La última vez que pudimos ejercer el derecho democrático de elegir a nuestro rector, si bien por sufragio universal ponderado en seguida escamoteado hasta hoy, tuve que escuchar una broma bibliófilamente siniestra. Durante la campaña fuimos invitados a una reunión con el candidato que convocaba. En el turno de preguntas, Paco Tortosa, casi como portavoz, y ya no era decano, de todo el PDI de nuestra facultad, expuso la situación por la que estábamos pasando por aquellas fechas en nuestra biblioteca, todavía no de Humanidades, con el traslado de las publicaciones periódicas a la mitad del que hoy es el pasillo de la Gipsoteca a causa de riesgo de derrumbe de los entresuelos del depósito de libros entre las dos plantas de la Fábrica Real de Tabacos, que aún subsiste, el apretado depósito digo, ojalá no el riesgo. El candidato aseguró en plan jocoso, ante los variados peligros que se cernían sobre nuestro rico patrimonio bibliográfico, que en gran parte el fondo antiguo podía quemarse, dado que ya se había adelantado bastante en la digitalización del mismo. Ni al profesor Tortosa ni a ninguno de los compañeros asistentes, creo, nos hizo maldita la gracia.

Me he entretenido en buscar y leer en los programas de los siete candidatos las palabras ‘biblioteca’, (fondo) ‘antiguo’, ‘histórico’, incluso ‘humanidades’, con resultados de los que voy a hacer gracia al eventual lector porque no es cuestión de hacer campaña ni de mentar a nadie, salvo al añorado traductor del Ulysses.

https://www.us.es/elecciones-rectorado/candidaturas

La impresión que me sigue dando, en general, es que no se considera que la biblioteca es, ante todo, el laboratorio de las áreas de conocimiento de Artes y Humanidades, y que el fondo antiguo de la BUS con sus donaciones y colecciones es un verdadero tesoro de materias primas parangonable al capital humano de quienes aprendemos, enseñamos e investigamos en estas disciplinas y de quienes gestionan administrativamente con plena disponibilidad siempre dichos fondos, en situaciones que deben mejorarse institucionalmente, porque es en los grados y másteres de Humanidades en lo que se diferencian netamente las universidades públicas de las privadas.

Hace unos días, leyendo un ensayo reciente, que para nada tiene que ver con lo que aquí tratamos, encontré citada una revista sevillana del siglo XIX que “acogió las ideas darwinistas con aceradas críticas al creacionismo religioso y a la institución eclesial”, y, efectivamente, la tenemos digitalizada en libre acceso entre el fondo antiguo de nuestra BUS (A 226/0001-0006, H F.A. Hemeroteca 036), lo cual me dio a conocer, además, que el primer número se abre con un artículo sobre Cervantes y Descartes firmado por uno de los fundadores, Federico de Castro, cuyo impacto en los estudios cervantinos todavía no he tenido tiempo de averiguar. El otro fundador de esa revista fue Antonio Machado y Núñez.

https://www.classicahispalensia.es/debates/200-andalucia-y-la-oligarquia-decimononica-parrafo-de-el-estado-pesebre-de-carlos-arenas-posadas-2025