Este documento PDF contiene lo que puede ser la nueva prueba de latín de acceso a la Universidad. Me ha llegado el mismo contenido desde varias Comunidades Autónomas.

Voy a centrarme solo en el texto que se propone para traducción y análisis:

Olim pulcherrimus iuvenis, Narcissus nomine, per silvas in venatione currebat. Nymphae in silvis eum videbant et valde amabant, sed superbus puer nympharum omnium amorem contemnebat.

Quondam post venationem ad amoenum fontem venit et, dum sitim sedare cupiebat, sitis altera crevit: pulcherrimam imaginem formosi iuvenis vidit qui eum aspiciebat. Statim Narcissus amore captus est...

El texto evidencia confusión entre los adverbios olim y quondam.

En el vocabulario faltan: fons (m), pese a estar propuesta en el léxico, y quondam, y el género gramatical de imago (f).

En “qui, quae, quod: (pron.) que”, sería mejor que se detallasen las posibilidades del relativo en español: el cual, la cual (quien/que), quod lo cual/que.

Igual en omnis, omne: todo/a, puesto que en el texto para traducción aparece concordado en pl. f.

La frase propuesta para el análisis elude la norma del latín en el uso referentivo de los pronombres: “pulcherrimam imaginem formosi iuvenis vidit qui eum aspiciebat”: en vez de eum habría que utilizar el reflexivo, en este caso, indirecto, con referencia al sujeto de la principal: qui (ad) se ipsum aspiciebat. Es lo que encontramos, por ejemplo, en el epitafio del poeta arcaico Marco Pacuvio transmitido en Noches áticas de Aulo Gelio (1.24.4): “Adulescens, tam etsi properas, hoc te saxulum / rogat ut se aspicias, deinde, quod scriptum est, legas” (Aunque tengas prisa, muchacho, esta pequeña lápida te pide que la mires y luego leas lo que está escrito), pues el sentido de aspiciebat haría imposible la reflexión directa en la adaptación que de esa parte del episodio perpetra esta prueba piloto:

Hic puer et studio venandi lassus et aestu
procubuit faciemque loci fontemque secutus,
Dumque sitim sedare cupit, sitis altera crevit,
dumque bibit, visae correptus imagine formae
spem sine corpore amat, corpus putat esse, quod umbra est.
Adstupet ipse sibi vultuque inmotus eodem
haeret, ut e Pario formatum marmore signum.
(Ovidio, Metamorfosis, III 413-419).

(Aquí el chico, fatigado por el afán de cazar y por el sofoco, / se tumbó, persiguiendo la belleza del lugar y la fuente, / [y mientras desea calmar su sed, otra sed creció,]  / y mientras bebe, arrebatado por la imagen de la belleza vista, / [ama una cosa sin cuerpo, cree que es cuerpo lo que es sombra.] / Queda pasmado ante sí mismo y permanece inmóvil con el mismo / rostro, como una estatua modelada de mármol pario. Cf. Ángela Suárez del Río, Edición crítica y comentario textual del Libro III de las Metamorfosis de Ovidio, tesis doctoral dirs. Antonio Ramírez de Verger Jaén, Luis Rivero García, Universidad de Huelva, 2015, pp. 312-316).

Repárese, además, que la doctora Suárez del Río ha marcado entre corchetes la traducción de dos versos que la crítica textual ha determinado como espurios.

No pretendo con esta corrección meter a los alumnos de bachillerato en sutiles explicaciones lingüísticas ni mucho menos textuales, que, llegado el caso, nunca estarán de más, pero si el modelo que presentamos es una banalización tan penosamente redactada como esta prueba piloto, estaremos desvirtuando el sentido esencial de la enseñanza, pues, como escribió Séneca, nemo errat uni sibi ‘nadie se equivoca en perjuicio de sí mismo únicamente’.

De la fuente literaria que da nombre, y no origen, a esta tendencia de los seres humanos, que la prueba piloto denomina ‘epidemia’ con descarada corrección política, para nada se habla, siendo el estudio de la literatura fundamento y razón del aprendizaje de las lenguas clásicas, el latín y el griego antiguo, además de la correcta redacción en español.

Reproduzco sin más comentario una observación del provecho del estudio sistemático de la lengua de Lacio, acerca de la calidad del estilo en español de un humanista catalán, que «está escrita con pulcritud y un excelente estilo de humanista que, acostumbrado al latín, conoce mejor por este mismo hecho los secretos del castellano y es capaz de manejarlo con diafanidad y maestría» (Francisco Esteve Barba, Historiografía indiana, Madrid: Gredos, 1964, p. 491).

En la Prueba de Acceso a la Universidad de la Comunidad Autónoma de Andalucía, y Ceuta y Melilla, se seleccionan para la materia de Latín II textos originales breves y sencillos sin ningún tipo de alteración, como este otro de tres versos que bien puede reemplazar a tan defectuoso planteamiento de esta prueba piloto:

Ergo ubi Narcissum per devia rura vagantem
vidit et incaluit, sequitur vestigia furtim,
quoque magis sequitur, flamma propiore calescit. (Ov. Met. 3.370-372).

Hay que aumentar las preguntas de literatura latina en este tipo de pruebas, y la literatura y la lectura en general en nuestro volátil sistema educativo. La literatura enseña algo tan valorado hoy como empatía, inteligencia emocional, como siempre ha dicho entre muchos otros Francisco Rico, El primer siglo de la literatura española, ed. Rosa Bono, Barcelona: Taurus, 2022, p. 172, pero hay a que leer y hay que enseñar a leer literatura.