El portal Pronapoli (dir. Eugenia Fosalba) ofrece una edición crítica y anotada, con todos los avances de las humanidades digitales, de los textos de Garcilaso que participan con mayor o menor intensidad de esta influencia capital que constituyen los Carmina de Horacio, por un lado, en las odas latinas, compuestas durante su época de exilio, que el poeta empleó para darse a conocer entre los poetas de Alemania e Italia, y por otro, en los textos castellanos en que después practicó ese horacianismo.
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Odas latinas
Esta edición de las cinco odas latinas hoy conocidas de Garcilaso de la Vega se basa en la colación de tres manuscritos:
Na: Nápoles. Neapolitanus Bibl. Nat. XIII AA 63, 62r-63r
P: Praga. Biblioteca Nacional E IX 000001
V: Biblioteca Apostólica Vaticana, Vat. Lat. 2836, 260r-261v.
Además, se ha tenido en cuenta la vulgarización española de Serna (de principios del siglo XIX), así como las ediciones impresas principales: Daniele (príncipe) 1762; Savj-López/Mele 1897; Mele 1924; Keniston 1925; Rivers 1974; Perosa & Sparrow 1979; Moreno 1979; Morros 1995; Alcina 2011; Alcina Rovira 2023; y Cortés Tovar 2023.
La edición presenta y, cuando es necesario, razona, todas las variantes. La traducción al español moderno y las notas y comentarios tratan de reflejar y explicar la especificidad de la latinidad mientras interpretan las intenciones de Garcilaso y los medios culturales en los que se desenvolvía el poeta. La edición prefiere la ortografía latina estándar del Renacimiento italiano, incluyendo diptongos (-oe-, -ae), -ii en lugar del frecuente -ij, y de manera similar se prefiere la semi-vocal inicial i- en lugar de j-, exul en lugar de la etimológica exsul. Los Loci similes ofrecidos, no necesariamente exhaustivos, sugieren posibles préstamos o fuentes de inspiración. El texto se ha establecido entre todos los latinistas que han intervenido en la edición de las cinco odas, con especial cuidado por parte de Joseph Reed, que ha coordinado los esfuerzos en este sentido, sumándose a todo ello, las correcciones y adiciones que en todos los sentidos han aportado los asesores del comité científico Juan F. Alcina y Mark Riley.