Andaluz I (Sevilla 1990) 9-43.

[11] C. López Martínez, “El licenciado Francisco Pacheco”, en la serie Nuestros eruditos, de la edición sevillana del diario El Liberal, año XXXIV, núm. 12.756, Viernes 23 de noviembre de 1934, p. 1; cit. por Brown 1980, p. 40, n. 26. También en la prensa diaria sevillana más reciente se han publicado artículos con aportaciones originales sobre el humanista jerezano (Solís 1998, p. 164, n. 77).

[12] Menciona, para que examine estas inscripciones, “al competente doctor Juan Páez de Castro”, cronista real que murió en 1570, pero se trata en realidad del erudito Juan Bautista Pérez, obispo de Segorbe entre 1591-1597; he editado y estudiado todos estos epígrafes y documentos, vid. J. Solís, “El trasfondo humanista de la Alameda de Sevilla”, en A. J. Albardonedo Freire (ed.), La Alameda de Hércules. Memoria, testimonios y documentos (en prensa).

[13] Posteriormente, afirmó, sin señalar la escribanía, haber publicado su testamento, “otorgado el 7 de octubre de 1599”, en 1934 el mismo C. López Martínez, “Gonzalo Argote de Molina, historiador y bibliófilo. Disertación documental conmemorativa del cuarto centenario de su nacimiento”, Archivo Hispalense XVIII/57 (1953) 187-208 (p. 195).

[14] Agradezco al bibliotecario D. José Hachero Álvarez, y a D. Domingo Gil Baro, vicario general de la diócesis, la búsqueda y obtención de estos documentos. El registro de matrimonios y defunciones empezó a regularizarse después del Concilio de Trento (1563).

[15] Gracias a la imprescindible ayuda de Carmen del Camino he podido completar la lectura de estos documentos.

[16] La plaza donde está la iglesia de San Dionisio, con esta advocación por haberse conquistado la ciudad un 9 de octubre (1264), se llamaba antiguamente de “Escribanos”; debo estas aclaraciones a mi buen amigo y convecino José Ruiz Mata, Breve historia de Jerez de la Frontera (Jerez 2010) 105.

[17] No se conservan testimonios ni datos de su formación. En sus primeros años, estuvieron en Jerez insignes personalidades de la cultura, vid. H. Sancho de Sopranis, “Fray Luis de Carvajal en Jerez de la Frontera (1532-1541)”, y “Una fundación docente del Beato Juan de Ávila, desconocida: el colegio de Santa Cruz (Jerez)”, Archivo Ibero-americano 3 (1943) 50-89, y 328-377 respectivamente.

[18] Rodríguez Marín 1923, pp. 394-397, reproducido nuevamente por Pozuelo Calero 2004, pp. 115-119.

[19] Como atinadamente aduce Pozuelo Calero 2004, p. XXVI, n. 9.

[20] Así lo sospecha con claros indicios Macías Rosendo 2008, pp. 36 y 73, nn. 36 y 124.

[21] Tal vez por recomendación del canónigo hispalense Sancho Trujillo, natural de Jerez de la Frontera, que fue el primer colegial mayor de la universidad de Osuna, fundada 1556, según M. Merry Colón, Del origen, fundación, privilegios y excelencias de la Universidad de Osuna (Madrid 1868) 6.

[22] Biblioteca Nacional ms. 1419, f. 21v; cit. con justificadas reservas por Pozuelo Calero 2004, p. XXXIII, n. 29, pero da razones suficientes de su veracidad en este punto Gonzalo Sánchez-Molero 2010, pp. 188-189, nn. 291 y 293. Hay una copia de época posterior, BNE ms. 5736, y ya ambos mss. misceláneos fueron registrados como obras de “Pacheco (Francisco)” por Gallardo 1866, II, p. 119 A.

[23] Obtenida el 28-IV-1571, provisión hallada en el AHN por Lazure 2003, 169, n. 9; y reproducida por Pozuelo Calero 2004, p. XLIV n. 56. En ACS, Actas Capitulares del cabildo de la Real Capilla, caja A1 (1580-1597), se conservan actas firmadas y autógrafas del “Licen.do / Pacheco/ Secretario”.

[24] En 1565 compuso un extenso poema en latín macarrónico donde satirizaba, si bien festivamente, a algunos miembros del cabildo, vid. Montero, Solís 2005, pp. 649-664. En 1572 el cabildo lo privó de su capellanía de San Pedro y le prohibió dar misa “dentro del cuerpo de esta iglesia”; ACS, Actas Capitulares 1571-1573, vol. 31, ff. 89-90 (Recio Mir 1999, p. 323, n. 64). Aun así, desde la inscripción de la Giralda (1568) hasta el famoso túmulo de Felipe II (1598), escribió prácticamente todos los poemas y epígrafes latinos de la iconografía catedralicia y también municipal (Solís 1998, p. 142).

[25] ACS, Secretaría nº 381, fol. 51, Canongia 36: “Lc.do. Fran.co Pacheco. Subcedió en esta prebenda el Sr. Lldo. Fran.co Pacheco siendo visitador del Hospital del Cardenal por nombramiento del Illmo. Sr. Card. de 8 de Jullio de 1592” (Montero, Solís 2005, p. 639, n. 8).