«Relaciones de sucesos de Inglaterra en el reinado de Carlos V», M. F. Fernández, C. A. González, N. Maillard (comp.), Testigo del tiempo, memoria del universo. Cultura escrita y sociedad en el mundo ibérico (siglos XV-XVIII) (Barcelona: Ediciones Rubeo, 2009) 640-698. 

Spanish Pamphlets about England in the Reign of Emperor Charles V

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Londres en Sevilla a través de un reportaje de guerra de 1554. En Sevilla fueron impresos los relatos más antiguos que narran sucesos de Inglaterra. Estas publicaciones, denominadas relaciones de sucesos, son los antecesores de las crónicas y reportajes del periodismo moderno, y como tal medio de comunicación, combinaban la narración de acontecimientos de actualidad con una buena dosis de mensaje ideológico, como siempre ha ocurrido. Esta relación fue publicada en la primavera de 1554 al menos por dos impresores de Sevilla, Juan Canalla y Simón Carpintero, y cuenta la derrota junto a Londres de una insurrección contra la reina de Inglaterra María Tudor a causa de su proyectado matrimonio con Felipe II, a la sazón príncipe de España y 11 años menor que ella. María era hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, tía materna de Carlos V, y recibió la corona en 1553 después de la muerte de su hermanastro Eduardo VI, bajo cuyo reinado habían avanzado aún más la reforma protestante y la ruptura con la Iglesia, y tras superar una intentona de entronizar a la heredera en último lugar del testamento del rey Enrique, la joven Lady Jane.

Con la llegada al trono de María se iba a establecer el retorno de Inglaterra al redil de la Iglesia Romana, lo que se agravaba con el temor a la Inquisición cuando consumara su boda con el hijo del emperador Carlos V, el futuro Felipe II. Un grupo de nobles y parlamentarios junto con la mitad de los regidores londinenses, prepararon un golpe de estado que eliminaría al rey consorte y a su séquito extranjero para imponer a la reina sus criterios políticos y religiosos. Los conspiradores se precipitaron en sus planes y en febrero de 1554 atacaron la capital del reino, donde esperaban ser acogidos por sus numerosos partidarios. Entonces, la reina, lejos de protegerse en la fortaleza de la Torre de Londres, como le aconsejaban, se presentó en el ayuntamiento y dio un discurso al pueblo con el que se ganó gran parte de las voluntades que antes tenía enajenadas. Finalmente, la insurrección fue sofocada y las represalias llegaron al extremo de granjearle a esta reina ese infame apelativo que hoy día parece mitigar el nombre de un conocido cóctel (Bloody Mary).Los poderes cortesanos, tanto los del emperador y rey de España, que entonces residía en Bruselas, como los del príncipe Felipe en Valladolid, se lanzaron a una labor propagandística en apoyo de esa aventura dinástica, que habría de continuarse después de la boda real el 25 de julio del mismo año en Winchester, y en esta campaña se inscribe la anónima relación publicada en Sevilla. Fue escrita por Antonio de Guaras, un mercader aragonés residente en Londres que ya había firmado otra relación más extensa acerca de los turbulentos sucesos anteriores a la coronación de María I.

En esta de las Rebeliones de Inglaterra, que así se titula, destaca tanto la agilidad narrativa no exenta de gracejo (la reina «estaba hecha una leona y mostraba el mayor ánimo que el más valiente hombre del mundo»), ni de reconocimiento del valor de sus enemigos («el dicho Huet [es decir, Sir Thomas Wyat, hijo del poeta cortesano del mismo nombre que galanteaba a Ana Bolena] era el mejor soldado que había en el reyno»), como la capacidad de síntesis para resumir con tanta viveza lo fundamental de los sucesos en el formato de cuatro hojas habitual en estas relaciones impresas, rematado a menudo con una composición en verso. Resulta especialmente curioso la denominación de lugares e instituciones de Londres, que denotan un conocimiento cotidiano del entorno, a través de la peculiar transliteración de nombres extranjeros característica de la lengua española del Siglo de Oro: Suduart  (Southwark), Quinqueston (Kingston upon Thames), Gosmester (Westminster), aldremanes (Aldermen), Mayre (Mayor). Esta relación, de la que se ha conservado completo un único ejemplar en la Bodleian Library de la Universidad de Oxford, ha sido publicada en el estudio titulado «Relaciones de sucesos de Inglaterra en el reinado de Carlos V», que se presentó en el congreso celebrado en noviembre de 2007 en la Universidad de Sevilla sobre «Cultura escrita y sociedad en el mundo ibérico», cuyas actas han sido reunidas ahora en el libro Testigo del tiempo, memoria del universo. Cultura escrita y sociedad en el mundo ibérico (siglos XV-XVIII) M. F. Fernández, C. A. González, N. Maillard (comp.), Barcelona: Ediciones Rubeo, 2009, 640-698. 

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José Solís de los Santos, «Relaciones de sucesos de Inglaterra en el reinado de Carlos V», en Testigo del tiempo, memoria del universo. Cultura escrita y sociedad en el mundo ibérico (siglos XV-XVIII) , M. F. Fernández, C. A. González, N. Maillard (comp.), Barcelona: Ediciones Rubeo, 2009, pp. 640-698. ISBN: 978-84-936359-4-7. 

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RELACIONES DE SUCESOS DE INGLATERRA EN EL REINADO DE CARLOS V

A la memoria de

 mi hermano Fernando

(L.S.I.E.)

El propósito de esta colaboración es dar a conocer el texto completo de una relación de sucesos cuya existencia sólo nos constaba por un único ejemplar conservado, además, fragmentariamente. Este pliego de 4 hojas fue impreso en Sevilla al menos dos veces en el año 1554, y se inscribe en la propaganda que lanzaron los poderes estatales a favor del matrimonio del todavía príncipe Felipe II con la reina de Inglaterra María Tudor. Para encuadrar el contenido de este relato en su marco histórico y justificar la propuesta de su posible autoría, se registrarán cronológicamente las relaciones españolas impresas en el reinado del emperador que contengan noticias de Inglaterra, con mención de otros escritos sobre el mismo tema, no tanto por el aserto que expresó Pascual de Gayangos de que estas relaciones vengan a constituir, «a falta de documentación de carácter oficial, las únicas y exclusivas fuentes de nuestra historia nacional»,[1] sino por considerar este «medio privilegiado de trasmisión cultural»[2] un caudal de datos y asuntos para la cronística regia y la historiografía coetánea en que se introduce también un mensaje ideológico para influir en la incipiente opinión pública de la época.

La esperanza de restaurar el catolicismo en Inglaterra estrechando, al mismo tiempo, el cerco sobre el belicoso Enrique II de Francia,[3] estimuló a un deprimido Carlos V (1500-1558) hasta el punto de hacerle volver sobre el proyecto de enlazar las dos coronas mediante el matrimonio de su joven heredero precozmente viudo con aquella prima materna cuyos esponsales había llegado él mismo a estipular, consumándose por fin con esta boda anteriores intentos de encajes dinásticos con el reino de Inglaterra que se habían frustrado en su propia persona. Pues tanto en el viaje de ida a Aquisgrán en mayo de 1520 para recibir la corona del Sacro Imperio, como a su regreso a España, el emperador electo mantuvo varias entrevistas con el rey Enrique VIII (1491-1547) en Inglaterra y en sus dominios continentales,[4] hasta culminar las negociaciones con una estancia en la corte inglesa durante los meses de mayo y junio de 1522 con el fin de establecer la alianza contra Francisco I de Francia, cuyos intentos contra los Países Bajos y Navarra ya habían sido neutralizados. Entre los acuerdos del tratado firmado en el castillo de Windsor (19-VI-1522) constaba el compromiso de tomar por esposa, tan pronto llegase a la pubertad, a la princesa María,[5] nacida en 1516 de la primera esposa del monarca inglés, Catalina de Aragón (1485-1536), la hermana menor de la reina Juana la Loca (1479-1555). Al futuro jefe de la Iglesia Anglicana le había sido concedido por bula del papa León X (11-X-1521) el honorífico título de Defensor de la Fe (Defender of the Faith), que siguen ostentando hasta hoy los monarcas británicos, con motivo de haber publicado tan tempranamente una apología contra los errores de Lutero. Ambos monarcas fueron vitoreados en los festejos y entradas triunfales como paladines de la cristiandad, «Carlos y Enrico, que son defensores, vivan, / de la fe Enrico, de la Iglesia Carlos», según traduciría del latín Prudencio de Sandoval (1560-1621) a partir de alguna relación de las muchas que se allegó para hilvanar su biografía.[6] Enrique, que fue en su niñez segundón del primer Tudor, había sido destinado a la carrera eclesiástica para ocupar el obispado de Canterbury y, merced a esta presunta formación teológica, pudo tratar decorosamente «La defensa de los siete sacramentos contra Martín Lutero».[7] De argumentaciones teológicas y canonistas pudo echar mano cuando en 1527 declaró que había pecado contra la ley de Dios al casarse, previa dispensa pontificia, con la viuda de su hermano Arturo, el príncipe de Gales (1486-1502), iniciándose un conflicto con el papado que lo llevaría a romper con el catolicismo romano y proclamar la independencia de la iglesia de Inglaterra en 1534. Ya antes iba quedando sin efecto el tratado de Windsor con el pretexto de no poderse financiar la invasión de los territorios del cristianísimo rey, amén de que llegara a conocimiento del emperador que Enrique VIII había entrado en negociaciones con Francisco I para unos esponsales igualmente frustrados con la aún impúber María Tudor.[8] Aun así, poco después de la batalla de Pavía se requirió oficialmente al monarca inglés «que le enviase a su esposa la Princesa madama María», en cumplimiento de lo pactado en Windsor, a lo que respondió el Tudor «que su hija aún no tenía edad para casarse», según recogió el cosmógrafo real y cronista voluntario Alonso de Santa Cruz (c. 1505-1567).[9] El enfriamiento de las relaciones angloimperiales y la victoria de Pavía (24-II-1525)[10] despejarían el camino a Carlos para satisfacer, con la imposición de un servicio extraordinario, la reiterada demanda de las Cortes castellanas de desposarse con una princesa peninsular; y, en consecuencia, el emperador contrajo su único matrimonio con Isabel de Portugal en Sevilla (10-III-1526), que comenzaba ya a sentirse metrópoli de ese otro imperio allende el océano.[11]

La ruptura aparentemente unilateral del compromiso y el rumbo de acontecimientos tan favorable al emperador dieron un giro radical a la posición del monarca inglés, quien aparecía en el anacrónico desafío[12] al emperador al lado de un recién liberado Francisco I, al que ponderaba entonces como «su buen hermano y perpetuo aliado». En la reclamación de agravios que pregonó el caballero rey de armas de Inglaterra, a saber, el Saco de Roma y el encierro del papa en Sant’Angelo, la prisión de los hijos de Francisco I, entre los que estaba Enrique de Orleans, el que sería su resabiado sucesor, constaba un préstamo pecuniario que le había librado su «buen tío» en Windsor y que fue lo único que no refutó el emperador: «Cuanto a la deuda de lo que el rey de Inglaterra me ha prestado, yo jamás la he negado ni la niego y estoy aparejado a la pagar como es razón».[13] Pero el deterioro diplomático llegaría a su punto álgido con las maniobras de la cancillería inglesa en la curia para lograr la revocación de la dispensa matrimonial y la consiguiente anulación del matrimonio con Catalina de Aragón, con el objetivo, evidente para la opinión pública de entonces, de legitimar su enlace con Ana Bolena para dar un heredero varón al reino. El argumento aducido por el rey, o por Wolsey, era que el matrimonio con Arturo había sido consumado, lo cual contravenía la prohibición bíblica de casarse con la viuda del hermano, según Levítico 18.16 y 20.21, y tal  anulación de la dispensa que otorgó Julio II implicaba el descrédito del papado y sobre todo la deshonra de la reina.[14]

Como consecuencia del repudio matrimonial, la princesa María, única superviviente de los malogrados retoños de Enrique y Catalina, fue declarada hija ilegítima, llevando una existencia apartada de la corte mientras se producían represalias y persecuciones contra los que no acataron una reforma religiosa que no estaba fundamentada en los principios de fe, sino que, apoyándose en un anticlericalismo de las clases populares en muchos casos justificado, acometía profundos cambios en la distribución de la riqueza nacional,[15] al mismo tiempo que sentaba las bases de un estado desligado de la tutela de la Iglesia en medio de execrables actos de despotismo. John Fisher (1469-1535), obispo de Rochester, que defendió a la reina Catalina, fue ejecutado cuando recibió de Roma el capelo cardenalicio (22-VI-1535), y poco después, 6 de julio, su «amigo intrínseco» Tomás Moro (1478-1535), por no reconocer el Acta de Supremacía. El auténtico martirio del eminente humanista motivó la más antigua relación monográfica en castellano de asunto inglés que se conozca:

Carta embiada de In- | glaterra:por vn mercader Español. Dela | muerte gloriosa del maestro Thomas mo- | ro Chanceller mayor del dicho reyno. (Figura 1).[16]

Aunque esta relación puede ser un producto espontáneo de la natural consternación que provocaron estas ejecuciones, sin embargo se revela además su intención propagandística en el hecho de que exista una redacción previa de este relato en un documento oficial.[17] No menos dramatismo pero de diferente carácter contiene la relación de la ejecución de Ana Bolena, «descabeçada la dicha Ana llamada reyna según usança de París con una espada»[18]:

El sucçesso y manera como | murio Ana llamada reyna de Inglaterra y consen- | timiento del consejo y parescer del Rey. E ansí mismo | como murieron quatro principalles caualleros de a- | quel reyno consentidores del adultero delito. E las do- | lorosas palabras que dixo la desuenturada llamada | Reyna: escusándose del pecado de que hera acusada | estando sobre gran tribunal dela justicia en presençia | del pueblo Ingles. (Fig. 2).

Está incluida en un impreso con otras cartas de relación sobre la guerra de Solimán contra el soberano de los persas y la campaña de Túnez, «todo traduzido de lengua italiana en castellana scripto al muy illustre señor don Fernando de Silva, conde de Cifuentes, embaxador por la Cesárea Magestad en Roma».[19] La relación se hace eco del cambio de actitud del rey respecto a su primogénita, a la que también se recalca como hija de su legítima esposa en contraste con el entonces sospechoso retoño de la ajusticiada: «El consejo (sc. Parlamento) declaró la hija (sc. la futura Isabel I) desta desventurada llamada reyna ser hija del hermano antes dicho, con orden que como privada criatura fuesse llevada de aquel lugar. E que el rey tornasse a tomar la princesa hija de la primera e verdadera reyna de buena memoria por su hija como es la qual subcediesse en el reyno».[20] En el remanso marcado por el nacimiento de su hermanastro Eduardo (12-X-1537), y también el reconocimiento de la pequeña Isabel, se llevó a cabo la embajada de un ilustre personaje del renacimiento español, Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575), para tratar los esponsales del rey, viudo de la madre del príncipe, Jane Seymour, así como los de la misma María Tudor y el infante don Luis de Portugal con el propósito logrado de obstaculizar las pretensiones francesas con los del duque de Orleans.[21]

A pesar de la tirantez diplomática motivada por el apoyo del emperador a Catalina y a su hija María, de la que Carlos se había convertido en una especie de consejero desde los crudos días de los acosos de Ana Bolena y de su propio padre mediante los oficios de Eustache Chapuys, su embajador flamenco en la corte inglesa,[22] nunca se llegó a una formal declaración de hostilidades; antes bien, primó siempre entre el rey de Inglaterra y el soberano de los Países Bajos la necesidad de un apoyo mutuo frente a Francia, que se materializó finalmente en la campaña del monarca inglés en su bastión continental durante la cuarta guerra del emperador contra Francia (1543-1544). Con despachos llegados a la corte de Valladolid en agosto de 1543 se elaboró la información que consta en esta breve relación de suceso:

Copia de todas las nueuas | que dela corte del Principe nuestro señor han veni | do enla ciudad de Valencia. Ansi del campo de | su Magestad: como del campo del Rey | de Inglaterra. E delas cosas | que han acaecido | en Flandes. | Año de mil τ quinientos τ quarenta | τ tres. A siete dias de Setiembre | (A mano:) inpresso. (Fig. 3).[23]

Entre las noticias de la guerra contra el duque de Güeldres y los movimientos del turco en el Mediterráneo y contra Budapest, se da cuenta de una nueva alianza angloimperial con manifiesto belicismo propagandístico: «su Majestad [...] había de ser a doce de agosto en Flandes; y él y el Rey de Inglaterra han hecho juramento solemne de no dejar la guerra contra Francia hasta que hayan destruido al Rey y a todas sus tierras, o morir los dos en la demanda». Informa también de la campaña inglesa contra Boulogne, en la que intervendrá en 1544, como uno de los comandantes del ejército inglés, don Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, destinatario, como se verá, de una importante relación de sucesos: «El Rey de Inglaterra ha pasado en Francia cuarenta y tantos mil hombres, y de Flandes ha salido mucha gente para se juntar con ellos. [...] Juntáronse seis naves gruesas del Rey de Inglaterra cerca de Bolonia, que es un puerto de Francia, y pelearon con diecisiete navíos.» Pero entre estos informes bélicos no falta la noticia de crónica sentimental y aparentemente privada al aludir sucintamente al nuevo matrimonio con la joven Catherine Howard después del fracaso con Ana de Cleves, hermana del luterano duque de Güeldres: «También dicen que el Rey de Inglaterra se ha tornado a casar con una vasalla suya».

Al margen del carácter noticiero, divulgador o propagandista, de las relaciones de sucesos, se conserva una crónica anónima de este turbulento periodo de la historia de Inglaterra. Fue escrita, a modo de memorias o diario personal antes que con pretenciones analísticas o literarias, por un español residente en Londres que fue testigo de vista de la mayoría de los acontecimientos que relata. Abarca desde el decreto de divorcio contra la reina Catalina y la entronización de Ana Bolena (1-VI-1533), cuya pompa y circunstancia describe con alguna sorna, hasta la mitad del reinado de Eduardo VI.[24] En el testamento del rey, que el desconocido relator describió con más dramatismo que exactitud,[25] María fue instituida como heredera de la corona en segundo lugar después del príncipe Eduardo y delante de Isabel, la hija de Ana Bolena.

Durante el breve reinado de Eduardo VI (1547-1553), que alcanzó el trono con sólo 9 años de edad, el distanciamiento con la Iglesia romana se fue ahondando merced a la acción del consejo de regencia, sobre el que se impuso un personaje tan capaz como falto de escrúpulos, John Dudley (1502-1553), conde de Warwick, quien se arrogó el título de duque de Northumberland cuando eliminó a Edward Seymour, duque de Somerset, presidente del consejo de regencia designado por Enrique VIII y tío del rey, convirtiéndose así en el hombre más poderoso de Inglaterra. Este Northumberland, previendo un pronto y fatal desenlace de la enfermedad del joven rey, logró que modificara, poco antes de su muerte, el testamento paterno, por el cual se excluía a sus dos hermanastras, María e Isabel, con el argumento de que habían sido declaradas hijas ilegítimas y que podían casarse con extranjeros, amén del inquebrantable catolicismo de María, y quedaba instituida como heredera quien había sido designada en el último lugar en la sucesión al trono, Jane Grey, joven de 15 años, nieta por línea materna de la otra María Tudor, hermana menor del rey Enrique VIII. Esta joven inteligente, cultivada y decididamente reformista, fue casada con un hijo del propio Northumberland en el pacto que tejió este prócer con otros lores un mes antes de la muerte del rey. Por saludables que fueran estas maniobras para la nación y la iglesia reformada de Inglaterra, quedaba bien patente para todos la ambición de Northumberland, y tras la muerte del rey Eduardo (6-VII-1553), el propósito de entronizar a su nuera recibió tan escaso apoyo que ni siquiera la pudo mantener diez días en el poder. La heredera legítima, la ya madura María, que había evitado con la huida de Londres su captura por el duque, logró el apoyo de gran parte de la población junto con un nutrido grupo de lores del Parlamento. Northumberland fue juzgado y condenado en ese mismo verano de 1553, y antes de ser ajusticiado hizo profesión de fe católica mediante un discurso en que reconocía sus errores y exhortaba a sus compatriotas a retornar al redil de la Iglesia Romana. Esta plática postrera del duque tuvo una amplia repercursión en la propaganda católica europea, por medio de traducciones al latín, holandés, francés y, desde luego, en italiano y español, inserta en las numerosas relaciones, memorias, crónicas u obras netamente historiográficas.[26]

Es a raíz del vuelco en la situación que supuso la llegada al trono de la cismática Inglaterra de la desafortunada hija de Catalina de Aragón, que nunca había renunciado a su fe católica, cuando se producen el mayor número de referencias en memorias y relaciones españolas. Hallamos la más temprana en una de 1553, sobre diversos episodios bélicos de finales de julio acaecidos en Flandes, Alemania e Italia:

Nueuas de la guerra. | PLVS VLTRA | Traslado de vna carta q[ue] Chris | toual Vasquez de Auila embio | del ca[m]po de su Magestad al Illu | strissimo y muy excele[n]te señor duq[ue] | de Medina Sidonia: en q[ue] le da | relacio[n] de la victoria que su Ma | gestad ha auido contra | sus enemigos. | Año de M.D.Liij. años. (Fig. 4).[27]

Se trata, en primer lugar, de una escueta noticia acerca de la sospecha de envenenamiento del joven monarca inglés que se difundió por doquier en los primeros momentos: «El Rey de Inglaterra dicen que está al cabo o muerto; y que le dieron yerbas».[28] Después del relato de la destrucción de Thérouanne y Hesdin y de la muerte del duque Mauricio de Sajonia (11-VII-1553) en batalla contra su antiguo aliado Alberto de Brandemburgo, amplía la información sobre Inglaterra: «Ya escribí a vuestra excelencia cómo estaba el Rey de Inglaterra atosigado; el cual murió. Y aquel conde Guarich, que después se llamó duque de Nocernaldona, se apoderó de todo el tesoro y navíos que estaban en los puertos, y estaba apoderado de muchas tierras y castillos. Tenía hecha conjuración con muchos principales del reino, a los cuales hizo jurar por Reina una hija del Rey Enrico, habida en una de las segundas mujeres. Esto hecho, inspiró Dios en algunos principales del reino, y favorecieron la partida de la princesa doña María, primera hija del Rey Enrico, la cual con favor de éstos y de la mayor parte de la comunidad, y con que en el Consejo Real tuvo mucho favor, entendiendo su justicia, y que uno del Consejo, hombre principal, la favoreció y avisó de lo que debía hacer; porque la princesa se iba amilanando y retrayendo por ver la mucha gente que de la otra parte estaba puesta contra ella en armas. Y así por los medios que he dicho la princesa se puso en arma y en campaña con bien veinticinco mil hombres, y se llamó Reina, y así la juraron por tal en el Consejo de Londres, y muchas personas principales y particulares, y la comunidad. Lo cual ha hecho Dios con tanto favor suyo, que está pacífica Reina de Inglaterra, y tiene presos a este tirano conde Guarich, y a sus hijos y yerno, y a otros muchos de la conjuración».

El texto de este impreso sevillano Nuevas de la guerra, sin la última sección que narra los sucesos de Italia, está reproducido al pie de la letra en otra relación:

Este es un traslado d[e] una car | ta que fue embiada del campo de su Magestad al illustrissi- | mo señor Don Pedro de Stuñiga y Guzman Conde de | Oliuares. τc. Recontando la victoria que la Cesarea M. | ha auido contra sus enemigos. (Fig. 5).[29]

Parecida noticia acerca de las intrigas cortesanas ofrece otra relación de ese mismo año 1553 que informa con más brevedad de los mismos hechos de la guerra contra Francia en la frontera de Flandes y la de los electores contra Alberto de Brandemburgo:

La felicissima victoria que el | Emperador nuestro señor a ha- | uido de los Fra[n]ceses/ con lo que | ha succedido en este p[re]sente año | de Mill y quinientos y cin- | cuenta y tres años/ en | Alemaña/ τ In- | galaterra. (Fig. 6).[30]

                                                                     Con una concatenación de noticias propia del propagandismo manipulador responde en un solo párrafo a la expectativa creada en el título: los arreglos de Northumberland con Francia, la sospecha de su responsabilidad en la muerte de Eduardo VI, el amaño testamentario a favor de su nuera, el apoyo del pueblo y las instituciones a la legítima heredera de Enrique VIII y la prisión de Northumberland y partidarios, con una coletilla laudatoria sobre la nueva reina que no habrá de faltar en ninguna de las posteriores relaciones impresas: «No ha sido poco engaño el que ha hecho el Rey de Francia al governador de Ingalaterra, pues, según es fama y presunción, ha muerto el governador a su Rey porque assí creýan poder hazer Rey a un hijo suyo, pero a favorecido Dios a su hija legítima del Rey viejo de manera que casi todo el Reyno conspiró contra el Governador y le tienen preso a él y a sus colegas, y han jurado por Reyna a la Princesa, que es cathólica y tan valerosa como todo el mundo sabe». María fue proclamada reina el 19 de julio y entró triunfalmente en Londres el 1 de agosto; Northumberland sería ejecutado el 22 del mismo mes, como pudo leerse en la más completa y extensa relación en español sobre estos turbulentos episodios.

Fue escrita por el mercader aragonés de Tarazona Antonio de Guaras, quien envió al mismo duque de Alburquerque que había militado en el ejército inglés a instancias del pacto con Carlos V de 1544 antes mencionado,[31] un cabal informe de los sucesos políticos de Inglaterra desde la muerte de Enrique VIII hasta la coronación de María I:

Carta de nueuas | de Antonio de Guaras: criado dela | Serenissima y Catholica reyna de | Inglaterra: al Illustre S. Duque de | Alburquerque : Visorrey y Capitan | general del Reyno de Navarra τc. | Enla qual se trata en que | miserias y calamidades ha estado el | Reyno tantos años ha: y de las passio- | nes y muertes que ha huuido. | Como doña Maria fue | proclamada por Reyna: y de todos | obedescida. | Un Razonamiento que hizo | el Duque de Northu[n]berland antes de | morir: amonestando al pueblo que de- | xassen la secta en que viuian: y se abra- çassen conla Sancta Fe Catholica : y | que en todo obedesciessen a la Mage- | stad de la Reyna Maria. (Fig. 7).

            Tal es la portada del ejemplar insertado en el misceláneo escurialense de Relaciones históricas, que reproduce Amalio Huarte delante de su edición.[32] No consta en la tipobibliografía consultada la descripción de este ejemplar, cuyo impresor tampoco se ha determinado, aunque el lema bíblico de la cartela inferior de la portada: «vbi est th [escudo] esavrvs tvvs | ibi et co [escudo] r tvvm», apunta con bastante probabilidad a Adrián de Amberes, con taller en Estella en las fechas del virreinado navarro del duque de Alburquerque,[33] por el mes de marzo de 1554, según se verá. Se conocen otras dos ediciones, ambas también en letra gótica, 16 hs., con variantes sólo en el texto de la portada; una en Medina del Campo: «Relacion muy verdadera de Antonio de Guaras criado [...] Enla qual se trata en q[ué] miserias y calamidades y muertes d[e] gra[n]des ha estado el reyno ta[n]tos años ha: Como doña Maria fue proclamada por Reyna y de todos obedescida y de su coronacion etc.» Al fin: «Fue impressa la presente obra en la muy noble villa de Medina del Campo, en la imprenta de Matheo y Francisco del Canto hermanos. Acabo se a veynte y tres dias del mes de Março Año de 1554».[34] La otra fue impresa en Alcalá de Henares: «Relacion muy verdadera de Antonio de Guaras [...] Enla qual se trata en que miserias, vandos y muertes de gra[n]des señores ha estado el Reyno de Inglaterra, despues que el Rey Henrrique murio tantos años ha. Hasta la coronacio[n] dela Princesa doña Maria. Y de como fue d[e] todo el Reyno recebida por Reyna, y señora d[é]l. Con la confession q[ue] hizo Juan Pocao, Duque de Northumberland, estando en el cadahalso al tiempo que lo querian degollar en Londres, a. xxij. de Agosto de M.D.Liij. años. M. D. LIIII» (Fig. 8).[35] Las ediciones de Medina y Alcalá son, como ya indicó Pérez Pastor, posteriores a la que se conserva en El Escorial, puesto que incluyen ambas la relación de la coronación de María Tudor (1-X-1553), cuyo texto no se debe a Guaras, sino a la traducción de otra relación en italiano, según se infiere de los lemas latinos de los arcos que dedicaron los florentinos y genoveses estantes en la ciudad del Támesis e, inequívocamente, de las menciones de las autoridades venecianas.[36] De la primitiva relación castellana de la coronación se conserva ejemplar en el mismo misceláneo escurialense, que difiere de la de Guaras en la letrería y formato y ostenta en su portada orla completa y un tosco grabado de una ciudad amurallada de torres y rodeada de agua:

La Coronacion de la inclita y se | renissima reyna doña Maria de Inglaterra que oy rey | na bienauenturadamente en aquel reyno con todos los | autos solenidades y cerimonias que sehizieron el | dia de su coronacion: y la manera como fue jura | da y alçada por reyna en primero de octu | bre: Año de mil y quinientos y cin | quenta y tres. | Años. | Con licencia impressa. (Fig. 9).[37]

            Pero es la carencia de alusiones a la política española en esta relación de la coronación de María I, salvo una protocolaria mención de caballeros en el cortejo, lo que viene a corroborar su autoría foránea, a pesar de haber sido incorporada esta su traducción en las posteriores ediciones de la Carta de nuevas al duque de Alburquerque. No habría dejado de destacarse en ésta el designio imperial acerca del matrimonio de la flamante reina, pues ya el mismo Guaras se permitió hacer sus propias conjeturas casamenteras en la carta que firmó «De Londres el primero de Setiembre de» 1553, como si se preparara a la opinión pública española para la magna operación dinástica en que se embarcaría su futuro rey, a expensas, como siempre, de las arcas castellanas y a costa de desgajar de la corona la herencia borgoñona: «La reyna se coronará, Dios mediante, el primero de Otubre, aparejándose grandes fiestas. Después sólo restará que nuestro Señor la haga dichosa con algún bueno & cathólico marido. Bien se dize acá es muy lexos el Príncipe nuestro señor de ser también aventurado,[38] assí porque se dize que se ha tratado casamiento con aquella señora de Portugal». Y continúa haciendo unas serie de cábalas tan bien argumentadas que denotan en la redacción de esta parte del impreso la sugerencia o intervención de quienes en la corte imperial abogaban por el matrimonio con el príncipe Felipe: «en caso de que muriese el hijo del Príncipe, a quien Dios guarde, sería el hijo nacido aquí señor de todo. [...] que el Francés se les ha de entrar algún día por Escocia [...] el pueblo de aquí tiene más amor con esta casa que los de Portugal, y en edad se differencian poco estas dos señoras, de un año o año y medio de tiempo». En efecto, para secundar los mandatos paternos, Felipe hubo de romper las iniciadas negociaciones matrimoniales con la infanta María de Portugal, hija del rey Manuel y de Leonor de Austria, cuya diferencia de edad sólo era de 6 años frente a los 11 en que le superaba la Tudor.[39] Y es que las negociaciones de boda entre la reina de Inglaterra y el príncipe de España se llevaron con extraordinario sigilo en medio de las propuestas de otros candidatos y de las objeciones que se esgrimían desde la corte castellana. Se ha conservado en El Escorial[40] el informe de un enviado del legado pontificio en la corte flamenca de Carlos V durante aquella guerra con Francia de 1553, que viene a confirmar los hechos narrados por Guaras, amén de aportar otras noticias sobre las tribulaciones de la corte inglesa en aquellos críticos días. Este agente de la Santa Sede, el nuncio Giovanni Francesco Commendone, al tenerse noticias de la muerte de Eduardo VI, pasó de incógnito a Inglaterra para transmitir la información que a duras penas llegaba al continente, y, a través de un antiguo exiliado inglés, consiguió una entrevista con la reina María, quien le expuso sus deseos de volver a la Iglesia con la mediación del cardenal Pole.[41] Reginald Pole (1500-1558), miembro de la nobleza británica emparentado también con los Tudor, había sido creado cardenal de Inglaterra por Paulo III (22-XII-1536),[42] con sólo órdenes menores, para afianzar su posición ante la persecución de un airado Enrique VIII que lo había proscrito mediante decreto del Parlamento por su apoyo a la reina Catalina y a la supremacía de la Iglesia; en aquellos momentos se encontraba en la corte imperial de Bruselas enviado como legado para Inglaterra por el papa Julio III.[43] Carlos V, sabedor por su sagaz embajador en Londres, Simon Renard, de que Pole era uno de los candidatos que barajaba el consejo privado de María I para el matrimonio regio,[44] lo retenía en Flandes para no empecer con su presencia las delicadas negociaciones de boda a favor de su heredero.

            Quedaron éstas finalmente anudadas por el canciller Stephen Gardiner, no obstante la oposición del Parlamento, precaviéndose explícitamente de la subordinación de la reina inglesa respecto a su potentísimo consorte y de la injerencia de españoles o flamencos en los órganos de gobierno ni en la corte inglesa, e instituyéndose la soberanía de los Países Bajos junto con la corona británica para el primogénito de dicho matrimonio. Tales fueron las estipulaciones de la legación imperial que, presidida por el conde de Egmont, compareció en Londres el segundo día de enero de 1554, según consta en la relación de sucesos que relata la insurrección desencadenada a mediados de ese mismo mes en diversos lugares del país cuando se difundió el proyecto del matrimonio extranjero de la reina:

Relacion muy ver- | dadera de las rebelliones q[ue] ha aui- | do en el Reyno de Inglaterra en | el principio desta quaresma: y de la | pacificacion de todas ellas sie[n]do ve[n] | cidos y castigados los aduersarios | con el diuino fauor: por la serenissi | ma Reyna. La qual relacio[n] fue em | biada alseñor Francisco Duarte ve | edor de su Magestad. (Al fin:) En Seuilla por Juan canalla junto al me- | son de la castaña:en.xxiiij.dias de Março de mil | τ quinientos y cincuenta y quatro. (Fig. 10 y 11).[45]

Esta conspiración estuvo a punto de dar al traste no sólo con el proyecto de boda, sino incluso con la misma continuidad de la reina en su trono recién alcanzado. El plan consistía en un auténtico golpe de estado que habría de perpetrar la matanza del príncipe y su séquito español tan pronto llegaran a Inglaterra para la boda y posterior coronación como rey. Constituía el meollo de sus objetivos políticos la imposición de un consejo real a criterio de los conjurados que habría de conllevar la anulación del retorno a la Iglesia y de la revisión de las confiscaciones de bienes eclesiásticos. La causa de la revuelta que capitaneó Richard Wyat fue, antes que la cuestión religiosa, el rechazo radical del matrimonio con el príncipe Felipe y de la consiguiente política extranjera.[46] Presenta, en el contexto nacional, la manifestación violenta de la oposición política en una situación de régimen absolutista; en el contexto europeo, entraña la eclosión de una incipiente conciencia de nación frente a la idea medieval del concepto patrimonial y dinástico del poder rígidamente jerarquizado que representaban el Sacro Imperio y la Iglesia Romana. Considerada desde este aspecto, la insurreccion guarda cierta analogía con los movimientos de las Comunidades y las Germanías y con la liga de Esmalcalda. Pero la precipitación de los conjurados a finales del mismo mes de enero anticipó las operaciones, haciendo fracasar a la postre tan siniestros planes y descubriendo, al mismo tiempo, el valor personal y la habilidad política de una reina que hasta entonces parecía estar como secuestrada por su consejo privado de gobierno. Aplacada la rebelión en las vicisitudes descritas en este pliego impreso, las represalias en esta ocasión fueron mucho más severas y numerosas que las que originó la intentona de Northumberland,[47] llegándose al lamentable extremo de la ejecución de la reina intrusa Jane Grey, que siempre fue reacia al desaforado empeño de su entronización y murió sin renegar de su fe reformista con una entereza de ánimo muy por encima de su condición y edad.[48] A justificar estos castigos como una especie de cirugía social, lo que provocaría ese ominoso e inmerecido apelativo de la reina Mary, tiende el villancico que ocupa la última plana de esta relación.[49]

Las relaciones de sucesos impresas acerca de Inglaterra posteriores a esta cuyo texto completo aquí se edita versan sobre el viaje y periplo del cortejo marital hasta tierra inglesa, los recibimientos, boda, la sesión del Parlamento en que se otorgó el perdón apostólico y los acciones de gracia por la conversión del reino a la fe católica. Contamos para ello con el estudio con que el insigne arabista Pascual de Gayangos acompañó su edición de un curioso opúsculo que excede las dimensiones habituales de estos impresos:

Sumaria y | verdadera relacion del buen | viaje que el inuictissimo Principe de las Españas don Felipe | hizo á Inglaterra, y recebimiento en Vincestre donde | caso y salio para Londres, en el qual se contiene[n] grandes y marauillosas cosas que en este | tiempo passaron. Dedicado a la illu- | strissima senora doña Luysa | Enriquez Giron, con- | desa de Benavente por An- | dres | muñoz criado del serenissimo In- | fante don Carlos nuestro señor. (Escudo) 1554. (Al fin:) Fue impresso en çaragoça en casa de Esteuan de Nagera. | 1554 | A costas de Miguel de çapila Mer- | cader de libros. (Fig. 12).[50]

Acerca de su autor, Andrés Muñoz, no halló el estudioso sevillano, que tuvo una fecundísima residencia londinense, noticia alguna ni en los repertorios más recónditos, salvo una nota de la contaduría real como «lacayo del Príncipe» don Carlos (1545-1568). Gran parte del relato de Muñoz se centra en «Las fiestas que el conde de Benavente hizo en su villa al Príncipe», descripción que justifica cabalmente la inclusión en el repertorio de Jenaro Alenda.[51] Contiene, asimismo, este impreso 4 villancicos con sus mudanzas, no registrados en los diccionarios y repertorios de versos, que nos pintan a unos bucólicos ingleses arrobados de alegría y devoción por el advenimiento de los católicos soberanos: «Ya se recoge el ganado / inglés, que andaba perdido, / por el pastor que allá es ido.» [...] «¡Cuán alegre vivirá / Ingalaterra, pues dos / Reyes tales les dio Dios.».[52] Añade también el modesto cortesano Muñoz breves disquisiciones corográficas, anticuarias y literarias, con mención de las leyendas artúricas, que debió de extraer de algún prontuario al uso, como intento de conectar al lector hispano con aquel país prácticamente desconocido[53]; mera información de repertorio o simplemente plagiada de otras relaciones en lo que respecta al viaje y arribo al puerto de «Antona» (Southampton), pues Muñoz no terminó por embarcarse en la gran expedición que partió del Ferrol y La Coruña el viernes 13 de julio de 1554.

La siguiente relación editada por Gayangos es un impreso registrado en los repertorios bibliográficos[54]:

Traslado de vna carta embiada | de Inglaterra a esta ciudad d[e] Se | uilla:  en que se da relacion del suc | cesso del viaje del principe do[n] Phi | lipe nuestro señor: desde que se embarco en la Coruña | puerto de España: ha | sta q[ue] se caso con la | serenissima rey | na: de Ingla | terra. Año. M. D. Liiij. (Fig. 13).[55]

            La edición de Gayangos: Viaje..., pp. 85-101, está cotejada con la copia manuscrita existente en BNE ms. 9229, ff. 114-124,[56] copia a su vez del manuscrito escurialense RBE V-II-3, que había conformado un sólo volumen con el ya repetidamente citado V-II-4.[57] Las variantes demuestran la dependencia de ambos manuscritos del original impreso, por lo que estas copias carecerían de interés ecdótico si el cotejo del arabista sevillano no proporcionara la prueba irrefutable[58] de que este impreso coincide exactamente con una relación gótica de la antigua biblioteca del duque de Medinaceli que contiene también un informe de la victoria del ejército de Carlos V en la guerra de Siena: [59]

Relacio[n] muy verdadera | d[e]l viage y recebimie[n]to que se hizo a nuestro | Inuictissimo principe Don Phelipe en In | glaterra. Y d[e]como se celebraron las Bodas y | como le Iurar[n] por Rey. Assi mismo el bra- | uo Rencuentro que huuo enel campo d[e]la ce | sarea Magestad y el del Rey de Francia. (Fig. 14).[60]

            Nos encontramos, pues, ante un intercambio de material noticiero entre impresores sevillanos similar al caso que nos ocupa de la Relación de las rebeliones de Inglaterra, impresa dos veces en el mismo año de 1554 por Juan Canalla y Simón Carpintero, o la carta de Vázquez de Ávila al duque de Medina Sidonia, Nuevas de la guerra, publicada por Martín de Montesdoca en 1553 y repetida sin el nombre del remitente con el parecido título Traslado al conde de Olivares en el taller de Dominico de Robertis.[61]

            El relato de sucesos ingleses reproducido en estos dos impresos sevillanos consiste en una especie de diario desde el día del embarque del príncipe, jueves 12 de julio hasta el «martes a xxxi de Julio», en el que también se van intercalando breves noticias llegadas de la corte de Flandes. Se revela como una efemérides oficiosa del acontecimiento al describir con minuciosidad protocolaria la ceremonia de la boda, que se celebró en la cercana Winchester, cuya diócesis ocupaba el canciller Gardiner, en el señalado día de Santiago de 1554, precedida de la entrega del diploma en que Carlos V hacía donación al príncipe Felipe del reino de Nápoles. Honores y agasajos,[62] galanterías y misas de fray Bartolomé de Miranda, el futuro arzobispo de Toledo incausado por la Inquisición,[63] constituyen el conjunto de noticias, además de rendir tributo a las leyendas caballerescas.[64] También contiene la narración de un embarazoso lance entre la reina y la duquesa de Alba, que ha sido interpretado de diferente manera, según se tienda a destacar la amabilidad de la corte inglesa o a proponerlo como muestra del azoramiento de los españoles en una tierra cuya población acabó dispensándoles un trato poco hospitalario por no decir abiertamente hostil.[65]

No traslució ni siquiera el menor incomodo ateniéndose a las fórmulas de un informe oficioso, donde se vuelven a incluir noticias de la sañuda guerra en la frontera franco-flamenca, una carta que cubre el mismo periodo que la anterior, desde que zarpó la flota hasta la marcha del matrimonio regio a Windsor. Fue dada a conocer en el volumen que inauguraba nuestra colección de inéditos históricos, extraída del mismo códice escurialense de misceláneas repleto de relaciones de sucesos.[66] Su autor, Juan de Varaona, o Barahona, que refiere con unción «recibimientos, besamanos, recepción de embajadores», debió de ostentar un rango en el séquito español, pues en otra misiva del mismo códice que envió a su tío Antonio de Baraona, en octubre de 1554,[67] muestra conocer los más elevados designios de S. M.: «el emperador renunçiava dentro un año todo su estado en el prínçipe». Pero ya en esta segunda carta también dio indicios de que no eran en absoluto amigables las relaciones con los paisanos: «No ay día ninguno que no aya muertos y cuchilladas entre los españoles [y] yngleses».

            Acentúan los aspectos negativos de esta jornada y desposorio las dos cartas que publicó Gayangos guardando en su edición la cronología de los hechos; la primera de éstas prosigue la narración hasta el 19 de agosto del 1554, sin ser continuación del impreso sevillano cuya edición precedió en esa monografía, aunque se menciona en su comienzo una misiva anterior que no ha sido encontrada[68]: «Carta en la cual se da Relación de lo que ha pasado en el reino de Inglaterra después que el Principe Don Felipe entró en él; embiada por un cauallero que se embarcó con el príncipe y pasó con él en aquel reyno, y se halló presente en todos los actos que se hicieron, a otro cauallero amigo suyo en Salamanca». Está continuada por: «Carta segunda del mesmo, dando relacion de las cosas que han pasado despues de la fecha de la primera Carta hasta el principio del mes de Octubre, hecha en Londres y embiada al mesmo caballero».[69] En contra de lo que afirmó Gayangos, es más probable que estas dos cartas no se correspondan con relaciones realmente impresas, pues tienen un tono de queja y protesta que las diferencian de las que efectivamente lo fueron. Se deben a un miembro de menor rango del séquito, mucho más expuesto al rechazo de la población que los nobles y sirvientes cercanos al nuevo rey; la condición del también anónimo destinatario de las misivas permite el sincero desahogo: «Es la más ingrata gente que se ha visto jamás». «El sábado entramos en Londres, que no debiéramos, según el tractamiento que hacen a los españoles que allí están». «Al Príncipe Nuestro Señor [...] no le conoscen por Rey ni por superior, mas cuando dicen que vino por Gobernador del Reino y a enpreñar a la Reina, y que en habiendo en ella hijos se ha de volver a España. Y plugiera a Dios fuera luego, que a él le fuera muy bien y (según creo) se holgará dello, y nosotros nos holgáramos infinito por vernos fuera de gente tan bárbara. [...] El Rey ha desenpeñado a la Reina de más de docientos y cincuenta mill ducados que debía; y no solamente esto, pero aún ha dado y repartido entre los de su Consejo y caballeros principales del Reino, solamente por tenerlos contento, más de treinta mill ducados de renta repartidos entre todos; y toda esta renta es en España. Vea v. md. el provecho que se ha recrescido a España desta jornada e desposorios». Y desliza una pulla de ironía sobre el valor de ceremonias, boatos y rogativas: «Creo y tengo para mí que si no fuese por las munchas procesiones e continuas oraciones que (según de allá nos escriben) se hacen en España, ¡Nuestro Señor nos guarde!, creo seríamos ya todos muertos, porque estos ingleses, como gente bárbara y muy herética, no tienen cuenta en sus ánimas e conciencias, ni temen a Dios y a sus sanctos, ni conoscen obediencia al Papa».[70] Resulta difícil aceptar que por España se difundieran impresas estas noticias cuando en la misma Inglaterra se había volcado la corte en una propaganda áulica para contrarrestar los panfletos y libelos que habían proliferado contra el catolicismo y el rey Felipe en los meses precedentes, entre otras causas, por el temor a la implantación de los tribunales del Santo Oficio.[71] Bien es verdad que aguardaban tiempos mucho más recios, pero ni siquiera en aquella Sevilla en que los impresores estaban tan acostumbrados a expedir pliegos noticieros de todo tipo,[72] encajarían en letras de molde esas severas críticas a los dispendios dinásticos de aquellos augustos monarcas, de las que emanaba, además, algún tufillo a chamusquina erasmista. Más acertado parece imaginar una fluida circulación manuscrita por el ambiente de relativa libertad que se vivió en Sevilla durante la década de los cincuenta antes del mazazo de la persecución inquisitorial. No es de extrañar, después de todo, que se hayan preservado estas cartas en dos manuscritos de origen sevillano, el de El Escorial, entre apuntes de Ambrosio de Morales (1513-1591), quien pasó largas temporadas en la ciudad, y el de la Nacional, cuyo primer posesor fue el canónigo Luciano de Negrón, albacea testamentario del licenciado Francisco Pacheco (1535-1599), del círculo del poeta Fernando de Herrera.

Muy distinto es el párrafo dedicado a estas mismas noticias de Inglaterra que contiene otra relación impresa no registrada en la monografía de Gayangos: «Las cosas de Inglaterra llevan muy buen camino quanto a los errores que tenían, y el príncipe nuestro señor govierna y rige el reyno con mucha paz y justicia y es muy querido de todos los del reyno, mayormente si es verdad lo que se dize que la reyna se haze preñada. La coronación de su Alteza se effectuará a presto, y la causa porque aún no es coronado es por los grandes aparejos que se hazen para ello». El idílico pasaje pertenece a una triunfalista relación de sucesos de la guerra contra los franceses, que da cuenta de las desastradas correrías de Alberto de Brandemburgo y del incidente del duque de Saboya con un conde alemán capitán del ejército imperial al que mató en una reyerta por la aplicación de un castigo a uno de sus soldados:

Copia d[e] vna carta muy ver | dadera delo que ha suscedido en la cor | te/ y  campo de su Magestad. Y tambie[n] de lo q[ue] passa | en Inglaterra. | Hecha a tres de Octubre. Año. M. D. liiij. (Al fin:) Hecha imprimir por Bor- | bon, librero de su Illustrissima señoria, | y del Marques de Elche. (Fig. 15).[73]

            Los gastos del modesto impreso fueron costeados por Pedro Borbón, librero y encuadernador en Valencia desde la década de los cuarenta, cuyo apellido consta en otras dos relaciones de estos últimos años de reinado del emperador.[74]

            Existe otra relación con los mismos sucesos que la impresa dos veces en Sevilla del recibimiento y boda con el añadido de la batalla de Marciano, cuyos datos tipográficos han sido precisados (Zaragoza: Augustin Millan, 1554), pero no su localización actual: 

COPIA DE | LAS NUEVAS QUE POR CARTAS ES- | criptas al illustrissimo señor Virrey de Aragon se entiê- | den assi del rescebimiento y casamiento de su Alteza | en el reyno de Inglaterra, como de la Rota del cam- | po de Frâcia sobre Sena, y auisos del armada de su Ma- | gestad, y del Piamonte, y de Venezia de las cosas del Turco... Con licencia del illustrissimo señor Virrey | (Adorno) | Fue impresso en casa de Augustin Millan en la cuchilleria. (Al fin:) Finis.[75]

Se añade en la «Pág. 6: COPIA DE LA ROTA DEL CAMPO DE PEDRO ESTROCI, Capita[n] de Sena por el Rey de Francia, escrita a dos de Agosto deste año de mil y quinientos y cinque[n]ta y quatro por el marques de Mariñan (que huuo la victoria por parte de Españoles) al duque de Flore[n]cia». Resulta dífícil identificar el resto de los asuntos anunciados en la portada, toda vez que no se incluye ningún otro suceso en la duplicada relación sevillana. Faltaron, sin embargo, o no ha quedado noticia alguna de ello, relaciones españolas con el recibimiento triunfal en Londres del matrimonio regio, pese al amplio eco editorial que solía tener este tipo de festejos cortesanos a causa de la esmerada aportación humanista y artística como expresión del «teatro del poder».[76]

En la sucesión cronológica de acontecimientos que también hemos adoptado, se eslabona el último documento editado por Gayangos, que se corresponde con la relación impresa:

Traslado de vna carta que fue embiada del reyno de In | glaterra a la muy illustre señora condesa de Oliuares, en que se da relacio[n] como aquel reyno se ha re | formado en la fe catholica, y dado la obediencia al su[m]mo pontifice. Y las cerimonias con que esto se | hizo, estando presente a todo el Principe nuestro señor: y las fiestas que para regozijar esto se hizieron. (Fig. 16).[77]

            Por relatarse las fiestas que concluyeron el 2-XII-1554, debió de publicarse en los primeros meses de 1555, en Sevilla. El protagonista de esta relación impresa es el legado pontificio cardenal Pole, de cuya demora en Flandes se aducen los «bullicios y escándalos» en los primeros meses del reinado de María, «que no auía quien osasse mentar el nombre de Papa»; se relata el decreto del Parlamento de revocación del edicto de destierro que pesaba contra él; su solemne arribo al puerto de Londres (24-XI-1554) y la reverente acogida de los reyes; finalmente, su discurso ante el Parlamento en que dispensaba la absolución papal haciendo borrón y cuenta nueva de la cuestión de los bienes eclesiásticos confiscados durante los años del cisma. Encuentro premonitorio para la imagen posterior del Rey Prudente el parangón irenista usado por Pole como recurso retórico, con el cual comparaba los reinados bíblicos del guerrero David y Salomón, constructor del Templo, con Carlos V y su sucesor Felipe, al que celebraba como «Rex pacificus».[78] Por lo demás, la relación resulta ser un texto con visos de reportaje oficial y estructura didáctica en que no se filtra la menor contrariedad o queja de las que sabemos por las otras fuentes.[79]

            También en los primeros meses de 1555 debió de imprimirse una relación de tres páginas impresas que incluye un suceso totalmente diferente de los que se vienen tratando:

Dos cartas la vna de la serenissima rey | na de Inglaterra, embiada a la Serenissima princesa | de Portugal, dela reducion delos Ingleses a la | obedie[n]cia d[e]la yglesia Romana. Y la otra d’vn | cauallero hazie[n]do saber como los Ingleses | han hallado vnas nueuas Indias. (Al fin:) Hecha imprimir por Borbon librero de los illustrissi | mos señores el Duq[ue] de Maq[ue]da τ marq[ue]s Delche. (Fig. 17).[80]

            Como en las otras cartas de relación impresas a su costa, el librero Pedro Borbón, se declara al servicio del duque de Maqueda y marqués de Elche, Bernardino de Cárdenas, virrey de Valencia de 1553 a 1558.[81] La primera carta, fechada «de Vesmunstre a los xiiij. de Henero. Año M.D.Lv.», está dirigida por la reina María a la regente de España, doña Juana de Austria (1535-1573), hermana menor de Felipe II y viuda del príncipe Juan Manuel de Portugal. Se trata de una convencional y piadosa noticia de la «absolución apostólica». La segunda es un breve informe del viaje y estancia del marino Richard Chancellor por tierras del norte de Rusia en un periplo que partió en el reinado de Eduardo VI y regresó cuando la situación política y religiosa había cambiado. Cierra la relación el resumen de la carta de amistad al «famoso rey Duardo de Inglaterra» de parte de «Iuan Veselueque por la gracia de Dios Emperador de Rusos y otros muchos reynos», es decir, Iván el Terrible, fechada «en el año de siete mil y quarenta y dos enel mes d[e] Hebrero». A despecho de los conocimientos geográficos, la confusión del epígrafe quizá responda a un reclamo comercial.

Las prensas italianas reflejaron más que las de ningún otro territorio el impacto que produjo en Europa el retorno al catolicismo del reino inglés, según demuestra la cantidad de impresos tanto de noticias de sucesos como de composiciones literarias que relataron y recrearon los acontecimientos de más relevancia política, desde el viaje y boda hasta el acto solemne de perdón pontificio. En España se llegaron a traducir algunos de estos impresos italianos para secundar una demanda noticiera, y desde luego también la exigencia de la propaganda oficial, que la escasez de relaciones originales adecuadas no podría satisfacer. Es lo que inferimos del título de la siguiente relación de sucesos con el mismo contenido que la publicada en Sevilla cinco meses antes:

La felicissima y muy | alegre nueua de la reduccion del Reyno de Inglaterra ala  | catholica union y obediencia de la Sede Apostolica. | Con la copia de las cartas del serenissimo Rey | de Inglaterra, y del Reuendiss. Cardenal Polo | Legado de la.S. Sede apostolica a su Sanctidad Iulio papa.III. sobre la reduccion | del Reyno ala union de la sancta | madre Iglesia. | Y la supplicacion hecha a el Rey y Reyna en | nombre del Reyno sobre | impetrar absolucion. Y | las publicas alegrias hechas por el pa- | pa y pueblo de Roma. Embiadas de Roma: y bueltas de Italiano en Romance | Castellano por ser mas comun a todos. | Impressas por Iuan de Barrera a. viij. de Iunio. De M.D.LV.[82]

            En el misceláneo escurialense RBE V-II-3 se hallan dos versiones en español e italiano del discurso del cardenal Pole, a lo que sigue la «suplicación» de perdón en latín que formularon los reyes Felipe y María en nombre del reino; esta supplicatio original latina, además de la carta de Felipe II a la regente doña Juana de Austria, se encuentra también recogida en el «memorial o silva» de Alfonso Fernández de Madrid (1474-1559), Arcediano del Alcor, como un ejemplo más de la repercusión que tuvieron estos sucesos de Inglaterra en el ámbito hispano.[83]

            La conversión de Inglaterra, proyecto inesperado del emperador en su fundamental deber de auxiliar a la Iglesia, fue celebrada en su católico reino, con especial rumbo y tronío en la sede primada, que ocupaba a la sazón quien había sido primer preceptor de su heredero, Juan Martínez Silíceo (1486-1557), aún no creado cardenal, el cual, si bien proclamaba su júbilo por la vuelta al redil de aquellas ovejas descarriadas en la herejía, no había tenido empacho en condenar a la perpetua exclusión social a una buena parte de sus cristianos compatriotas con la aberrante ley de Estatuto de Limpieza de Sangre (1547). Quedó recordado el jolgorio toledano en un breve impreso poético clasificable en el tipo de publicación de este subgénero histórico que estamos tratando y que se publicó en la misma ciudad tres meses después de que Felipe, no sin comprensible alivio,[84] dejara el reino cuya corona ostentó antes que la de España:

Flor de las so | lennes Alegrias y fiestas que se hizieron en la Imperial | ciudad de Toledo por la conuersion del Reyno de Ingalaterra. Compue | sta por Iuan de Angulo vezino dela dicha ciudad, natural del valle de | Angulo. Dirigida al Altissimo y poderosissimo señor don Filippe | Rey de Napoles y Sicilia y de Ingalaterra y gran Principe | de España nuestro Señor. Tratasse en ella la conuer | sion de los Ingleses. Acabose en el Año | D. MD L. v. (Al fin:) Fue impressa la presente obra | en la Imperial ciudad de Toledo : en casa de Iuan | Ferrer Impressor, Acabose a treze dias del mes de Diziembre en el Año de | M.D.L.V. (Fig. 18).[85]

Bartolomé José Gallardo añadió datos en su descripción: «La obra está en versos de pie quebrado, dividida en ocho capítulos, más otro en prosa»; y concluye: «¿Si será este el Angulo el Malo de Cervantes? Sus versos son abominables».[86] Aportan mayor caudal de detalles costumbristas la narración manuscrita del jurista toledano Sebastián de Horozco: «Memoria de la reducción del rreyno de  Ingalaterra al gremio e unión de la sancta madre Ig.a. [....] Memoria de las fiestas y alegrías que en Toledo se hizieron por esta razón».[87] Describe fiestas de toros y cañas, celebradas el 24 de febrero, natalicio del emperador, además de mojigangas y desfiles carnavalescos cuyos pormenores provocaron la reticencia de algún editor pudibundo.[88]

El resto de manuscritos contemporáneos acerca de Inglaterra señalados por Gayangos en el «Índice Cronológico», que extrajo principalmente del escurialense RBE V.II.4,[89] rebasan la fecha de abdicación de Carlos V (Bruselas, 16-I-1556). Por su parte, Jenaro Alenda asignó la entrada nº 152 a un cuadernillo «cosido tras la hoja 262» que faltaba en el misceláneo BNE, olim A.a. 105, el cual debía contener una «Memoria del viage q. el rey don felipe ij nro. señor hizo a Ingalaterra, y de los desposorios y fiestas q. en ingalaterra se hicieron qndo. su mages.t caso con la reyna M[aría] de Ingalaterra».[90] Es muy probable que se trate de un error en el índice antiguo del mencionado misceláneo de la BNE, nunc 9175, donde consta también manuscrita la relación ya comentada de Sebastián de Horozco, registrada por el mismo Alenda, nº 163.

            El comentario de las relaciones y poemas en lengua extranjera que señala el propio Alenda,[91] así como también de los poemas latinos compuestos en honor de los regios contrayentes, excede el objetivo de este trabajo.

            La relación de sucesos cuya edición ha motivado la precedente rebusca coincide literalmente con la registrada por Antonio Rodríguez Moñino en su indagación de pliegos sueltos poéticos llevada a cabo en la biblioteca del marqués de Morbecq. La conservación trunca de dicho ejemplar, sólo las dos hojas del pliego exterior, no afectó a su investigación, dado que es en la última página donde se recoge la misma composición en verso; por lo demás, se desconoce todo antecedente de este impreso mútilo que cataloga con el nº XI, antes de su probable pertenencia al fondo del duque de T’Serclaes.[92] El ejemplar que se imprimió en Sevilla en prensas distintas donde lo fue esa edición a todas luces anterior de Juan Canalla, contiene una disposición de líneas diferente, además de la orla y el grabado, que representa dos ejércitos en línea de combate ante las puertas de una ciudad:

Relacion muy verdadera | de las rebeliones que ha aui | do en el reyno d[e] inglaterra en | el principio desta quaresma: y | d[e] la pacificacio[n] de todas ellas | siendo ve[n]cidos y castigados | los aduersarios con el diuino | fauor por la serenissima reyna | la qual relacion fue embiada | a la noble ciudad de cordoua. [Al fin:] Fue impressa la presente rebelio[n] d[e]l | reyno de inglaterra en seuilla en | casa de Simon carpintero | impressor d[e] libros año | M.d.l.iiij. (Fig. 19 y 20).[93]

            El impresor Juan Canalla desarrolló su actividad entre 1548 y 1555 en su taller junto al mesón de la Castaña, en la parroquia de San Juan de la Palma. En cambio, de Simón Carpintero no se tenían noticias de impresiones en la década de los 50. Era hijo del también impresor sevillano Estacio Carpintero, con una imprenta de recursos modestos cercana a la mencionada iglesia.[94] A principios de la década siguiente, Simón Carpintero trasladó su actividad a Córdoba, pero no es por esa futura y ocasional sede la causa del envío de su relación impresa. Como es habitual en estas relaciones de sucesos políticos cuya redacción adquiere un carácter de reportaje oficial controlada por los medios estatales, la de las Rebeliones está dirigida también a un prócer o mandatario: Francisco Duarte, o De Huarte, «proveedor general de la flota», tesorero de la Casa de la Contratación, que fallecerá en Sevilla meses después en ese mismo año (24-IX-1554).[95] Francisco Duarte había acompañado al príncipe hasta Génova en el felicisímo viaje a Flandes de 1548, y, si la homonimia no juega sus malas pasadas, en septiembre de 1553 dio cuenta verbal al príncipe del lamentable estado depresivo en que se sumió el emperador después del fracaso del sitio de Metz.[96] También le será dirigida a Francisco Duarte, en Génova, otra carta de relación sobre los sucesos de la guerra de Siena, que escribe un jefe militar desde Florencia, a 12 de agosto de 1554, 10 días después de la batalla de Marciano.[97] En esta ocasión, el redactor de esta Relación de las Rebeliones, en su convencional despedida de su acreditado destinatario, se nos descubre como un encargado de negocios entre la embajada londinense y la corte de Valladolid, que ha presenciado todos esos acontecimientos, y, en su condición de testigo de vista, se ve requerido por algún cortesano ávido de información, que le comunica a su vez su pronto regreso a la capital inglesa [18].

            Existen indicios para identificar a este anónimo redactor con el mercader Antonio de Guaras, el mismo que firmó la Carta de nuevas al duque de Alburquerque publicadas la primera vez en Estella, por Adrián de Amberes, en marzo de 1554, según hemos propuesto. En una carta del príncipe Felipe al embajador de Inglaterra, de mayo 1554, en la que notifica la partida hacia Londres de un enviado especial de su casa para preparar la cuestión del matrimonio, aparece su nombre desfigurado en lo que conjeturo que es una incorrecta transcripción: «Por las cartas que lleva el Marqués de las Navas mi mayordomo, y por lo que os dirá entenderéis a lo que yo le envío, y de Antonio de Eguavas sabréis como me dejó salido de Valladolid, para que en viéndome con la Serenísima Princesa mi hermana, que viene de Portugal para quedar en la gobernación de estos reinos, seguiré de allí mi camino de la Coruña [...] Otra cosa también lleva el dicho Marqués, los capítulos que se trataron cerca de mi matrimonio, ratificados por mí conforme a las minutas que S. M. me envió y fue acordado».[98] A recomendación del duque de Alburquerque, los servicios de intérprete del inteligente y leal mercader aragonés habrían sido requeridos para arropar al mayordomo de la casa del príncipe en el país extraño, cuya lengua muy pocos dominaban.[99] Justifica, asimismo, la presencia de Antonio de Guaras en la corte vallisoletana las certeras cábalas que se hizo al final de su relación acerca del matrimonio de la reina, según hemos visto. Incluso nos explicaríamos entonces las copias existentes en España del manuscrito de la Crónica del Rey Enrico Otavo, si Martin Hume estuvo en lo cierto al atribuirle su autoría, por haber sido durante esta estancia cuando lo entregó a buen recaudo en su tierra natal, precaviéndose de mencionar su nombre a causa de las afirmaciones vertidas sobre algunos dignatarios de su país de adopción.[100]

            Pero sólo confirmará la hipótesis planteada el análisis de los rasgos lingüísticos de las tres obras, entre los que destaca las peculiares transcripciones fonéticas de los nombres propios ingleses, aspecto meramente filológico que, pese a su frecuencia en documentos y obras literarias de nuestro Siglo de Oro, todavía aguarda un estudio sistemático.

            El texto tomado como base para la edición es, por estar completo, el impreso por Simón Carpintero (B), cotejado con el de Juan Canalla (M), en el cual se han abierto 20 párrafos numerados en consonancia con el discurso narrativo para comodidad de cita. En consecuencia con la constitución textual, se puntúa y acentúa de acuerdo con los criterios actuales; por contra, se respetan los rasgos morfológicos y las peculiaridades gráficas de los dos impresos, salvo en la distinción de u para vocal y v, consonante; también se representa con e la grafía tironiana de la copulativa τ, que usan los dos impresos aleatoriamente; tal transcripción está basada en la expresión de la misma copulativa en mayúscula en párrafo [7]: «E como el duque». Igualmente, se resuelven las abreviaturas sin comentario, aunque, si se citan en aparato crítico, se señala las tildes de nasalización o se escriben en cursiva las letras omitidas; en general, se respetan las separaciones de palabras y contracciones, señalándose en aparato la variante siempre en la grafía original, cuando proceda. Se escribirá en mayúscula la inicial de los nombres propios, cuya forma correcta se facilita en el aparato de notas críticas para su identificación.

APÉNDICE: Relación de las Rebeliones de Inglaterra (Sevilla, 1554).

[1] Relación muy verdadera de las rebeliones que ha avido en el reyno de Inglaterra en el principio desta quaresma, y de la pacificación de todas ellas, siendo vencidos y castigados los adversarios con el divino favor por la sereníssima reyna. La qual relación fue embiada a la noble ciudad de Córdova.

[2] Relación muy cierta de las rebeliones y cosas acaecidas en Inglaterra en principio desta quaresma, embiada a la muy noble ciudad de Córdova.

[3]        El conde de Ajamon llegó de Flandes a Inglaterra en dos de enero de MDLIIII a confirmar el casamiento de nuestro príncipe don Felipe con la reyna de Inglaterra. Y entre las cosas que se capitularon fue una, que el primer hijo oviesse el estado de Flandes, y otra fue que ningún estrangero fuesse ni pudiesse ser del consejo real. Lo sobredicho fue assí publicado, y aun la reyna, en una plática que hizo a sus criados y cavalleros para que lo tuviessen por bien, les dixo las dichas capitulaciones y otras causas por donde les vernía bien a todos hazerse.

[4]        Pero como aquella nación sea tan sobre sí, no ha bastado la dicha plática, porque veen o piensan ser cosa fingida dar a Flandes, y, caso fuesse verdad, están descontentos, porque tienen por cierto que effectuándose este casamiento han de ser governados por estrangeros. Siendo, pues, muchos cavalleros descontentos, assí por lo ya dicho, como por ver también cómo las cosas de la yglesia yvan cada día en augmento y que a los más dellos les quitarían lo que della tenían, acordaron de levantarse, e assí lo hizieron el duque de Sofoc y dos hermanos  suyos, Milor Thomas y Milor Gil, hermanos del dicho duque, y Pedro Caro y Goyn Caro, su tío, y Milor Coban y Thomas Huet con otros muchos cavalleros, allegando a sí el común y con falsas razones publicando que no querían príncipe estrangero.

[5]        Y esta liga y confederación fue acordada en Londres, y el effecto della avía de ser quando el príncipe viniesse para matarlo con todos los que fuessen con él. Pero como nuestro Señor no es servido que semejantes trayciones ayan execución, sucedió que un criado del dicho Thomas Huet fue preso por cosas que dixo contra el sanctíssimo sacramento estando en la corte. Sabido esto por el dicho Huet, su amo, sospechando que fuesse sobre el acuerdo y liga que tenía hecho, se salió de la corte con algunos aliados suyos en xxvi de enero, y vino a Rochestre que es en el pays de Decuent, do el tenía su casa a xxv millas de Londres, donde estuvo cuatro días en el passo de una puente por más seguridad y mejor defensa. Y porque estando él, assí se le llegavan más gentes.

[6]        En este medio se levantaron ciertos señores llamados los Caros, y en Decher otros seys cavalleros con ellos. E como el pueblo no los recibiese como ellos pensavan, dixeron les los cavalleros cosas que no son de escrivir. Los de la dicha ciudad les respondieron que ellos eran muy contentos de passar y estar por la voluntad de la reyna obedeciendo como fieles a todo aquello que ella uviesse ordenado y ordenase. Visto por los cavalleros el ruyn aparejo que tenían, se recogeron a sus casas; lo qual como vino a noticia de la reyna, los embió a prender, y están presos, salvo Pedro Caro, que se avia ydo en Francia; y como, por otra parte, a Thomas Huet se le allegasse mucha gente, embió la reyna contra él dos mil hombres, y por general el duque de Norfot, por ser principal del reyno y bienquisto del común y, sobretodo, muy cathólico. Llegados, pues, los unos a vista de los otros, se passaron a la parte de Thomas Huet, adversario, tres capitanes con toda la más gente. Lo qual visto por el buen duque de Norfot, se bolvió a la corte y con él, otros dos capitanes.

[7]        A la sazón estava aý en corte el duque de Sofoc, y como viesse que las cosas de Huet yvan acrecentándose, acordó él con sus dos hermanos yrse a su tierra y hazer lo mesmo que Huet, e hizo pregonar por su tierra a su hija Juana por reyna. A la sazón un hermano del duque Milor Thomas, muy privado de la reyna y de la boca, que seguía muy ordinariamente la corte, viendo que faltava el dicho duque de Sofoc con sus dos hermanos, sospechó lo que podría ser; no obstante que el proprio día avia servido a la reyna en su tabla y avía llamado de traydores a los que se avían levantado, aunque el uno dellos era su hermano y los demás, personas principales.

[8]        La reyna embió para que los prendiessen al conde de Conturton, el qual se dio gran diligencia. E como el duque supo la diligencia que la reyna avía puesto y la que el conde hazía, no hallando otro remedio para salvarse, se metió en un bosque y dentro de un roble hueco que halló en él; y fue hallado por un perro de rastro, y su hermano menor en un pajar de heno; los cuales traxo presos el dicho conde de Conturton, y fueron metidos en la Torre de Londres. Assí mismo, fue preso Milor Thomas en una casa suya.

[9]        En todo esto, Tomas Huet yva ganando las voluntades a todos los que podía, y, assí, de cada día se le augmentava su campo. Demás desto, con el favor e ayuda que esperava de los otros cavalleros y con tener trato en la ciudad con doze Aldremanes, que son los que más mandan en ella después del Mayre. Los Aldremanes son veynte quatro, de los quales, como dicho es, este Thomas tenía los doze en su favor; y assí se vino hasta poner sitio con cinco o seys mil hombres y se alojó en el burgo de Suduart, que no ay sino la puente en medio; de la qual puente él tenía la mitad y la ciudad la otra mitad.

[10]      Siendo la reyna avisada de la manera que las cosas yvan guidas y lo que en la ciudad tenía, tomó por mejor parecer yrse con los de su corte a la ala de la ciudad que es donde se juntan los Aldremanes y el Mayre; es lugar donde se juzgan los ladrones y malhechores, lo qual hasta entonces nunca rey ni reyna de Inglaterra avía fecho; y estando allí, les hizo una plática breve diziendo: “Buenos y leales vassallos, mi venida aquí ha sido para deziros cómo yo he embiado a los comunes para saber dellos qué es lo que quieren. Responden que me quieren tener en la Torre e quitar todos los que son del consejo y poner ellos otros de su mano.” Mas les dixo que, en lo del casamiento que ella avía hecho con el príncipe de España, avía sido con voluntad de todos los del consejo, y que aviendo alguno de ellos que digan no venir bien al reyno ni ser bien hecho, que no fuesse adelante.

[11]      Por ver todos la familiaridad tan grande que con ellos usava, fue Dios servido que la mala voluntad que antes tenían la mostrassen al contrario. Créese que, a no aver hecho esto la reyna, se entrara en la ciudad Thomas Huet como allí llegara; el qual estava entonces seys millas de allí no más, y quando allegó, halló puesta la ciudad en defensa y estuvo, como digo, a la otra parte de la puente tres días, y visto que tardava el favor de sus aliados con quien tenía su liga, determinó passar el río diez millas de allí por una puerta de un lugar llamado Quinqueston para que mejor pudiesse passar su artillería.

[12]      Esto fue el día de carnestolendas quando levantó su campo, y el primer día de quaresma amanesció cerca de palacio, y a no se quebrar una carreta de una pieça de artillería, amanescía el mismo día a las puertas de palacio y ponía en harta aventura la reyna y en gran peligro, aunque avía algunos cavalleros leales, porque demás de aver hecho buena diligencia, el dicho Huet era el mejor soldado que avía en el reyno. Agora sabido por la reyna quán cerca estava, que no era una milla, se determinó ella misma salir al campo para dalles la batalla; y los de su consejo, viendo en quán gran verguença caýan, no queriendo consentir, e otros muchos cavalleros, buenos servidores, acabaron con ella que no fuesse. Y no fue poco acabarlo con ella, porque estava hecha una leona y mostrava el mayor ánimo que el más valiente hombre del mundo pudiera mostrar, que creo que, si saliera, lo mesmo mostrara en las obras.

[13]      Determinados los del consejo, especialmente el conde de Pembrino, al qual la reyna hizo general, salió contra el Huet con ocho mil infantes y hasta tres mil cavallos, y esto fue en la misma mañana miércoles primero día de quaresma; y saliendo la ciudad y corte con diligencia, puestos sus esquadrones en orden, hizo el Tomas Huet lo mesmo, partiendo su gente en dos partes que serían hasta seys mil hombres, y pensando que le querían yr a combatir donde él estava, se puso él mismo solo con quatrocientos infantes para hazer lo que, aunque no vinieran a él, tenía pensado hazer, que fue que mientras rompiessen la gente de la reyna con su batalla, passar él adelante, porque toda vía tenía esperança en sus consortes y aliados, y, assí, passar hasta llegar hasta las puertas de palacio. Y viendo que se pusieron en defensa, cerraron las puertas de palacio porque no entrasse dentro, se tornó y se fue por el burgo, que es bien largo, que el señor capitán Meserachaga podrá dezir a vuestra merced la distancia que ay desde Gosmester hasta Sant Pablo, que es junto a la puerta de la dicha ciudad; y llegó hasta la puerta, la qual halló bien guardada.

[14]      Y visto por el Huet que todos sus aliados le faltavan, bolvió como desesperado y tomó su espada de la punta y dixo: «Agora digo que soy traydor.» En este medio fue toda su gente desbaratada y él fue preso, bolviendo otra vez para palacio, por un gentil hombre conoscido suyo, el qual le dixo que se rindiesse, y él dixo que era contento, pues le conoscía ser gentilhombre. De manera que el primer miércoles de quaresma a las ocho començó la batalla y al medio día ya estava acabada. Presos el Thomas Huet y toda su gente, ecepto hasta cien hombres suyos que murieron; y de nuestra parte no uvo sino tres muertos, aunque como la mayor parte de la ciudad sean luteranos, pesó a muchos, que cierto ha mostrado Dios harto gran milagro con la reyna.

[15]      A la hora que uvo la victoria, la reyna, allegados a la corte todos los principales cavalleros y otras muchas gentes, les hizo una oración agradesciendo les mucho el servicio que le avían hecho, diziendo que ella avía determinado, una vez, de no casarse y que el consejo y todo el reyno le avía rogado que se casasse, y, assí, ella avía determinado de lo hazer, como mejor convenía al reyno; y que, atento que en el reyno no podía casarse sino con algún súbdito suyo, lo qual le parescía no dever hazer, pues no era justo que, siendo ella hija de tales príncipes, casasse con persona que fuesse su criado; y que, por esso, visto que el príncipe de España era el mayor de la christiandad, se avía tenido por muy contenta otorgarse por su muger; y pues ya ella para lo de Dios lo era y por tal a él se avía dado, que mientras vida tuviesse, no faltaría lo que avía prometido; y pues ello con voluntad del consejo se avía hecho, les rogava lo tuviessen por bien.

[16]      Respondieron todos que se cumpliesse su voluntad y que Dios la guardase y que tuviesse por cierto que dende en adelante todos la amarían y servirían de buena voluntad. Considerando, pues, la reyna que, por ser ella antes piadosa, le avía venido aquel daño, determinó de hazer justicia y, puestas muchas horcas por las calles de la ciudad, mandó ahorcar más de dozientas personas sin los principales y señores de salva, que son más de ciento y cincuenta entre cavalleros particulares y señores, como he dicho, que quando yo de allá partí, quedavan parte de ellos condenados a muerte, y algunos muertos y otros en prisión. Y el primer lunes de quaresma fue degollada la reyna contrahecha, hija del duque de Sofoc, y su marido, y su padre della, condenados a degollar con otros catorçe cavalleros, como digo, el duque a degollar e a los otros ahorcar. También avía hecho apregonar la reyna que saliessen del reyno todos los estrangeros que no tuviessen trato en la tierra, y esto hizo por respeto de aver muchos hereges alemanes, ytalianos e franceses y de otras muchas maneras, que han provocado a la mayor parte del reyno: que todo lo que ellos han tenido de malo ha sido doctrinado de estrangeros.

[17]      Assí mesmo, la reyna ha hecho prender al de la Rosa Blanca, que desde su niñez se ha criado en prisión, porque se halla que también era de la liga y a quien ella avía dado libertad y hecho gran señor, e no conosciendo el bien que Dios le avía hecho, ha tornado a pecar; créese que también morirá. Los que quedan en prisión, señores de salva, son: Milor Cobran y tres hijos suyos, el marqués de Noranton, los hermanos del duque de Sofoc y el de la Rosa y su madre, que todos pagarán como los otros.

[18]      Siempre escriviré a vuestra merced lo que uviere de nuevo, sabiendo que en ello no le desirvo. Yo he sido embiado al príncipe nuestro señor con despachos de las cosas de allá; creo me despachará su alteza en breve, según me ha dicho el mismo que estuvo antiyer más de una hora comigo demandándome de todas las cosas de allá como testigo de vista y que me he hallado en todo. De Valladolid, doze de março de mil y quinientos y cinquenta y quatro años.

[19]                             Villancico

No se puede llamar guerra

la que la guerra destierra.

La sobrada piedad

a los malos es dañosa;

justicia con ygualdad                            5

a todos es provechosa;

justicia que paz encierra,

pues que la guerra destierra.

Suele el padre castigar

a su hijo muy amado                            10

y el çurujano cortar

las carnes del fistolado

y al justo tiene cercado

de guerra Dios en la tierra,

la que la guerra destierra.                      15

Fin.

Los que ofenden a su rey

con muerte son castigados,

mucho más los que a su ley

contradizen obstinados;

por ser en ambos culpados,                   20

fue el castigo de Inglaterra

el que la guerra destierra.

[20] Fue impressa la presente rebelión del reyno de Inglaterra en Sevilla, en casa de Simón Carpintero, impressor de libros, año M.d.l.iiij.

[1] embiada ~ Córdova B : embiada al señor Francisco Duarte veedor de su Magestad. M

[2] ab Relacion inc. f. 1v MB · Ynglaterra B • a la muy ~ Córdova B : a Francisco Duarte veedor de su magestad. M

[3] Ajamô : Lamoral de Egmont (1522-1568) •  MDLIIII scripsi : M.D.τ cinquenta y quatro M : M.d.liiij B · Filippe M

[4] dar B : dai M vitio preli • tambien BM · yglesia MB • e scr. : τ B : y M Sofoc : Suffolk, duque (Henry Grey, 1517-1554) • hermanos MB • Milorthomas MB • Pedro Caro : Peter Carew (1514-1575), (Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., p. 42) • Goyn Caro : Gawen Carew •  Coban : Lord Cobham, George Brooke (m. 1558), (Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., p. 62)  • Thomas Huet : Thomas Wyat (1521-1554)

[5] señor MBab enero (Enero M) inc. f. 2r B · Rochestre : Rochester · que BM · Decuent : Kent  • post quatro dias enel  (en el B) des. f. 1v M (Rodríguez-Moñino: Los pliegos poéticos..., p. 222) •

[6] ê Decher B : Dorset, Dorchester · recogeron B •  Norfot : Norfolk, duque (Thomas Howard, 1473-1554) • bien quisto B

[7] Juana : Lady Jane Grey (1538-1554) • Milorthomas B : Lord Thomas, duque de Norfolk 

[8] Conturton scr. : conturtô B : Huntingdon, conde (Francis Hastings, c. 1514-1561) • roble hueco : cf. CODOIN, III, p. 481 • ab hallado inc. f. 2v B • Tomas B : Thomas Grey

[9] aldremanes, Mayre B : Aldermen, Mayor  • Suduart : Southwark (Southewarke, Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., p. 40)  

[10] inter aliados inc. f. 3r B • quinqueston : Kingston upon Thames (Kingeston, Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., p. 46) •  

[11] aun que B

[13] Pembrino : Pembroke, conde (William Herbert, c. 1507-1570) • toda vía B · gosmester : Westminsterab  la dicha inc. f. 3v B

[16] ab  de salua inc. f. 4r B • contrahecha ~ marido : Jane Grey, Guildford Dudley (vid. n. 48) •  

[17] ab la reyna ha hecho prender inc. f. 4r M (Rodríguez-Moñino: Los pliegos poéticos..., p. 223) • rosa blanca : Edward Courteney (vid. n. 44) • τ no conosciendo B : y no conociendo M • Milor Cobran (cobrant M) · Noranton : Northampton, marqués (William Parr, 1513-1571)

[18] mil τ M

[19] Villancico inc. f. 4v MB versus in binis columnis, 10 inc. altera columna B : 11, M

[20] Fue ~ M.d.l.iiij. B : En Seuilla por Juan canalla junto al meson de la castaña en xxiiij días de Março de mil τ quinientos y cinquenta y quatro. M

José Solís de los Santos, «Relaciones de sucesos de Inglaterra en el reinado de Carlos V», en Testigo del tiempo, memoria del universo. Cultura escrita y sociedad en el mundo ibérico (siglos XV-XVIII) , M. F. Fernández, C. A. González, N. Maillard (comp.), Barcelona: Ediciones Rubeo, 2009, pp. 640-698. ISBN: 978-84-936359-4-7. 

© José Solís de los Santos

 

* Este artículo se ha financiado con el proyecto de la DGICYT, HUM2004-01711/FILO, y del grupo del PAI, HUM173.

[1] Cf. P. de Gayangos: Viaje de Felipe Segundo á Inglaterra por Andrés Muñoz (Impreso en Zaragoza en 1554), y relaciones varias relativas al mismo suceso, Madrid: Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1877, p. XI; esta edición anotada de Gayangos contiene un «Índice Cronológico y catálogo crítico de algunas obras» (pp. 171-181) que tratan sobre diversos aspectos de este viaje y reinado. Las referencias a los conocidos repertorios de Jenaro Alenda y Mira: Relaciones de Solemnidades y Fiestas Públicas de España, Madrid: Sucesores de Ribadeneyra, 1903, y Mercedes Agulló y Cobo: Relaciones de sucesos (1477-1619), Madrid: CSIC, 1966, irán señaladas sólo con el apellido, y nº de registro. Los fondos de la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial (RBE) están citados por los inventarios del P. [Manuel Fraile] Miguélez: Catálogo de los códices españoles de la biblioteca del Escorial. I. Relaciones históricas, Madrid: Imprenta Helénica, 1917; Catálogo de los códices españoles de la biblioteca del Escorial. II. Relaciones históricas, Madrid: Talleres Voluntad, 1925. Las relaciones góticas de la biblioteca del duque de Medinaceli que reprodujo Antonio Paz y Melia: Series de los más importantes documentos del archivo y biblioteca del Exmo. Duque de Medinaceli, elegidos por su encargo y publicados a sus expensas por --. 2ª Serie: Bibliográfica, Madrid: Imprenta de Blass, S.A., 1922, han sido estudiadas, cuando este conjunto pasaba a la Biblioteca Bartolomé March de Palma de Mallorca, en dos artículos por Mercedes Fernández Valladares: «La colección de Relaciones góticas de la casa de Medinaceli (primera parte)», en Trabajos de la Asociación Española de Bibliografía, I, Madrid: Ministerio de Cultura & Biblioteca Nacional, 1993, pp. 159-186, y: «Historia y política en las Relaciones Góticas de la colección Medinaceli (Descripciones: segunda parte)», en M. Cruz García de Enterría, et alii (eds.): Las Relaciones de Sucesos en España (1500-1750): Actas del primer coloquio internacional (Alcalá de Henares, 8, 9 y 10 de junio de 1995), Alcalá de Henares: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá y Publications de la Sorbonne, 1996, pp. 133-155. Por otro lado, Amalio Huarte publicó en dos vols. de la nueva colección de la Sociedad de Bibliófilos 11 y 16 de estos impresos respectivamente, modernizando su grafía y reproduciendo portadas, pero con muy escasas referencias documentales o tipobibliográficas: Relaciones de los reinados de Carlos V y Felipe II. Las publica la Sociedad de Bibliófilos Españoles (Segunda época XII, XXV) [Prólogo y edición de Amalio Huarte], I-II, Madrid: Imprenta Aldus, 1941-1950. Agradezco a Clive Griffin su atenta lectura de este artículo.

[2] Según señaló Augustin Redondo: «Les “relaciones de sucesos” dans l’Espagne du Siècle d’Or: un moyen privilégié de transmission culturelle», en A. Redondo (ed.): Les médiations culturelles, Paris: Publications de la Sorbonne Nouvelle, 1989, pp. 55-67 (p. 58). Algunas concomitancias entre los informes oficiales y las relaciones históricas de la campaña de Túnez (1535) han sido puestas de manifiesto por Rosario Consuelo Gonzalo García: «Relaciones de sucesos en las crónicas contemporáneas y en la ficción sentimental: interrelaciones genéricas», en García de Enterría: Las Relaciones de Sucesos..., pp. 185-202 (pp. 190-193). Sobre este fenómeno de la cultura altomoderna en España, contamos con la página web de la Universidade da Coruña http://rosalia.dc.fi.udc.es/relaciones, dirigida por Sagrario López Poza.

[3] Además de los vínculos comerciales entre los dos territorios, los soberanos de los Países Bajos habían apoyado siempre la amistad con Inglaterra para preservarse del expansionismo francés. En las instrucciones de Augsburgo, de 18-I-1548, documento que se ha considerado testamento político del emperador, recomendaba Carlos V al príncipe Felipe: «Tendreys cuydado de entretener amistad con los ingleses, y de guardar los tratados hechos entre el padre difunto del rey moderno (sc. Eduardo VI) y mí, porque esto importa y a todos los reynos y señoríos que yo os dexaré, y será también para tener suspensos a franceses, los cuales tienen muchas querellas con los dichos ingleses [...] y señaladamente no hareys ni trateys con los dichos ingleses cosa alguna que directa o indirectamente pueda ser contraria de nuestra sancta Fe y auctoridad de la Sede Apostólica»; cf. Berthold Beinert: «El testamento político de Carlos V, de 1548. Estudio crítico», en Carlos V (1500-1558): Homenaje de la Universidad de Granada. Granada: Universidad, 1958, pp. 401-438 (p. 427).

[4] Recordó el emperador estos encuentros con la corte inglesa en sus Memorias, evocando además los dos anteriores de septiembre 1508, reinando aún Enrique VII (m. 1509), y octubre 1513; cf. Manuel Fernández Álvarez: «Historia del invencible emperador Carlos Quinto, rey de España, compuesta por su majestad cesárea, como se ve por el papel que va en la siguiente hoja», en M. Fernández Álvarez: Corpus documental de Carlos V, IV, Salamanca: Universidad, 1981, pp. 483-567 (pp. 489, 491). En la British Library de Londres (BL) se conservan dos relaciones impresas en letra gótica, 4 hs., 4º, de estos acontecimientos de 1520; una (sign. c.33.e.38) en alto alemán moderno («Frühneuhochdeutsch»), donde se relata la visita al panteón de Santo Tomás de Canterbury (27-V-1520) y su posterior recibimiento en Flessinga (2-VI-1520): Wie der aller durchleüchtigist großmechtigst vnüberwintlichst Koenig Karl von Hispanien (Landshut: Johann Weissenburger, 1520); la otra (sign. C.33.e.28), en francés, con el recibimiento de Carlos V en Calais por parte del monarca inglés (12-VII-1520), y de la posterior entrada en Brujas (25-VII-1520): Le triumphe festifz bien venue et honorable recoeul faict par le roy d’Angleterre en la ville de Calais a la tressacree Cesaree catholiq. maieste (Arras: Jean de Buyens, 1520); ambas están digitalizadas en http://www.bl.uk/treasures/festivalbooks. La Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla (BCC) posee otra relación italiana, sin indicaciones tipográficas (s.i.t.): Littere del sumptuosissimo triompho del christianissimo re di Francia et del re de Anglia. Cosa bellissima da intendere (sgn. 13-2-1649); cf. Antonio Segura Morera, Pilar Vallejo Orellana: Catálogo de los impresos del siglo XVI de la Biblioteca Colombina de Sevilla, I-V, Sevilla: Cabildo de la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia de Sevilla, 2001-2006, t. III, p. 371, nº 746. Relata ésta las celebraciones y torneos conocidos como Camp du Drap d’Or, en un encuentro en las afueras de Calais entre Enrique VIII y Francisco I, en junio de 1520; cf. Richard Bruce Wernham, Before the Armada: The growth of English foreign policy, 1485-1588, London: Jonathan Cape, 1966, p. 96.

[5] La relación de la BCC: «Carolus Imperator. Sponsalia cum Maria Regis Angeliae (sic) filia. 702 (210) - (ABC.)», perspicazmente señalada sin fecha por Cristóbal Pérez Pastor: «Relaciones varias de los siglos XVI y XVII», en Noticias y documentos relativos a la Historia y Literatura Españolas, III (Memorias de la Real Academia Española, t. XII), Madrid: Real Academia Española, 1926, pp. 171-259 (p. 257), corresponde a los esponsales de 1508 del entonces archiduque de Austria y príncipe de Castilla con otra princesa María Tudor (1496-1533), la hija menor de Enrique VII (Alenda, nº 22). Alenda registra una traducción de la versión inglesa con algunos escolios explicativos, anónima y sin fecha, pero c. 1600, en la Biblioteca Nacional (BNE) ms. 1873646; cf. F. Bouza: «El espacio en las fiestas y en las ceremonias de corte. Lo cortesano como dimensión», en Alfredo J. Morales (dir.): La fiesta en la Europa de Carlos V (Catálogo de la Exposición, Real Alcázar de Sevilla, 19 de septiembre - 26 de noviembre 2000), Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, pp. 155-173 (pp. 156-158, y 170, n. 6). Había sido publicada anteriormente sin referencias de fuentes, el dicho ms BNE 1873646, por F. R. de Uhagón y Guardamino: Relaciones históricas de los siglos XVI y XVII, Madrid: Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1896; pp. 14-27, nº II: «Las solemnidades y triunfos hechos y mostrados en los desposorios y casamiento de la hija del rey, la princesa María, con el príncipe de Castilla archiduque de Austria (año 1508)». Un ejemplar de la versión original latina registró don Hernando en sus repertorios, según me indica José F. Sáez; cf. Tomás Marín Martínez, José Manuel Ruiz Asencio, Klaus Wagner: Catálogo Concordado de la Biblioteca de Hernando Colón, t. II: 401-1200, Madrid: Fundación MAPFRE-América. Cabildo de la Catedral de Sevilla, 1995, pp. 330-331, nº 702.

[6] «Carolus et Enricus vivant, defensor uterque / Enricus fidei, Carolus Ecclesiae»; cf. Prudencio de Sandoval: Vida y hechos del Emperador Carlos V, ed. pr. Valladolid 1604-1606; citaré por la edición de Carlos  Seco Serrano (Biblioteca de Autores Españoles 80-82), Madrid: Ed. Atlas, 1955-1956, II, p.  7. Han estudiado estos textos C. R. Baskervill: «William Lily’s Verse for the Entry of Charles V into London», The Huntington Library Bulletin, 9, 1936, pp. 1-14; y Sydney Anglo: «The Imperial Alliance and the Entry of the Emperor Charles V into London: June 1522», Guildhall Miscellany, 11, 1962, pp. 131-155. El autor, fuera Lily o Tomás Moro, «encontró la fórmula para presentar a los dos monarcas en un plano de igualdad»; cf. Bonner Mitchell: «Carlos V como triunfador», en P. Navascués Palacio (ed.): Carolus V Imperator, Barcelona: Lunsverg, 1999, pp. 213-251 (p. 216).

[7] Llevaba por título Assertio septem sacramentorum aduersus Martinum Luterum, aedita ab inuictissimo Angliae & Franciae Rege et Domino Hyberniae Henrico eius nominis octauo, [s.l., s.i.] 1521, y tuvo amplia difusión en el ámbito católico, algunos de cuyos ejemplares se conservan en bibliotecas españolas. Se cree que recibió asesoramiento del cardenal Wolsey, de John Fisher, obispo de Rochester, o de Tomás Moro.

[8] Cf. David Loades: «Charles V and the English», en José Martínez Millán (coord.): Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558) (Congreso Internacional, Madrid, 3-6 de julio de 2000), I-IV; Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, D.L. 2001, I, pp. 247-258 (p. 250). Señala estas negociaciones de Enrique VIII con Francia en 1524, M. J. Rodríguez‑Salgado: «Buenos hermanos y aliados perpetuos: Carlos V y Enrique VIII», en Alfred Kohler  (coord.): Carlos V / Karl V. (Simposio Internacional. Comisión de Historia de la Academia Austríaca de las Ciencias, 1500-2000), Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, pp. 443-485 (pp. 452, n. 24, 455, n. 38).  

[9] Cf. Alonso de Santa Cruz, Crónica del Emperador Carlos V, eds. R. Beltrán Róspide y A. Blázquez y Delgado-Aguilera (Prólogo de F. de Laiglesia y Auser), 5 vols., Madrid: Imprenta del Patronato de Huérfanos, 1920-1922, II, p. 150.

[10] Consta en la célebre relación de la batalla (Agulló, nº 31: RBE V.II.4 ff. 47-54; Miguélez: Códices españoles I..., p. 79) firmada por Alfonso de Valdés, la participación en el bando francés de Richard de Suffolk, enemigo personal de Enrique VIII: «Assi mismo murieron en esta batalla las personas siguientes. El duque de Sufort llamado de la Blanca rosa que pretendia pertenecerle el reyno de Inglaterra» (Huarte: Relaciones..., I, p. 8). De esta relación gótica de 8 hs.: Relacion de las nueuas de Italia: sacadas de las cartas que los capitanes y comisario del Emperador y Rey nuestro señor han escripto a su magestad: assi de la victoria contra el rey de Francia como de otras cosas alla acaecidas: vista y corregida por el señor gran Chanciller e consejo de su magestad, hay reproducción completa en Fermín Caballero: Conquenses ilustres, t. IV: Noticias biográficas y literarias de Alonso y Juan de Valdés, Madrid: Oficina tipográfica del Hospicio, 1875.

[11] No hay referencias a Inglaterra en ninguna de las relaciones que se han conservado de estas nupcias; cf. J. Solís: «Peripecia germana de la relación hispalense sobre la boda de Carlos V», en P. Bolaños, M. De los Reyes, A. Domínguez Guzmán (coords.): Geh hin und lerne. Homenaje al profesor Klaus Wagner, Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2007, 2 vols., I, pp. 443-458.

[12] Para la relación de 23 hs. El desafío de los Reyes de Francia e Inglaterra al Emperador y Rey nuestro Señor con sus respuestas (Burgos: Juan de Junta, 1528), cf. M. Fernández Valladares: La imprenta en Burgos (1501-1600), I-II, Madrid: Arco Libros, 2005, nº 196, I, pp. 614-615. Hubo una versión francesa de esta relación, cf. Veronica Mateo Ripoll: «De producciones efímeras y géneros editoriales: Historia y política a través de una “relación de sucesos” de Carlos V», en J. L. Castellano Castellano, F. Sánchez-Montes González (coords.): Carlos V, europeísmo y universalidad (Congreso Internacional, Granada, mayo de 2000), I-V, Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, D.L. 2001, I, pp. 217-226 (p. 220). La relación del «Cartel del rey de Ingalaterra» y demás lances del desafío en castellano (Huarte: Relaciones..., I, pp. 21-26) están incorporados por Santa Cruz, Crónica del Emperador..., II, pp. 322-333, y Sandoval, Vida y hechos del Emperador..., II, pp.  260-262.

[13] Cf. Huarte: Relaciones..., I, p. 25. El cronista real Juan Ginés de Sepúlveda (1490-1573) recogió por dos veces esta cláusula prestataria y de indemnización del tratado de Windsor, en su Historia de Carlos V, libro VII, cap. 23, y XXVIII, 41; cf.  Joannis Genesii Sepulvedae Cordubensis opera, cum edita tum inedita, accurante Regia Historiae Academia, I-IV, Matriti: Typographia Regia de la Gazeta, 1780, I, p. 232, y II, pp. 467-468. Con otros detalles, también Santa Cruz, Crónica del Emperador..., II, p. 150. Finalmente, la deuda fue endosada a Francia en las capitulaciones de la paz de Cambray; cf. Ramón Carande: Carlos V y sus banqueros, I-III,  2ª ed.; Barcelona: Crítica, 1987, III, pp. 115-116.

[14] Cf. José Manuel Pérez-Prendes Muñoz-Arraco: «Introducción jurídica Del rito de las nupcias y de la dispensa», en Juan Ginés de Sepúlveda. Obras completas VI, Pozoblanco: Ayuntamiento, 2001, pp. CVII-CXXI (pp. CVIII-CX). El tratado De ritu nuptiarum et dispensatione libri III (Roma, 1531), de Sepúlveda, será reimpreso al alcanzar el trono María I (Londres: John Cowood, 1553). Además de esta actuación en el campo doctrinal y canónico, hubo también una obra erasmista que se inserta en la campaña para contrarrestar las maniobras que socavaban la reputación del emperador a todos los niveles: Alfonso Enríquez, sobrino del Almirante de Castilla, publicó con dedicatoria a Carlos V su De matrimonio Reginae Angliae liber unus (Nápoles: Juan Sulsbach de Haguenau, 1532), junto con una defensa de la gran lumbrera de su siglo que tan buenos contactos tuvo con la corte inglesa; cf. Marcel Bataillon:Erasmo y España: Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI (Trad. A. Alatorre), México: F.C.E., 1966, p. 418. Alfonso Enríquez, a petición de su tío, había pasado seis meses estudiando el pleito de la reina Catalina a fin de viajar a Roma a defender los derechos de la repudiada; cf. Santiago Fernández Conti: «Carlos V y la alta nobleza castellana: el almirante don Fadrique Enríquez», en Martínez Millán (coord.): Carlos V y la quiebra..., II, pp. 29-51 (p. 47, n. 92).

[15] Ha sido calificada como la primera desamortización eclesiástica de la Edad Moderna por Carande, Carlos V y sus banqueros, II, p. 41.

[16] Está fechada en Londres, 1535. Fue reproducida junto con ilustración de la portada por Paz y Melia: Series..., pp. 231-235; s. i. t., letra gótica, 2 hs., 4º. Completo estudio tipobibliográfico por Fernández Valladares: «La colección...», p. 175, nº 12; contiene una presumible nota mercantil de Hernando Colón.

[17] Realizó el cotejo de variantes que demuestra esta dependencia, Francisco López Estrada: «La difusión por España de las noticias sobre el proceso y muerte de Santo Tomás Moro”, en Homenaje a Emilio Alarcos García, I-II, Valladolid: Universidad de Valladolid, 1966, II, pp. 289-300 (pp. 299-300). El documento del Archivo de Simancas (AGS), con copia también en la Academia de la Historia (RAH), fue publicado por Andrés Vázquez de Prada, Sir Tomás Moro, Lord Canciller de Inglaterra, Madrid: Rialp, 1962, pp. 355-364. La vida ejemplar de santo Tomás Moro supondrá en una época de opresivo control ideológico un refugio espiritual para el poeta Fernando de Herrera, según Francisco Márquez Villanueva: «Crear en Sevilla: el caso de Fernando de Herrera», en R. Reyes Cano, M. de los Reyes Peña, K. Wagner (eds.): Sevilla y la literatura. Homenaje al Profesor Francisco López Estrada, Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2001, pp. 284-302 (p. 291, n. 31).

[18] Cf. Paz y Melia: Series..., p. 255.

[19] S. i. t., letra gótica, 12 hs., 4º; cf. Fernández Valladares: «La colección...», pp. 177-179, nº 15; se encuentran reproducidas en Paz y Melia: Series..., pp. 254-256; lleva, asimismo, nota de compra de Hernando Colón: «Este libro costo 2 ms. en Medina del Ca[m]po por Junio de 1537». Las relaciones de este impreso fueron traducidas por un tal Jerónimo Ruiz, y ésta de asunto inglés lleva fecha «En Londres alos diez Junio» de 1536, fecha que coincide con una relación italiana, «Di Londra alli X. di Giugno», s. i. t., acerca del mismo suceso: Il successo in la morte della Regina de Inghilterra con il consenso del Consiglio di Sua Maiesta, Et la morte di quatro gran Baroni del Regno consentienti al delitto, Con le lamentabili parole che disse la sconsolata Regina in escusatione del suo peccato: stando sopra el gran Tribunale della Giustitia alla presentia del populo inglese; cf. Tullio Bulgarelli: Gli Avvisi a Stampa in Roma nel Cinquecento: Bibliografia. Antologia, Roma: Istituto di Studi Romani, 1967, nº 37, pp. 48-49.

[20] El texto completo de esta relación de la muerte de Ana Bolena (18-V-1536) fue reproducido literalmente, sin el exordio misivo, por Santa Cruz, Crónica del Emperador..., III, pp. 419-422. Otros casos de adaptaciones más o menos literales en J. Solís de los Santos, «Las relaciones de sucesos en la historiografía latina de Carlos V: Sepúlveda y Calvete de Estrella», en Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico IV. Homenaje al profesor Antonio Prieto, J. M. Maestre Maestre, J. Pascual Barea, L. Charlo Brea (eds.), Madrid: Instituto de Estudios Humanísticos, C.S.I.C., 2009, III, pp. 1317-1347.

[21] Cf. Angel González Palencia, Eugenio Mele: Vida y obras de Don Diego Hurtado de Mendoza, I-III, Madrid: Instituto de Valencia de Don Juan, 1941-1943, II, pp. 78-79. Coincidió don Diego con el poeta Sir Thomas Wyat (1503-1542), «padre del soneto inglés», a la sazón embajador en España.

[22] Según señaló en su estudio, G. Constant: «Le mariage de Marie Tudor et de Philippe II», Revue d'Histoire Diplomatique,  26, 1912, pp. 23-73, y 224-274 (p. 24).

[23] Describo la portada según la ilustración delante del texto editado por Huarte: Relaciones..., II, pp. 171-173, quien no declaró de dónde toma esta IX relación impresa, pero las escuetas indicaciones, «(S.l.- S.i.) 2 hs. 4º. Gót. Grab. de una batalla. BE: 101-II-4» de Agulló, nº 77, cruzadas con las de Miguélez: Códices españoles I..., pp. 97-98, doc. LXXIV, apuntan al misceláneo escuraliense RBE ms. V.II.4, ff. 220-221. La mitad superior de la portada lleva, entre orlas horizontales, un grabado de un combate ecuestre.

[24] Fue publicada con los auspicios de la RAH con un informe de Mariano Roca de Togores, marqués de Molíns, donde estudia con enjundia y gracejo los aspectos históricos y documentales que entraña esta crónica anónima; Marqués de Molíns: Crónica del Rey Enrico Otavo de Ingalaterra (Escrita por un autor coetáneo y ahora por primera vez impresa é ilustrada, con introducción, notas y apéndices), Madrid: Librería de los Bibliófilos, 1874. El hispanista Martín Hume: Españoles e ingleses en el siglo xvi (Estudios históricos), Madrid: Victoriano Suárez, 1903, pp. 81-125, aporta argumentos suficientes para probar la autoría de «Antonio de Guaras historiador, diplomático y mercader», del que se publican cartas de 1572 a 1577 en el vol. XCI de la Colección de documentos inéditos para la Historia de España (CODOIN), aparte de su detallada Cartas de nuevas al duque de Alburquerque, que trataremos más abajo.

[25] Cf. Molíns: Crónica del Rey Enrico..., p. 212.

[26] The saying of John late duke of Northumberland uppon the scaffolde. The .xxii. of Auguste (Londres: John Cowood, 1553); reproducido por Richard Garnett: The accession of Queen Mary: being the contemporary narrative of Antonio de Guaras, a Spanish merchant resident in London; edited with an introduction, translation, notes, and an appendix of documents, including a contemporary ballad in fac‑simile, Londres: Lawrence and Bullen, 1892, pp. 145-148. Una muestra de esta amplia difusión presenta el relato de Petrus Vincentius, profesor de humanidades de Lübeck que visitó Inglaterra comisionado por la Hansa en la primera parte del verano de 1553; cf. Denys Hay: «The “Narratio Historica” of P. Vincentius, 1553», The English Historical Review,  248, 1948, pp. 350-356. Parte de los documentos y testimonios británicos fueron estudiados y publicados por John Gough Nichols: The Chronicle of Queen Jane and of two years of Queen Mary, and especially of the rebellion of Sir Thomas Wyat. Written by a resident in the Tower of London, Londres: Camden Society, 1850. Disponible en http://tudorhistory.org/primary/janemary/contents.html.

[27] Ejemplar BNE R/29839, s. i. t., letra gótica, 4º, 4 hs., editado por  Huarte: Relaciones..., II, pp. VII, 254-266; señalado por Agulló, nº 98. Rebate la atribución al impresor sevillano Andrés de Burgos por la de Martín de Montesdoca, Jaime Moll: «El impresor sevillano Martín de Montesdoca y los pliegos sueltos», en Pilar Bolaños Donoso, Aurora Domínguez Guzmán, Mercedes de los Reyes Peña (eds.): Geh hin und lerne: Homenaje al profesor Klaus Wagner, Sevilla: Secretariado de Publicaciones. Universidad de Sevilla, 2007, pp. 335-338 (p. 337). Hay datos en 1550 de un Juan Vázquez de Ávila, impresor sevillano acreedor de Andrés de Burgos; cf. Juan Delgado Casado: Diccionario de impresores españoles (Siglos XV-XVII), Madrid: Arco Libros, 1996, II, nº 904, p. 699.

[28] Cf. Huarte: Relaciones..., II, pp. VII, 256. También el historiador protestante Johannes Philips de Schleiden, Sleidan (1506-1556), se hizo eco de estos rumores que consideró infundados: «et quanquam graues erant suspiciones, uenenum ab ipso datum esse regi, tamen quaestionem eius rei prope nullam esse factam aiunt. In sententia quidem nihil de eo pronuntiatum fuit»; cf. Joannis Sleidani: De statu religionis et reipublicae Carolo V Caesare commentarii ([Estrasburgo]: Thomas Courteau, 1555), f. 452r. No consta este cargo en el proceso contra Northumberland; el joven rey murió de tuberculosis; cf. Diarmaid MacCulloch: The Boy King. Edward VI and the protestant reformation, New York: Palgrave for St. Martin’s Press, 2001, pp. 223-224; después de la entronización de María recibió honras fúnebres según el rito protestante.

[29] Fue transcrita sin reproducción de portada por Paz y Melia: Series..., pp. 396-401 (p. 400). S. i. t. 4º, 4 h, L. gótica (Fernández Valladares: «Historia...», p. 152, nº 37). Este impreso de la Biblioteca Bartolomé March, sgn. 51/5/5, núm. XXXVIII, ha sido atribuido al taller sevillano del difunto Dominico de Robertis por Jaime Moll: «El taller sevillano de los Carpintero y algunas consideraciones sobre el uso de las figuritas», en Pierre Civil (ed.): Siglos dorados: Homenaje a Augustin Redondo, 2 vols., Madrid: Castalia, 2004, t. II, pp. 975-983 (p. 981, n. 32). El fragmento que edita Huarte: Relaciones..., II, pp. 262-263, se halla en el impreso C. Vázquez de Ávila: Nuevas de la guerra, Sevilla: Martín de Montesdoca, 1553, f. Aiijvº (BNE R/29839). Por otro lado, el hombre principal del Consejo que apoyó a María debió de ser el conde de Arundel; cf. Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., p. 1, n. b.

[30] Reproducida completa con la portada por Paz y Melia: Series..., pp. 373-376. 4º, 2 hs., letra gótica, s. i. t., pero atribuido a Sebastián y Sancho de Nebrija, Granada, por Fernández Valladares: «Historia...», pp. 151-152, nº 35. Este pliego ha atraído la atención de los bibliográfos por contener dos sonetos a Carlos V (cf. Antonio Rodríguez Moñino: Diccionario de pliegos sueltos poéticos (siglo XVI), Madrid: Castalia, 1970, nº 917, p. 520), el primero de los cuales, «Passad inclyto Cesar adelante», que alude remotamente al sentido primitivo de su conocido lema, recuerda a un endecasílabo cervantino.

[31] «El conde de Warwick, que era almirante en el tiempo en que V. S. se halló acá; y después fue duque de Northumberland” (Huarte: Relaciones..., II, p. 224). En efecto, John Dudley fue el general de las tropas que conquistaron Boulogne. El anónimo autor de la Crónica del Rey Enrico Otavo refiere varias entrevistas del duque español con el rey sirviéndose de «un lengua que el Duque tenía»; cf. Molins: Crónica del Rey Enrico..., p. LX; Hume: Españoles e ingleses...¸ p. 90.

[32] RBE ms. V.II.4, nº 199, ff. 419-434 (Miguélez: Códices españoles I..., p. 119, doc. CLXXXII). Cf. Huarte: Relaciones..., II, pp. 223-251. Señala este ejemplar Agulló, nº 97.

[33] Cf., por ejemplo, la portada de Alfonso López de Corella: De arte curatiua libri quatuor, Stellae: Ex officina Adriani Anuerez, 1555 (BNE R/5407), y la letra gótica del Amadís, en Antonio Odriozola: «Libros impresos en Estella en el siglo XVI: doce reproducciones seguidas de breves notas», Príncipe de Viana, I,1 (1940), pp. 153-163. Adrián de Amberes tuvo imprenta en Estella entre 1547 y 1567; cf. Delgado: Diccionario de impresores..., pp. 29-30, nº 23.

[34] La transcribió completa del ejemplar en la BL, sgn. G.5917, C. Pérez Pastor: La imprenta en Medina del Campo, Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, 1895, nº 106, pp. 106-123, remitiendo a la primera edición moderna conocida, con traducción inglesa, en Garnett: The accession of Queen Mary..., pp. 33-65. Señala este ejemplar Agulló, nº 104.

[35] Portada y texto completo en Paz y Melia: Series..., pp. 377-395; estudio tipobibliográfíco por Fernández Valladares: «Historia...», p. 152, nº 32.

[36] Según Garnett: The accession of Queen Mary..., pp. 27-28, quien transcribió su texto y tradujo en pp. 69-75, 117-123. En la BL se guarda una «Coronatione de la Reina d’Inghilterra [A. Blado: Rome, 1553] 4º. G.6126», cf. Short-Title Catalogue of Books Printed in Italy and of Italian Books Printed in other Countries from 1465 to 1600 now in The British Museum, Londres: 1958, p. 423, s.v. Mary I, Queen of England, cuyo formato no coincide con otra de idéntico título señalada por Bulgarelli: Gli Avvisi..., p. 55, nº 59.

[37] RBE ms V.II.4, ff. 435-438; cf. Miguélez: Códices españoles I..., p. 120, doc. CLXXXIII. S. i. t., 4º, 4 hs. letra gótica. Reproduce la portada Cesare Malfatti: The Accession, Coronation and Marriage of Mary Tudor as related in four manuscripts of The Escorial, Barcelona: Sociedad Alianza de Artes Gráficas, 1956, p. 150. Agulló, nº 96.

[38] Sigo la lectura de Huarte (Relaciones..., II, p. 249) : tan bienaventurado Garnett 63, Pérez Pastor 119 : tan bien auenturado Paz y Melia 392.

[39] Para el rey Juan III de Portugal pudo suponer un alivio la anulación de este nuevo compromiso matrimonial que conllevaba una cuantiosa dote, según Constant: «Le mariage...», p. 37. Coleaba aún lo del Maluco, cedido por el emperador a Portugal en 1529 por la miseria de 350.000 ducados; cf. M. Fernández Álvarez: Felipe II y su tiempo, Madrid: Espasa-Calpe, 1998, p. 743.

[40] RBE, ms. X-III-8, ff. 133-240: «Sucesos de Inglaterra desde Eduardo VI hasta el casamiento de Felipe II con la reina María»; esta copia fue ordenada en Roma por Antonio Agustín; cf. Miguélez: Códices españoles II..., p. 261, doc. III. Este informe, «Successi delle attioni del regno d’Inghilterra incominciando dal re Edoardo VI fino al sponsalitio seguito tra Ser.mo Prencipe Philippo di Spagna et la Ser.ma Reina Maria. Descritti da Mons.r Comendone Nontio del Pontefice appresso quelle MM.tà», fue traducido al inglés y transcrito por Malfatti: The Accession, Coronation..., pp. 3-61, 99-131. Dio noticia de estos y otros mss. e impresos José Luis Gonzalo Sánchez-Molero: «Philippus, rex Hispaniae & Angliae: la biblioteca inglesa de Felipe II», Reales Sitios, XLI, 160, 2004, pp. 14-33 (p. 33, n. 73).

[41] Cf. Malfatti: The Accession, Coronation..., pp. XV, XVII. El ignorado relato de Commendone, que cubre, según se dice, hasta la ceremonia de la boda de Felipe y María (25-VII-1554), resulta ser la fuente principal del libro XXIX De rebus gestis Caroli V de Juan Ginés de Sepúlveda, que junto con los 7 últimos capítulos del libro precedente (Sepúlveda, Historia de Carlos..., II, pp. 467-509) forman el relato más extenso de hechos ingleses que trató la historiografía hispana contemporánea antes de Historia ecclesiastica del scisma del Reyno de Inglaterra, de Pedro de Ribadeneyra (1588); gracias a los «Successi» de Commendone, este cronista de Carlos V corrigió una redacción anterior elaborada con datos de estas relaciones de sucesos.

[42] Cf. Karl Eubel: Hierarchia catholica medii aeui et recentioris aetatis, Münster: Libraria Regensbergiana, 1923, III, p. 25.

[43] La candidatura al solio pontificio del cardenal Pole se había quedado sólo a dos votos de los dos tercios necesarios; cf. Frederic J. Baumgartner: «Henry II and the Papal Conclave of 1549», Sixteenth Century Journal, XVI, 1985, pp. 301-314 (p. 306).

[44] Además de Pole, el más firme candidato a rey consorte era Edward Courteney (1526-1556), último vástago de los York, o de la Rosa Blanca, como es llamado en la relación que aquí se edita [17]; estuvo en prisión desde la ejecución en 1538 de su padre, Henry Courteney, marqués de Exeter, primo de Pole, quien también apoyaba su candidatura (Constant: «Le mariage...», pp. 26-35; Malfatti: The Accession, Coronation..., p. 118). María lo liberó nombrándolo conde de Devonshire, pero lo descartó ya en septiembre de 1553 por su conducta licenciosa; cf. Ludovico Pastor, Historia de los Papas desde fines de la Edad Media, tomo VI: Historia de los Papas en la época de la Reforma y restauración católica, vol. XIII: Julio III (1550-1555) (Trad. José Monserrat), Barcelona: Gustavo Gili, editor, 1927, pp. 246-247.

[45] En 4º, 2 hs., letra gótica. Registró este ejemplar incompleto Antonio Rodríguez Moñino: Los Pliegos Poéticos de la colección del Marqués de Morbecq (siglo XVI): Edición en facsímile, precedida de un estudio bibliográfico, Madrid: Estudios Bibliográficos, 1962: 109, nº XI, reproduciendo las 4 pp. del pliego externo, pp. 221-224; también en Diccionario de pliegos sueltos..., p. 543, nº 982. Cf. Aurora Domínguez Guzmán: «Veinte años de impresiones sevillanas (1551-1570)», Cuadernos Bibliográficos, 37, 1978, pp. 1-57 (p. 19, nº 62). Las referencias al texto que aquí se edita remiten a los párrafos numerados [1-20].

[46] Cf. David M. Loades: Two Tudor Conspiracies, Cambridge: Cambridge University Press, 1965, p. 16. La cuestión religiosa aparece mencionada como causa de la insurrección en la relación que se aquí se edita: «por ver también cómo las cosas de la yglesia yvan cada día en augmento y que a los más dellos les quitarían lo que della tenían» [4]; y en las misivas diplomáticas, despachos e informes existentes en el AGS: «y reponer la religión como estaba»; cf. «De algunos sucesos que precedieron, acompañaron y siguieron el matrimonio de Felipe II con la Reina María de Inglaterra», en CODOIN, Martín Fernández Navarrete, Miguel Salvá, Pedro Sainz de Baranda (eds.), III, Madrid: Viuda de Calero, 1842, pp. 448-537 (p. 462). Este Wyatt, «el dicho Huet era el mejor soldado que avía en el reyno» [11], era hijo del poeta petrarquista del mismo nombre ya mencionado y sobrino de Lord Cobham, uno de los implicados que finalmente salvaría la vida [4, 17]; cf. Barrett L. Beer: «John Stow and Tudor Rebellions, 1549-1569», The Journal of British Studies, 27, 1988, pp. 352-374 (p. 362). Existe un contrastado relato de todos estos hechos en las adiciones a la traducción francesa de Sleidan de Hugues Cousin, furrier de logis de la casa de Borgoña; cf. Charles Bémont: «Les révolutions d’Angleterre en 1553-1554 racontées par un fourrier de l'empereur Charles-Quint», Revue Historique, XXXVII, 110, 1912, pp. 56-76. También se conservan dos relaciones italianas con este suceso de las rebeliones de Inglaterra: Il vero successo de tutto quello che sino à hoggi è Occorso in Inghelterra, tra lo Essercito della Regina Maria, & suoi Rebelli. (Roma: G. Cartolari, 1554), y Copia de una lettera venuta di Londra dalla Corte della Regina d’ Inghilterra... (Milán: I. Cicognera, 1554); cf. Bulgarelli: Gli Avvisi..., pp. 55-57, nº 60 (Tavola X) y 66 respectivamente.

[47] Se ha conservado en RBE, ms. &-III-23, ff. 68-73 (Miguélez: Códices españoles I..., p. 128, doc. XIV) una relación en latín de contenido coincidente con la impresa en Sevilla: «Diarium eorum quae post adventum legatorum Caesareae Maiestatis in rebellione Thomae Wyort et aliorum acta gestaque sunt»; traducida y publicada por Malfatti: The Accession, Coronation..., pp. 63-75, 132-138, contiene además la nómina de los ajusticiados de alcurnia («señores de salva» [16]) y el número de rebeldes ahorcados, en total 68; en cambio, con Northumberland fueron ejecutados sólo dos de sus partidarios, incluso María planteó librarlo de la ejecución (Pastor, Historia de los Papas..., p. 234), y pudo haber algún acuerdo por su abjuración pública (Garnett: The accession of Queen Mary..., p. 60). Otros testimonios en William H. Wiatt: «The Lost History of Wyatt’s Rebellion», Renaissance News, 15, 1962, pp. 129-133 (pp. 130-131).

[48] «Ad supplicium fortiore animo quam et sexus et tenerae aetatis imbecillitas admitteret» (Malfatti: The Accession, Coronation..., p. 136). Fueron ejecutados ella y su marido, y después, su padre, Henry Grey duque de Suffolk, entre el 12 y el 23 de febrero de 1554; cf. Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., pp. 56-59, 63.  

[49] Sobre el examen de este pliego incompleto, destaca el juego conceptuoso del estribillo y la carencia de descalificaciones contra los herejes, Juan Carlos Izquierdo: «El Luteranismo en las relaciones de sucesos del siglo XVI», en García de Enterría: Las Relaciones de Sucesos..., pp. 217-225 (pp. 219-220).

[50] Ejemplar en BNE R/1751; 4º, 44 hs. Gayangos: Viaje..., pp.  VI-VIII.

[51] Cf. Gayangos: Viaje..., pp. 31-49 (Alenda, nº 153).

[52] Cf. Gayangos: Viaje..., pp. 82-84; decidió omitir la edición de esa parte del impreso referente a la victoria en la guerra de Siena, a la que juzga un tanto inexacta, «así como también cuatro coplas detestables en loor de España» (Gayangos: Viaje..., pp. VI-VII). La noticia de la derrota de Pedro Strozzi, mariscal de Francia, a manos del marqués de Marignano, general de Carlos V, en la batalla de Marciano (2-VIII-1554), será incluida también en otras relaciones.

[53] Cf. Gayangos: Viaje..., pp. 79-82. Destaca esta idea de la Gran Bretaña como escenario imaginario de novelas de caballerías, Mía J. Rodríguez-Salgado: «Las hadas malas van fuera», en Felipe II, un monarca y su época. La monarquía hispánica (Cat. Expo. «Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, 1 de junio, 10 de octubre, 1998»), Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1998, pp. 119-135 (p. 127); incluso se plantearon desembarcar en Bristol, la Bristoya donde arribó Amadís de Gaula de camino a la corte del rey Lisuarte, cf.  Glyn Redworth: «¿Nuevo mundo u otro mundo?: conquistadores, cortesanos, libros de caballerías y el reinado de Felipe el Breve de Inglaterra», en Richard Hitchcock y Ralph Penny (eds.): Actas de Primer Congreso Anglo-Hispano, III, «Historia», In Memoriam Derek Lomax, Madrid: Castalia, 1994, pp. 113-125 (p. 121). En el códice escurialense RBE X-II-20 se conserva una «Suma de crónicas de Inglaterra» recopilada y ampliada por Rodrigo de Cuero a instancia de «doña Catalina, Princesa de Gales»; se añaden al final de esta relación, titulada Fructo de los tiempos, sucesos coetáneos a su término en Londres, 20-XII-1509, como el matrimonio de Catalina con Enrique VIII y la conquista de Orán por el cardenal Cisneros (Miguélez: Códices españoles II..., pp. 31-33). Es probable que el precioso libro, todavía inédito, fuera incorporado a la librería de Felipe II con ocasión de este matrimonio (J.L. Gonzalo: «Philippus...», pp. 16, 31, n. 9).

[54] Cf. B. J. Gallardo: Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, Madrid: Rivadeneyra, 1863‑1889, 4 vols., I, nº 651, col. 747; Francisco Escudero y Perosso, Tipografía Hispalense. Anales de la ciudad de Sevilla desde el establecimiento de la imprenta hasta fines del siglo XVIII, Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, 1894, p. 237, creó dos entradas diferentes, 564 y 567, de sendos apuntes de Gallardo y Gayangos, pese a ser el mismo ejemplar, pues los editores del I tomo, José Sancho Rayón y Manuel Zarco del Valle, lo añadieron al Ensayo con la nota «B. G.», es decir, Biblioteca de Gayangos. Agulló, nº 105; Domínguez Guzmán: «Veinte años...», p. 19, nº 64.

[55] Hay dos ejemplares, BNE R/34182 (12) y (13), dato que debo a Arcadio Castillejo. «Dos hojas en folio, let. gót. de a 63 renglones por página» (Gayangos: Viaje..., pp. XI-XII.). S. i. t., pero Sevilla: Martín de Montesdoca, 1554, según Jaime Moll: «El impresor sevillano Martín de Montesdoca y los pliegos sueltos», pp. 337-338.

[56] He corregido la referencia errónea de signaturas antiguas que presenta esta monografía, además de otras imprecisiones (Gayangos: Viaje..., p. 101) gracias a Pilar Egoscozábal y Pilar Hernández, del Servicio de Mss. e Incunables de la BNE. Aprovecho la ocasión también para agradecer al personal de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla su siempre atenta disposición.

[57] Según señaló el propio Gayangos: Viaje..., p. 177; no he encontrado esta copia en la detallada descripción del RBE V-II-3 de Miguélez: Códices españoles I..., pp. 46-77. Para aclarar otro asiento de una relación del mismo suceso, es menester precisar que Mercedes Agulló registró una de 1554, nº 106: Relacion muy copiosa y verdadera de lo que ha acontecido al Principe nuestro señor en este viaje a Inglaterra. S. i. t., 11 hs. 4º; cuya referencia a «Palau VI, p. 237», es errónea. Está, en realidad, en Antonio Palau y Dulcet: Manual del librero hispano-americano, Barcelona-Oxford, 1948-77, XVI, p. 3, nº 257167, donde se remite al catálogo de Rosenthal, 1927, indicando que en el RBE existe un impreso del mismo título. Hay otra relación de las cosas de Inglaterra en el RBE, V-II-3, ff. 483-488, con noticias de la vida cotidiana del séquito español (Miguélez: Códices españoles I..., p. 74, doc. CXXX).

[58] Gayangos: Viaje..., p. 88, señaló en el impreso un probable error tipográfico: «se vio ugete y fuera de Francia»; y aportó el texto transcrito por Paz y Melia: Series..., p. 405: «se vio ugete y fuerça de Francia».

[59] Paz y Melia: Series..., pp. 403-411, reprodujo portada y texto completo junto con la sección netamente independiente del f. a5v: «Carta embiada del campo de su Magestad sobre el encuentro que ovo Pedro Estroci con el marqués de Mariñano en Sena».

[60] S. i. t., 4º, aiij+3, letra gótica, 6 hs. (Fernández Valladares: «Historia...», p.  153, nº 38). Refuerza la atribución a Montesdoca, que sopesa Fernández Valladares a la vista de los rasgos tipográficos ornamentales, el mismo escudo que aparece en las Ordenanzas reales para la casa de la contratación de Seuilla (1553), reproducido por Klaus Wagner: Martín de Montesdoca y su prensa. Contribución al estudio de la imprenta y de la bibliografía sevillanas del siglo XVI, Sevilla: Universidad. Secretariado de Publicaciones, 1982, p. 137, Fig. 1 (núm. II).

[61] Dominico de Robertis, cuyo testamento localizó Klaus Wagner: Martín de Montesdoca y su prensa, p. 20, n. 14, había fallecido en 1549. De la precariedad de sus continuadores es indicio su publicación en 1552 de una edición pirata de Pedro de Salazar, Coronica de nuestro invictissimo Emperador don Carlos Quinto, que es en su mayor parte copia literal del Comentario de la Guerra de Alemaña, hecha de Carlo V, de Luis de Ávila y Zúñiga (Venecia, 1548); cf. J. Solís: «Las relaciones de sucesos en la historiografía latina de Carlos V», p. 1340, n. 64: https://personal.us.es/jsolis/sepulvedacalvete.htm#_ftn64.

[62] Cf. Gayangos 1877: pp. 93-97; también le cedió el Ducado de Milán. La concesión de la orden de la Jarretera, antes de poner pie en tierra (CODOIN, I, p. 566; Gayangos: Viaje..., pp. 89), suponía el reconocimiento de Felipe en la más alta institución militar inglesa (J.L. Gonzalo: «Philippus...», p. 16).

[63] «Fray Bartholomé de Miranda dixo missa [...] e muchos dellos se holgaron de ver lo que desseauan, e a otros les pesó» (Gayangos: Viaje..., p. 97; Paz y Melia: Series..., p. 408). Bartolomé Carranza (1503-1576) colaboró estrechamente con el cardenal Pole en la reducción de Inglaterra al seno de la Iglesia; la obra que le acarrearía el proceso inquisitorial, Comentarios sobre el Cathecismo Cristiano (Amberes, 1558), tiene su origen en este catecumenado (J.L. Gonzalo: «Philippus...», p. 27). Destaca, una vez más, el apoyo y confianza del monarca en su consejero dominico, José Ignacio Tellechea Idígoras: «El último mensaje de Felipe II a Carlos V», en Carlos V, europeísmo..., V, pp. 643-662 (p. 645).

[64] «Fuemos a ver la tabla redonda que está en el castillo deste lugar, que fue del rey Artus» (Gayangos: Viaje..., p. 97; Paz y Melia: Series..., p. 408).

[65] La respetuosa porfía de la duquesa de Alba por ceder la preferencia a la reina (Gayangos: Viaje..., pp. 98-99; Paz y Melia: Series..., p. 409) se relata también en la primera carta de Juan de Varaona (cf. CODOIN, I, pp. 573-574). Señala el conflicto de competencias entre el servicio de la casa inglesa preparada por la reina y el numeroso séquito español, Santiago Fernández Conti: «De príncipe regente a Rey Católico», en José Martínez Millán (dir.): La corte de Carlos V. Primera parte, Corte y gobierno, 5 vols., Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, II, pp. 250-259 (p. 257).

[66] Cf. «Viaje de Felipe II a Inglaterra en 1554 cuando fue a casar con la Reina Doña María. Escribióla Juan de Varaona», en CODOIN, I, pp. 564-574; RBE ms V.II.4, ff. 444-449 (Miguélez: Códices españoles I..., p. 120, doc. CLXXXVIII). Alenda crea otra entrada, nº 156, para el manuscrito de esta misma carta, detallando la foliación y comienzo que consta en CODOIN (Alenda, nº 154).

[67] RBE V.II.4, ff. 450-452 (Miguélez: Códices españoles I..., p. 121: doc. CLXXXIX); ambas fueron señaladas en el «Índice Cronológico» de Gayangos: Viaje..., p. 176, nº 5. Fue traducida al inglés y transcrita junto con la primera por Malfatti: The Accession, Coronation..., pp. 79-96, y 139-149, de donde tomo las respectivas citas (p. 148, p. 147).

[68] «Porque de Antona escreui a V.M.» (Gayangos: Viaje..., p. 105). Dice editarla (Gayangos: Viaje..., pp. 105-114) a partir de la copia manuscrita del «Códice Escurialense de Misceláneas» (Gayangos: Viaje..., pp. XII), pero después señala otro de la BNE, olim K-165, ff. 42-44, nunc 3449, doc. 7: «Relacion de los sucesos de Inglaterra en la entrada del príncipe D. Felipe, 1554»; donde se contiene también la carta siguiente (ff. 45-46).

[69] Está reproducida del mismo ms. BNE 3449, ff. 43-45 (Gayangos: Viaje..., pp. 117-122), de la que señaló copia en el citado «Códice Escurialense de Misceláneas, ff. 456-458» (Gayangos: Viaje..., p. XII), y volvió a repetir sin precisión en el «Índice Cronológico» con que cerró su monografía (Gayangos: Viaje..., p. 177, nº 7 y 8). Se trata sin duda del ms. RBE, V-II-4, ff. 454-458 (Miguélez: Códices españoles I..., p. 121, docs. CXCII y CXCIII).

[70] Cf. Gayangos: Viaje..., pp. 107, 111-112, 120-121. El mismo Gayangos: Viaje..., p. XV, atribuyó la autoría de estas cartas a un cortesano pariente de los duques de Alba, Pedro Enríquez, de quien recordaba «vagamente una copiosa relación del mismo viaje». Con la única intención de aclarar la confusión de homónimos mencionó esta relación situándola en 1558, Cesáreo Fernández Duro: «Don Pedro Enríquez de Acebedo, Conde de Fuentes, Bosquejo encomiástico», en Memorias de la Real Academia de la Historia, 10, 1884, pp. 463-665 (p. 464). Aceptó esta atribución identificándolo con Pedro Enríquez de Ribera, hermano del marqués de Villanueva del Río, apodado el Tácito, Martin A. S. Hume: «The Visit of Philip II», English Historical Review, VII, 28, 1892, pp. 253-280 (p. 258).

[71] Cf. J.L. Gonzalo: «Philippus...», p. 21; Constant: «Le mariage...», p. 272; Rodríguez-Salgado: «Las hadas malas...», p. 126.

[72] Después del Índice de Valdés (1559), hubo una petición de impresores y libreros sevillanos a los inquisidores para obtener licencia de imprimir sin el examen del Consejo, según A. Redondo, «Sevilla, centro de “Relaciones de sucesos” en torno a 1600. Fiebre noticiera y narrativa», en Pedro Ruiz Pérez, Klaus Wagner (eds.): La cultura en Andalucía. Vida, memoria y escritura en torno a 1600, Estepa (Sevilla): Ayuntamiento de Estepa, 2001, pp. 143-184 (p. 143).

[73] S. i. t., 4º, 2 hs., letra gótica; portada y texto reproducidos por Antonio Pérez Gómez: Pliegos sueltos sobre el emperador Carlos Quinto. II: (Relaciones en prosa), Valencia: Duque y Marqués. Opúsculos literarios rarísimos. «...la fonte que mana y corre...», 1958, pp. 119-125, a partir del ejemplar en la BL, sgn. 1054.i.36, según la propia nota: «British Museum. Se reproduce la portada»; cf. Pérez Gómez: Pliegos..., p. X, nº VIII; cf. Francisco Aguilar Piñal: Impresos castellanos del siglo XVI en el British Museum, Madrid: CSIC, 1970,  p. 77, nº 264. Agulló, nº 100, sólo remitió a Palau: Manual..., IV, p. 76, nº 61079.

[74] Figurará como tal en un impreso por Joan Navarro de 1568: Constituciones ordenadas... acerca del regimiento... que han de guardar los nuevos convertidos y los de unos ministros... (Valencia: Joan Navarro. Véndese en casa de Pedro Borbón y Miguel Martínez, 1568); cf. Ana Gisbert, M. Lutgarda Ortells Pérez (coords.): Catálogo de obras impresas en el siglo XVI de la Biblioteca General e Histórica de la Universitat de València, Valencia: Conselleria de Cultura, Educació y Ciència, 1992, I, p. 329, nº 1.010.

[75] «En 4º, Aiiij, letra redonda; 4 hs. Portada orlada; escudo de armas reales; vº Grabado en madera representando un jinete con armadura pesada. Sign. Aii: Texto». Sigo la transcripción y descripción de Lucas de Torre: «Adiciones y correcciones a la Bibliografía aragonesa del siglo XVI de don Juan M. Sánchez», Revue Hispanique, 46, 1919, pp. 400-515 (nº  XLVI, pp. 465-466), del cual señala un ejemplar en la biblioteca del duque de T’Serclaes. Rodríguez-Moñino: Los pliegos poéticos..., p. 38, al estudiar los pliegos del marqués de Morbecq, hijo y heredero del duque, cita las adiciones de Torre sin mencionar este impreso zaragozano, que, al parecer, no contiene versos. Fue señalada por Agulló, nº 101.

[76] Se conservan varios ejemplares de una relación italiana de 6 hs.: La solenne et felice intrata delli Serenissimi Re Philippo, et Regina Maria d’Inghilterra nella Regal città di Londra alli XVIII. d’Agosto M.D.L.IIII. Con la descrittione degli archi, & statue, & altre dimostrationi della publica letitia di quel Regno (Roma: Antonio Blado, 1554); cf. Bulgarelli: Gli Avvisi..., p. 55, nº 62. También en RBE, 10-II-8, nº 6, citado por J.L. Gonzalo: «Philippus...», p. 32, n. 30. Esta relación italiana está digitalizada en http://www.bl.uk/treasures/festivalbooks. Un relato en inglés con los poemas latinos de los arcos recoge Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., pp. 146-151.

[77] Ejemplar BNE R/31746. S. i. t.; 4º, 2 hs, letra gótica (Gayangos: Viaje..., pp. 125, 178, nº VI). Fue editada completa por Gayangos: Viaje..., pp. 125-139, 166-169, con satisfactorio comentario para la identificación de personajes. Alenda, nº 155, señaló otro ejemplar en la colección Jesuitas de la RAH, t. CXV, de Varios, f. 11, que se ha perdido junto con otro de la relación C. Vázquez de Ávila: Nuevas de la guerra, Sevilla: Martín de Montesdoca, 1553; cf. Biblioteca de la  Real Academia de la Historia: Papeles de Jesuitas, II: Tomos 101 al 144 (Catálogo manuscrito). La firma BDS debajo del escudo real de la portada adjudica este impreso a Martín de Montesdoca, según Jaime Moll: «El impresor sevillano Martín de Montesdoca y los pliegos sueltos», p. 338.

[78] Cf. Nichols: The Chronicle of Queen Jane..., p. 158; Gayangos: Viaje..., p. 135.

[79] Gayangos: Viaje..., p. 168, a partir de noticias del embajador veneciano Giovanni Micheli, aludió a una sangrienta reyerta entre ingleses y españoles el día de año nuevo de 1555, cuya relación echa en falta; tal vez se halle noticia de este incidente en la hoja manuscrita que también él mismo registró (Viaje..., p. 177, nº 8): «Relación de lo que ha sucedido en Inglaterra este invierno de 1554 hasta el 13 de enero 1555» (Alenda, nº 158), pues, a pesar de su ostensible brevedad, RBE V.II.4, f. 456, que más parece un índice elaborado por Páez de Castro (Miguélez: Códices españoles I..., p. 121, doc. CXCIII), se ha inferido de su lectura que «Felipe se humilló visiblemente ante el emisario papal antes de conducirlo ante la reina», según Glyn Redworth: «Imágenes y hechos de Don Felipe en Inglaterra», en Alfredo Alvar Ezquerra (coord.): Imágenes históricas de Felipe II, Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos, 2000, pp. 97-113 (p. 110, n. 51).

[80] Ejemplar en BL, sgn. C.33.g.9, a cuyos Imaging Services agradezco la reproducción. S. i. t., 2 hs., «18x13 cm», letra gótica; cf. Aguilar Piñal: Impresos castellanos..., p. 72, nº 242. Agulló, nº 109, sólo remite a Palau: Manual..., IV, p. 518, nº 75774.

[81] No he hallado conexiones de este librero con los herederos del taller del ya mencionado Juan Navarro ni con otros posibles impresores de pliegos sueltos de Valencia; cf. Margarit Bosch Cantallops: Contribución al estudio de la imprenta en Valencia en el siglo XVI, Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 1989, I, pp. 60-62.

[82] Ejemplar en Lisboa, Biblioteca del Palacio de Ajuda, sgn. 55-IV-18/2, descrito por María Beatriz Casás Ferreño: Repertorio de Relaciones de sucesos españolas en la Biblioteca de Ajuda, A Coruña: Universidade da Coruña, 2006, pp. 121-122; esta misma investigadora afirma que «Juan de Barrera puede ser traducción de “Joâo de Barreira”, impresor portugués del siglo xvi», p. 60. No es posible determinar sólo con los epígrafes de las portadas si esta relación hispanolusa es traducción de algunas de las señaladas por Bulgarelli: Gli Avvisi..., p. 56, nº 63 a 65.

[83] Cf. Gayangos: Viaje..., p. 177, nº 12 a 14; Miguélez: Códices españoles I..., pp. 74-75, docs. CXXXI-CXXXIV); Alonso Fernández de Madrid: Silva Palentina, ed. Jesús San Martín Payo, Palencia: Diputación Provincial, 1976, pp. 610-611.

[84] Cf. Enrique Pacheco y de Leyva: «Grave error político de Carlos I haciendo la boda de Felipe II con doña María, reina de Inglaterra», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XLII, 1921, pp. 59-84, 276-292 (p. 82). Felipe regresó en 1557 para conseguir la intervención de Inglaterra en la guerra contra Francia, durante la cual los ingleses perderán el bastión de Calais; cf. Rodríguez-Salgado: «Las hadas malas...», p. 133.

[85] Gayangos: Viaje..., p. 179, nº VIII. El ejemplar de la BNE R/10569, 4º, 32 hs., es el que poseyó Gayangos. Alenda asignó una entrada al impreso, nº 161, y otra, nº 162, a la descripción del mismo por Cristóbal Pérez Pastor: La imprenta en Toledo. Descripción bibliográfica de las obras impresas en la imperial ciudad desde 1483 hasta nuestros días, Madrid: Manuel Tello, 1887, p. 110, nº 276.

[86] Cf. Gallardo: Ensayo..., I, nº 204, cols. 212-213.

[87] Alenda, nº 163. Ms. BNE 9175, doc. 38, ff. 143-159; fue editada junto con el impreso por Santiago Álvarez Gamero: «Las fiestas de Toledo en 1555», Revue Hispanique, 31, 1914, pp. 392-485. Hay edición completa del ms. en Sebastián Horozco: Relaciones históricas toledanas (Introducción y transcripción de Jack Weiner), Toledo: Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1981.

[88] Cf. Conde de Cedillo: «Algunas relaciones y noticias toledanas que en el siglo XVI escribía el Licenciado Sebastián de Horozco», Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, XIII, 1905, p. 173; cit. por Francisco Márquez Villanueva: «Sebastián de Horozco y el Lazarillo», Revista de Filología Española, XLI, 1957, 253-339 (p. 264, n. 1).

[89] Gayangos: Viaje..., pp. 176-178; Miguélez: Códices españoles I..., pp. 119-122.

[90] Cf. Fernández Valladares: «Historia...», p.  153, nº 38.

[91] Alenda, nº 157: Copia d’vna lettera scritta all’Illustratriss. S. Francesco Tauerna Crancanz; y nº 159: Il sacro et diuino sponsalitio del gran Philippo d'Austria et della sacra Maria regina d'Inghilterra con la unione et obedienza data dalla Catholica Chiesa sedente Sommo Pontefice Giulio III. Dedicato All’Illustrissimo & Eccellentissimo Signore Il S. Duca d’Alba. Fabricato in ottaua rima per l'Albicante furibondo. Ambos impresos en Milán, por los hermanos Francesco y Simone Moscheni, 1554 [Londres, BL; C.33.f.13] y 1555 [Milán, B. Naz. Braidense] respectivamente: y Alenda, nº 160: La publication de la treve faicte et accordée entre tres haulx et tres puissans princes Henry par la grâce de Dieu roy de France très-chrestien, second de ce nom, Charles empereur V de ce nom, et Philippe son filz roy Dangleterre. Paris: Dallier et Cortozet, 1555. [París, BNF Res-LB31-116].

[92] Cf. Rodríguez-Moñino: Los pliegos poéticos..., pp. 109, 74, 32. Tampoco se menciona en Diego Catalán: «Los pliegos sueltos ‘perdidos’ del Duque de T’Serclaes», en Homenaje a Álvaro Galmés de Fuentes, 3 vols., Madrid-Oviedo: Gredos-Universidad de Oviedo, 1984, III, pp. 361-376. Obsérvese que tiene en el margen superior nota del año del suceso de la misma mano que la relación de la B. March, 51/5/5 XXXIII, figuras 10 y 8, respectivamente.

[93] En 4º, 4 hs., letra gótica. Ejemplar en la Biblioteca Bodleiana, Oxford University, sgn. 4ºH.44 Art. BS (1), cuya noticia agradezco a Arcadio Castillejo, y su reproducción a los Imaging Services, Bodleian Library, en dicha universidad. Fue indicada su localización por Jaime Moll: «El taller sevillano de los Carpintero...»,  p. 977, n. 15.

[94] Cf. Delgado: Diccionario de impresores..., pp. 108-109, y 124-125. «A sant pedro en la calle de francisco del alcaçar», la actual calle Sor Ángela de la Cruz; cf. Klaus Wagner: «Los impresores sevillanos Estacio y Simón Carpintero (Una documentación de noticias conocidas e inéditas)», Archivo Hispalense, LVIII, 178, 1975, pp. 135-142. No he hallado documentación entre Canalla y Carpintero; cf. Carmen Álvarez Márquez: La impresión y el comercio de libros en la Sevilla de Quinientos, Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 2007.

[95] Cf. Santa Cruz, Crónica del Emperador..., IV, pp. 71, 505; y Carande: Carlos V y sus banqueros, III, p. 315. Se conserva hoy en el Panteón de Sevillanos Ilustres su lápida funeraria que registró Diego Ortiz de Zúñiga: Anales eclesiásticos y seculares de la ciudad de Sevilla (Ilustrados y corregidos por A. M. Espinosa y Cárcel), III, Madrid, 1796, p. 335; cf. Juan Gil: Los conversos y la Inquisición sevillana, 8 vols., Sevilla: Universidad, Fundación El Monte, 2000-2003, III, pp. 582-584. Su hijo homónimo era factor de la Casa de la Contratación desde 1553, cf. Real Academia de la Historia: Catálogo de la colección de don Juan Bautista Muñoz. Documentos interesantes para la historia de América, 3 vols., Madrid: Imprenta y Editorial Maestre, 1954-1956, II, p. 275, doc. 1433. Todavía en 1579 el notario apostólico Sigüenza recordaba que el proveedor Francisco Duarte recuperó algunas reliquias durante el Saco de Roma (1527); cf. Traslación de la imagen de Nuestra Señora de los Reyes y cuerpo de San Leandro y de los cuerpos reales a la Real Capilla de la Santa Iglesia de Sevilla, escrita en diálogo por Francisco de Sigüenza, año 1579 (Estudio, transcripción, edición y notas de Federico García de la Concha Delgado), Sevilla: Fundación El Monte, 1996, p. 82.

[96] Cf. Juan Christóval Calvete de Estrella: El Felicíssimo Viage del muy alto y muy poderoso Príncipe don Phelippe (Edición de P. Cuenca), Madrid: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, p. 55; M. J. Rodríguez‑Salgado: Un imperio en transición. Carlos V, Felipe II y su mundo (Trad. J. Faci), Barcelona: Crítica 1992, p. 119.

[97] Agulló, nº 102. Conocemos el destinatario gracias al registro de Aguilar Piñal: Impresos castellanos..., p. 72, nº 241: Copia de vna carta que escriue don Gomez de Figueroa Maestre de Campo, hijo del Embaxador de Genoua, que es agora Gouernador del estado de Milan, a Francisco Duarte en Genoua, en la qual haze relacion desde el principio del cerco d’Sena, y de la victoria que huuieron los Españoles. Está atribuida al impresor valenciano Juan Navarro por la BL; cf. Dennis E. Rhodes (coord.): Catalogue of books printed in Spain and of Spanish books printed elsewhere in Europe before 1601, now in the British Library, Londres: British Library, 1989, p. 88.

[98] Conservada en AGS, Estado, leg. 808; cf. CODOIN, III, p. 518.

[99] Juan de Varaona precisó que en conversación entre la reina y la duquesa de Alba «fue la lengua del marqués de las Navas porque la reina hablaba en francés» (CODOIN, I, p. 574); reproducido también en F. Díaz-Plaja: Historia de España en sus documentos: Siglo XVI, Madrid: Cátedra, 1988, p. 291. El marqués era Pedro de Ávila, o Dávila, hermano del historiador de Carlos V don Luis de Ávila y Zúñiga; cf. Martínez Millán (dir.): La corte..., IV: Los servidores de las casas reales, p. 140.

[100] Cf. Molins: Crónica del Rey Enrico..., p. 449-467; Hume: Españoles e ingleses...¸ p. 92. Insistió en los mismos paralelos en su reseña de Garnett: The accession of Queen Mary...; cf. M. A. S. Hume: The English Historical Review, VII, 28, 1892, pp. 774-776 (p. 776). En todos estos estudios no he hallado mención de esta Relación de las Rebeliones de Inglaterra que se imprimió dos veces en Sevilla en 1554.